One Shot Trunks y Pan

♥ Una noche desastrosa ♥ TxP

Estas tan contento... desde que descubriste que serias padre estas tan feliz, lees libros de un buen padre, amas a tu futuro bebé.

Terminas de leer un capitulo de tu libre, "principios para buenos padres" amas el hecho de que no en mucho ya tendrás a tu bebé en tus manos. Te quitas lo lentes de lectura, los pones en la mesa de noche que está a la par de tu cama. De pronto te preocupas, hace media hora que ella entro a bañarse hace media hora no sabes nada de ella... te sientes preocupado, luchas contra tus instintos de no salir corriendo he ir a buscarla. Entonces la llamas, ya no aguantas más, sabes que ella te lo prohibió, pero la llamas. -¿Pan, amor estás bien? –preguntas con cierto miedo en tu tonó de llamarla, te preocupas al no oír su respuesta.

Ella sale del baño, vez que se seca unas cuantas lagrimas de los ojos. La ves preocupado, abres la boca para hablar pero ella pone su mano en forma de alto frente a tu cara, y te callas, estas preocupado pero no hablas.

Ella se sienta en la cama, la toalla que trae puesta deja ver sus sensuales hombros. Si no fuera por su embarazo la harías tuya, así como lo hacías antes de que ella saliera embarazada...

Ella baja la cabeza y deja caer unas lágrimas que traía atoradas en su interior, mientras tú solo te preocupas. Te acercas hacia ella. Ella habla antes de que la toques –Quiero el divorcio –dice ella en susurro. Tú te quiebras por dentro, pero ella se ahoga en llanto y eso te preocupa. -¿Qué rayos estás diciendo, pan? –saltas molesto, la fulminas con la mirada.

La amas tanto que no la dejarías ir, jamás lo harías, ella es tu vida, ella y el bebé que carga es el fruto de tu amor, jamás dejarías a tu bella pequeña por nada del mundo. Será tuya por toda su vida, lo juraron ante Dios. Pero... te decepcionas al ver que ella ya no te ama y de seguro conoció a otro.

Ella te mira, aun tiene lágrimas en los ojos, y eso te molesta más. –Ya no me amas... -susurra, pero eso no lo logras comprender, y te preguntas ¿Por qué dijo tal cosa? ¿Cómo es posible que diga que no la amas? Es qué... ¡Ella es tu vida!.. Y no estás exagerando, de verdad la amas. Ella vuelve a hablar –Es por esa razón por la que quiero el divorcio Trunks, te dejo libre.

Ella llora, no estás seguro si reír o ponerte a llorar junto a ella; por una parte estas sumamente feliz, porque ella sí te ama. Pero te sientes triste por qué quizás no le demostraste cuanto la amas, quieres abrazarla y darle un gran beso, un beso con sabor a te amo, un beso con sabor a delirio.

La ves, tu rostro esta inexpresivo. Hablas: -¿En qué te basas para decir que no te amo? -tu mirada esta brillosa, a caso quieres ¿llorar? Tal vez, la amas tanto que el solo imaginar que la pierdes es un feo dolor es un dolor que te hace sentir morir.

Ella te ve seria, se ha secado su rostro con sus manos. –Ya no me tocas, sé que te doy asco, sé qué para ti ya no soy la misma chica con un lindo cuerpo, ahora tengo una gran barriga... ya no soy atractiva, perdóname –ella vuelve a llorar. Tú te encuentras en la misma situación de antes, no sabes si abrazarla y besarla o llorara.

-Amor, no te enteras de nada, yo te amo, ¿Por qué no te das cuenta? –le dices, esperando que ella te abrace, pero ocurre lo contrario. Ella se para y te mira de frente.

-Sí me amas como dices, hazme tuya, una sola vez... desde que salí embarazada no me tocas, casi ni me besas... -ella llora. Ya no aguantas más y te paras.

Están frentes, los dos se miran fijamente, ella te mira triste. Le acaricias el brazo, y la miras enternecido, vez su hermoso rostro, ese rostro tan blanco y tan bello, el rostro de tu hermoso ángel.

Le acaricias el rostro, no dices nada. Ella te mira anhelante, ella quiere lo que le vas a hacer a continuación... la besas, le besas esa boca, la devoras sin compasión, tomas su mano y la pegas hacia a ti, te acercas a ella, quieres sentir más profundo sus respiraciones, quieres sentir sus horcajadas más cerca todo de ella.

Devoras esa boca con tanta pasión, estabas tan anhelante, eso tiempo que no habías podido gozar besarla, ese tiempo que habías sentido infinito, en el tiempo que no habías probado sus labios, sientes sus labios los más dulces y carnosos del mundo. Los besas con tanta pasión, sientes ese calor en tu cuerpo, sin pensarlo te estás acalorando, y no es un calor externo, es un calor interno.

Te has excitado, y eso es porque no puedes evitarlo, la deseas, y extrañas tanto la sensación de penetrarla... la tomas de los hombros y te separas de ella... la miras a los ojos y hablas -¿Te quedo claro que aun te amo?

Ella te mira, se puede decir que te mira molesta, ella hubiera querido que siguieras, ella hubiera preferido que la penetraras, que la hicieras suya otra vez, a ella no le basto un beso, ella te desea demasiado como para conformarse con un beso. –sí tanto me amas, hazme tuya... -ella evita mirarte, aun sigue siendo como cuando la conociste, ella le encanta se penetrada, pero aun así nunca en la vida te diría eso.

Se sienta en la parte frontal de la cama, ya no te mira, no sabes sí está molesta o triste, pero lo que sí sabes es que esta avergonzada.

Te sientas junto a ella, pero tampoco la miras, no sabes cómo decirle lo que te pasa, la verdadera razón por lo que no quieres penetrarla. –Pan, no puedo hacerlo –le dices aun sin mirarla, puedes jurara que ella se volvió a mirarte. Y que lo hizo con el seño fruncido.

Ella habla... -sí no me amas creo que no hay nada más entre nosotros, es mas creo que nunca habrá un nosotros.

La callas con un beso, ella te corresponde, y nuevamente dejan enterar la pasión en sus cuerpos, nuevamente te dejas consumir en el placer de sus labios... sientes de nuevo ese calor, nuevamente quieres sentir más, nuevamente quieres sentir el rico placer de sus labios. Es que no sabes explicar lo que sientes, es muy difícil decirlo en palabras. Son tus fantasías mas reprimidas las que se hacen acto de presencia en ese momento, las que no pueden parar de salir de tu imaginación... no sabes cómo pero tienes que detenerte. Te separas para coger un poco de aire, ya que los besos que ustedes dos experimentan son tan traslucidos que no dejan espacio para coger aire... Hablas, hablas un poco jadeante. –Tengo miedo, por esa razón no quiero hacerte el amor....

Bajas la mirada, una sonrisa aparece en el rostro de tu esposa, puedes jurara que está feliz porque si la deseas, pero tú no estás feliz, tu quieres hacerla tuya pero no puedes. –No es gracioso... Pan, yo no quiero lastimar a la bebé, amor, entiéndeme.

Ella ahoga una pequeña risa, eso te molesta.... –Los bebés no sufren ningún daño, hasta el séptimo mes – la miras un poco molesto, de haber sabido eso antes la hubieras hecho tuya desde hace mucho tiempo....

-Maldición... ¿sabes cuánto tiempo he tratado de no hacerte mía? ¡Sí hubiera sabido esto antes!

No te resistes, ya no podrías resistirte aun que lo quisieras, la besas, la besas con suma pasión, pero esta vez avanzas más, llevas una mano hacia la zona más intima de tu mujer y la acaricias, lo haces en forma de círculos, vas despacio vas con calma, empiezas a deleitarte con el primer gemido de tu esposa... eso te excita, eso te vuelve loco, te enloquece eso... sabes muy bien que ella no exagera, ella siente mucho placer, ese es el placer que tú le das y que solo contigo a experimentado eso....

Ella ya esta despojada de la única prenda que hace unos segundos le quitaste, la toalla ya yace en el suelo. Tu mujer, tiene las piernas abiertas para ti. Tú te deleitas jugueteando con su clítoris, sientes como tu intimidad va aumentando su rigidez con cada gemido de tu bella y linda esposa...

-penétrame.... –dice tu mujer entre cortado, sus gemidos no la dejan hablar con claridad, pero tu si la escuchas, tu si quieres seguir pero te invade nuevamente el miedo...

-lo siento, pero.... tengo miedo....

La ves con miedo a que ella te grite....

-por favor trunks otra vez con eso.... 

Gracias por leer hasta acá, espero haya sido de tu agrado el capitulo, si te gusto, te invito a votar y comentra, y si te gusta alguna de mis historias te invito a seguirme de igual manera. Sin nada más que decir, me despido, dándoles unos besos y abrazos. Att. Linda Brief.