—Escucha... —Dijo acomodándose sobre el banquito. —Vine porque tengo que decirte algo... importante.
—¿Algo importante? — Pregunté.
—Sí...
— Eijiro... No te lo tome a mal, pero cada vez que me dices algo las cosas solo salen mal y...
— Esto — Dijo interrumpiéndome —Esto sí es importante Izuku.
Incliné la cabeza. ¿Qué debía hacer?
—De acuerdo. Te escucho — Hablé, no muy seguro de querer saber lo que estaba por decirme.
—Pero antes —Se agitó los cabellos, como si estuviera en un debate mental —¿no te has preguntado cómo
sobreviviste?—¿Eh?
Me miró postrando sus ojos en mi cabeza lastimada.
—Sí, ya sabes... ¿no te lo has preguntado?Negué con la cabeza.
—No.
En realidad no me había interesado en eso, porque ese día era algo que no quería recordar pero ahora que lo mencionaba la curiosidad comenzó a meterse en mi cerebro.
—¿Sabes algo?
—Lo sé todo — Me miró como pidiéndome permiso para continuar —¿Está bien que lo diga?—Claro, quiero saber — Me cubrí con las sabanas, el frio empezaba a inundar la habitación.
—Ese día... después de que te marcharas, la directora nos había dicho que fuéramos directo al bus. Como estábamos castigados no teníamos permitido seguir con la excursión. Katsuki y yo obedecimos, y nos quedamos allí todo el tiempo. Pero escuchamos unos gritos, y luego apareció sensei Yamada; el tipo estaba agitado y era un manojo de nervios. Katsuki le preguntó qué le pasaba, sensei solo soltó un puño de palabra entre jadeos y lo único que le entendimos fue: "Midoriya" "Perdido” “2 horas”.
»Instantáneamente Katsuki se puso en pie, y yo también. Nos adentramos en el bosque, aunque no lo tuviéramos permitido, y empezamos a gritar tu nombre pero no hubo ninguna respuesta. Era... era la primera vez que veía a Katsuki realmente preocupado, no dejaba de gritar, no se quejaba del frio, no tenía intenciones de detenerse y no le importaban los demás, solo tú.
»Después de buscarte por más de una hora Katsuki empezaba a inquietarse y yo también. Llegamos a un río de aguas heladas y vimos sangre en el agua. Mi corazón se detuvo y vi a Katsuki, que por un momento se había quedado petrificado. En el fondo vimos un cuerpo... el tuyo, flotando, pálido, sin ningún indicio aparente de vida. Katsuki se lanzó al agua sin pensarlo dos veces, luchaba contra la corriente lo único que quería era sacarte de las heladas aguas.
»Mientras Katsuki intentaba llevarte a la orilla, yo saque mi móvil y marqué el número de la ambulancia. Luego ayude a Katsuki y te sacamos del agua. Estabas frio, y no estabas respirando... estabas muerto. Intentamos de todo... respiración boca a boca, apretando tu pecho para que sacaras el agua, masaje cardiaco... nada funcionaba. ¡Nada Izuku! Nada... pero gracias a Dios, apareció un grupo de enfermeros y doctores con equipo portátil. Te cortaron la camisa, sacaron el desfibrilador para intentar reanimarte, al primer intento no pasó nada, al segundo tampoco, pero en el tercero... reaccionaste. Escupiendo toda el agua de tu interior, vomitando sangre, en estado de Shock... era un milagro, eso fue lo que dijo el doctor. Te subieron a la ambulancia y también subieron a Katsuki, porque tenía un grado leve de hipotermia debido a las bajas temperaturas del agua.
»Todos los alumnos se reunieron, llevaban linternas en las manos, y estaban agitados. También te estaban buscando ¿sabes? No éramos los únicos. Finalmente el bus se marchó, y nosotros en el. Pero en realidad nadie fue a su casa porque cuando llegue al hospital, medio instituto estaba en la sala de esperas, el doctor salía cada hora... pero lo único que nos decía era que estabas en coma y que tu estado era delicado. Finalmente una enfermera nos dijo que no podíamos estar allí, que lo mejor sería ir a nuestras casas y que ellos nos darían noticias. Tuvimos que obedecer, pero cada día venia para verte. Cosa que no le agradaba en absoluto a Katsuki, porque cada vez que te venía a visitar el se ponía a la defensiva. Es muy protector cuando se trata de ti.
Apreté las sabanas contra mi pecho, intentando digerir toda la información que Eijiro me acababa de brindar.
—¿Entonces... morí? —Pregunté, tragando saliva.
—Sí... ¿estás bien?
Apreté los puños...
— Gracias... por ayudarme.
—En realidad no te lo conté para que me agradecieras, solo quería que lo supieras. A demás, a quien deberías agradecer es a Katsuki. Él fue más útil que...yo.
Una enfermera entró a la habitación.
—Solo quedan 3 minutos para las visitas —Dijo, asomando la cabeza desde la puerta y luego se marchó.
—Aún tengo que decirte otras cosas.
—Te escucho.
— Es acerca de... la historia que te conté sobre la vida personal de Katsuki... ¿recuerdas?
Já. ¿Cómo iba a olvidarla?
— Sí, aun la recuerdo.
—Te la voy a volver a contar... pero esta vez no me saltare nada y diré absolutamente la verdad:
»Mis padres murieron en un accidente automovilístico, como ya lo sabes, al igual que también sabes que mi tía me acepto en su hogar. Cuando la madre de Kats murió de cáncer y luego su padre murió en el accidente aéreo, Katsuki estaba devastado. Repentinamente tuvimos que aprender a cuidarnos solos. Kats apenas hablaba, eso... eso me preocupaba. Trataba de hacerle conversación pero sus ojos no estaban allí, su mirada estaba en otro lugar, como si estuviera viviendo en otra eроса.
»Antes de morir su padre había hecho con anticipación un testamento. Me incluía a mí. Decía que La casa seria mía y de Kats, y la fortuna seria solamente de Kats. Me negué a tener la casa, decidí dejársela solamente a Katsuki, aunque con la fortuna que su padre le había dado podía comprarse 7 mansiones iguales e incluso más grandes. Pero sabía que él le tenía un cariño especial a ese lugar, por eso arregle los papeles y la cedí legalmente a él. Kats insistía en que compartiéramos la casa, pero yo me negaba.
»Luego de eso, nuestra relación se hizo incomoda. Él se encerraba en su habitación, y aunque lo obligaba a salir él siempre se las arreglaba para estar solo. Llamé a un psicólogo, pero cuando lo hice Katsuki explotó diciendo que solo necesitaba tiempo y que dejara de meterme con él. Yo estaba furioso y me largué de la casa, no quería saber nada más de Katsuki. Terminé en un hogar de jóvenes, que como ya te había dicho se mantenía a flote mediante consideradas donaciones de las familias adineradas. Luego de un tiempo me enteré de que me estaba buscando... pero no quería toparme de nuevo con él.
» Después de todo este tiempo me di cuenta de que fui... un egoísta. No me había detenido a pensar en cómo se podía estar sintiendo él. Y en lugar de darle todo mi apoyo simplemente me alejé, lo deje solo. Me sentía mal y tras saber que él estaba inscrito en el instituto UA decidí inscribirme también. Con la intensión de ver a mi herma... a Kats. Pero creo que no fue la nejor decisión.
Eijiro se apretó las rodillas con las manos y luego me observo. Hallen, esa es la verdad...
—¿Por... por qué me habías mentido?
Se puso de pie, se acercó a la puerta y la abrió.
—Porque... te amo. A pesar de todo, la idea de decirte la verdad me resulta tan insoportable como la de dejarte. No quería que todo sucediera de esta manera.
»Cuando te vi en la clase de Fotografía. no sabía que estabas con Kats... tu eres lo mejor que he visto en mi vida. Quería tenerte solo para mí, intente hacer cualquier cosa que estuviera en mis manos por llamar tu atención pero estabas perdidamente enamorado de Katsuki. Quería alejarme pero mi mente se negaba a distinguir entre: desear lo que no puedo tener y desear lo que no debería desear.
»Lo único que se me ocurrió para apartarte de su lado fue... mentir. No te culpare si me odias. De hecho, sería lo mejor.
»Lamento haberme entrometido. Lo siento Izuku.
Fue lo último que le escuche decir y
luego cerró la puerta, marchándose.
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¡Maldito Gangster! Katsudeku
RandomIzuku un chico de 17 años, se acaba de mudar a Japón para empezar una nueva vida. Toda la gente es muy amable, excepto alguien. Por azares del destino se tropieza con Katsuki, un chico con una personalidad muy poco amistosa, quien es la única person...