Libro dedicado a este precioso ser llamado Armin Arlert. Hecho por y para las simps de este bello personaje.
Pedidos súper abiertos para darme ideas de lo que sea que quieran ver.
Aclaración: No haré lemmon, porque me incomoda mucho
Portada chafa po...
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Los días de escuela sin duda eran aburridos, en especial cuando es época de exámenes donde además de eso se vuelve estresante. Pero no todo era malo, porque un día pasó algo que tú nunca te hubieras imaginado.
Recién saliendo de una clase, viste a lo lejos a un chico, rubio y de ojos azules. Su cabello corto y sus rasgos faciales eran hermosos a simple vista, al menos así te pareció a ti. Si antes no creías en el amor a primera vista ahora podías confirmar que sí era real, porque la manera en que te sonrojaste y tu corazón se aceleró no era normal, no era simple atracción.
Qué lástima que él estuviera en un salón diferente al tuyo.
Lo veías de vez en cuando en los pasillos, siempre estaba acompañado de un chico castaño de ojos verde-azulado que con un cabello largo que recogía en una pequeña coleta y una chica azabache de apariencia asiática que llevaba el pelo corto. No hacía falta ser muy observadora para darte cuenta de que los tres eran muy cercanos, pero tampoco podías evitar querer saber más y más sobre él.
— ¿Un chico rubio y de ojos azules de otro salón? — cuestionó Ymir, ella conocía muchas personas, así que fue a ella a quien acudiste, con suerte podía decirte el nombre de aquel chico. — No lo sé.... conozco a muchos rubios. — pensaste por un momento cómo reducir sus posibilidades con algún otro rasgo.
— Ya sé, él se parece bastante a Historia pero tiene el cabello corto.
— Ah, creo que ya sé de quién hablas. Armin Arlert, creo que se llamaba, se ve como un chico muy simple; pero ¿por qué te interesa? ¿Él te gusta o algo así? — tu repentino sonrojo te delató. — Oh, él en serio te gusta.
— B-Bueno, es que... no lo conozco realmente, y-yo quería saber un poco más sobre él, e-es todo.
— Ya veo, bueno, entonces tal vez pueda interesarte saber en qué salón está.
(...)
Luego de que Ymir te dijera el salón donde él estaba, tomaste una decisión. No ibas a declararte directamente ni en persona, ibas a dejarle una nota en su banco del salón.
