Capitulo 12.

397 22 25
                                    


Alessandro Lombardi.

Bajo del jet a faltando cinco para las 7:00 pm y el atardecer toma la ciudad, abordo la camioneta que espera por mi y minutos después me adentro a la ciudad que nunca duerme

Nueva York.

Aún no puedo creer que anoche iba a matar a Regina, aún guardo resentimiento hacia ella y aún no entiendo el por qué.

¿Sera porque después denla muerte de Charlotte las perdí a las dos?

¿Porqué perdí a mi primer hijo?

¿Por haber sido un idiota al no dejar a Charlotte?

Desde esa noche siento rabia conmigo mismo, rabia de lo estúpido y niñato que era en aquel entonces. Si yo hubiese terminado con Charlotte ella estaría viva al igual que Rose y Lorenzo.

No recuerdo bien que pasó aquella noche, no se por qué Regina la mató sin decir más nada.

En sus ojos había una llama de fuego el cual emanaba rabia pura, sed de venganza y ella sabia algo porque a estas alturas de juego no me creo que su amor hacía a mi la hizo capaz de matar por mi.

Nadie es capaz de matar por amor.

Sin embargo lo que sucedió anoche me llenó aun mas de rabia, el ver como ella ha superado todo y vive su vida normal porque yo aún no supero la muerte de Lorenzo y Charlotte. Días después del asesinato mi padre y el de Charlotte pagaron cientos de miles de euros por cubrir todo rastro del crimen. 

Otra cosa que me inquieto fue Pierre... 

¿Qué tiene que ver Pierre con Regina?

La manera en la cual la defendió me dejo más que en claro que tiene intenciones con ella porque Pierre no mete las manos al fuego por nadie y esto será otro más de mis problemas porque no quiero a nadie cerca de Regina porque... 

Regina es mía y de nadie más. 

- Señor hemos llegado. - avisa mi chófer sacándome de mis pensamientos. 

Bajo de la camioneta entrando a mi residencia en Manhattan, atravieso el inmenso lobby recibiendo mis llaves y subiendo al ascensor con mis escoltas detrás.

- Es un placer tenerlo aquí señor. - saluda Olaya, mi mucama. 

No estoy para estar saludando con el humor cabreado que traigo encima así que sigo de largo ignorándola por completo entrando al estudio del apartamento, me dirijo al bar y sirvo un vaso de whisky, me centro en hacer llamadas y revisar correos electrónicos del trabajo, dejé la campaña en Roma para poder venir a invertir en la cadena de hoteles de Regina. 

La propuesta que tengo en mano para presentar la hará condenarse a mi, a mis cadenas de lujuria y resentimiento. 

Ella estará presa en mi cama, gimiendo y jadeando que es mía, implorando piedad ante el desgarrador y toxico sexo que quiero tener con ella. Estaré descargando mi odio dentro de ella porque en el fondo se que ella lo desea pero no quiere admitirlo.

Horas más tarde... 

Tocan a la puerta - ¿Desea algo de cenar señor Lombardi? - pregunta mi mucama. 

- No. 

Ella asiente y se retira dejándome solo en el estudio con la botella de whisky que estoy bajándome.

Parte de la noche se resume en trabajo y mas trabajo, son alrededor de las 2:00 am y me iré a dormir.

La mañana siguiente. 

REGINA +18 (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora