"Lágrimas coloridas"

288 36 29
                                    

Estar en un lugar lúgubre no era algo muy lindo que digamos, menos tener cadenas tomándote de las muñecas, casi no entraba luz de las ventanas –suerte que en el salón había velas colocadas en alto y eso iluminaba- pero bueno eso era lo menos importante ahora. Solo se escuchaba el viento chocar contra los ventanales y como si algunas plantas se movieran fuera del salón pero no lo sabían, no habían visto fuera de ese lugar.

La tensión era demasiada, Marco y Kubo se paseaban por el salón porque era lo único que podían hacer, el menor de ellos se acercó a la manta que desde el principio tuvo la curiosidad de ver; por fin pudo tirar de ella y miró muchas botellas. Estaba en shock, eran las mismas que tenían los demonios cuando salieron Raiden y Ernesto.

-Son demasiadas...

Marco volteó a ver al de coleta, sin pensarlo fue al lado extremo y tomó la otra manta para poderla retirar; se sorprendió al ver la otra gran cantidad del otro lado.

-Y no son las únicas...

Kubo miró a donde estaba al del lunar en la barbilla, ok, eran muchísimas ¿Tantas personas habían hecho un trato con el Charro? Sin pensarlo le dio un mareo y mal presentimiento al solo pensar qué pasó con aquellas personas o por qué lo hicieron en primer lugar.

-¿Qué tan desesperado debes estar para hacer esta barbaridad?

Soltó Marco sentándose en el suelo –porque ni decencia por parte del amo del infierno, no les dio ni para sentarse en sillas o algo- y cruzándose de brazos. Kubo imitó su acción solo que del otro lado del salón, mínimo quisiera al ver afuera pero el ventanal estaba muy arriba.

-¿Qué creen que haya afuera?

Preguntó al aire, no sabiendo si le responderían o algo pero mínimo quiso romper el hielo.

-¿No escuchaste? El inframundo, bah

-Lo sé pero no les da curiosidad saber ¿Cómo es el inframundo por fuera de este... "salón"?

El ojidorado rodó los ojos, creo que ya tenían muchos problemas pero si su amigo estaba intentando alegrar el ambiente pues le seguiría la corriente. Lo miró y asintió, tal vez era como su madre alguna vez le dijo del infierno; según ella era un lugar en llamas, donde sufres eternamente, iban las personas "malas"; solo tal vez.

-Pues tal vez sea un lugar muy seco, me dijeron que con mucho fuego pero no lo sé

El azabache solo sonrió un poco al saber que De la Cruz le siguió la conversación, lo volteó a ver y asintió una vez en agradecimiento, Marco hizo lo mismo. Esperen ¿No sienten que falta algo? Ambos voltearon a ver al tercer y último intrigante que estaba en una esquina abrazado de sus piernas, Miguel estaba muy callado –eso no era habitual en él-, ok, seguro y era por la situación en la que estaban.

-Miguel ¿Estás bien? Digo, sí, estamos atrapados en el mismo infierno pero ey estás completo y eso es bueno ¿No?

Solo negó y ocultó más su rostro entre las piernas; Marco miró a Kubo quien solo alzó los hombros no sabiendo qué le ocurría a su amigo.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Los pasos retumbaban en su habitación que ambos compartían, por cómo estaba algo enroscada su cola puntiaguda Kyle pudo deducir que estaba pensando en algo. No sabía qué pero igual tampoco era como que no pudiera apostar que era acerca de esos chicos que ahora estaban en la sala principal como prisioneros.

-¿Necesitas ayuda?

El de diastema paró de caminar -¿Cuánto llevaba caminando en círculos? No lo sabía, no le tomó importancia- y miró a su amigo, quien yacía en una de las dos camas acostado viéndolo con una ceja arqueada.

Los músicos que tocaron en el inframundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora