Escrito en Abril del 2021
Un crimen será la puerta para que un ser oscuro tome posesión de aquel cuerpo moribundo, agonizante y con sed de venganza, en su último aliento su dueño pedirá venganza como último deseo y el sobrenatural ser se lo conceder...
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La mañana había llegado, la guardia real estaba en sus lugares a excepción de Chen quién permanecía en el gran comedor, los Reyes bajaron y tomaron sus lugares a la espera de su majestad el príncipe Taehyung.
La guardia real permanecía a la expectativa del macabro descubrimiento, dejaron a su príncipe con múltiples fracturas, sorbiendo sangre por la boca y la nariz, seguramente habría muerto ahogado en su propia sangre o con el corazón perforado por alguna costilla rota.
Chen pensaba en lo bondadoso que fue en vida el joven príncipe, no se arrepentía de haber acabado con la vida de él pues eso atentaba contra la de su familia, pero sabía que había sido un daño colateral totalmente injusto.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando él rey le pidió ir a la alcoba de su alteza y llamar al príncipe, en seguida sus pasos fueron interrumpidos por la voz del lacayo que anunciaba al príncipe Taehyung.
El pánico hizo presa de aquellos nueve cobardes que observaban expectantes, en efecto, su alteza comenzó a bajar las gradas por su propio pie, vestía diferente a lo de siempre, acostumbraba a lucir colores vivos y alegres, combinando su mirada a pesar de tener ojos negros su mirada era buena, llena de paz.
Ahora tenían delante a un príncipe que vestía totalmente de negro, su mirada tenía un tono más claro y diferente al negro habitual, ahora era color ámbar oscuro, pero siniestra y misteriosa, no dirigió la mirada a nadie más que a sus padres cuando llegó junto a ellos.
Los asesinos lo veían aterrados, era él, era Taehyung, su rostro estaba impecable, no tenía ni un rasguño, no había nada del daño que le hicieron.
-Buenos días padres... - Dijo haciendo una reverencia, ahora también era más ronco de lo habitual.
-Buenos días hijo, ¿Alguna razón especial para traer lentes?-preguntó el rey curioso viendo el color diferente de sus ojos.
-El astigmatismo, padre... -respondió con respeto - Chen, ¿Podrías dejar de mirarme? Me incomoda la manera en que lo haces, parece que hubieras visto un fantasma! - atacó molesto a su escolta, lo miró y Chen logró ver el infierno en aquellos ojos, era evidente el odio.
-Tranquilo hijo, parece que te has levantado de mal humor... - habló la reina, para calmar a su hijo.
Todos habían notado que era un hombre diferente el que había bajado a desayunar, no cabía duda, Vante había poseído el moribundo cuerpo de su hermano y ahora vengaría la tortura a la que sometieron al inocente príncipe.
Taehyung había muerto, no había duda de eso, su padre Arlener sabía la verdad de lo que había ocurrido y la forma tan cruel en que mataron a su hijo, apoyaba a Vante incondicionalmente en su venganza.
El príncipe, luego del desayuno bajó donde se encontraban los prisionero de guerra, buscó a la alguien que fuera su víctima.
El rey en realidad no era malo, cuando ganó una batalla de un gobierno que los había atacado hubo soldados que imploraban clemencia y juraron lealtad al rey para salvar sus vidas y las de sus familias.