SKY ⟢ kookmin au

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—Es muy desvergonzado de tu parte que hables con Jungkook cuando ustedes son los causantes de todo.

La pequeña sonrisa que se había asomado por los labios de Jimin tras leer aquel último mensaje de su novio desapareció apenas escuchó a Namjoon soltar esas palabras. Su rostro no solo se contrajo en desagrado y pesadez, sino que también en una confusión que lo hizo saltar a la defensiva.

Hasta hace un momento, todo estaba bien para él puesto que Namjoon no le había dirigido el habla, pero al parecer el silencio en el auto había sido demasiado bueno para ser verdad.

—No me molestes, Namjoon —bufó Jimin, guardando su teléfono en el bolsillo del abrigo que le había prestado Jungkook y se cruzó de brazos, mirando hacia la ventana.

Namjoon resopló una corta risa—. ¿Qué? ¿Me vas a decir que no te sientes culpable de que debido a ti tu madre ahora esté en un hospital?

No solo su piel erizó en sorpresa, sino que también su corazón dejó de latir por unos segundos. Jimin frunció su ceño y volteó rápidamente hacia Namjoon, encontrándose con el perfil del moreno.

—¿Qué mierda dices? —masculló—. Yo no tengo la culpa de que mi mamá se haya sentido mal. Ella sufre del corazón y tú lo sabes.

—¿Y a qué se debe el que se haya vuelto a sentir mal al punto de tener que ser llevaba de emergencias? —cuestionó Namjoon sin dejar de tener sus ojos en la calle, deteniendo el auto en cuanto llegaron a un semáforo en rojo—. A que su últimamente rebelde hijo discutió con ella y se fue de la casa sin importarle nada, todo por estupideces.

El corazón de Jimin se oprimió en su pecho y sintió su estómago revolverse, como si le hubieran dado una patada ahí mismo. Tan dolorosa como cruel.

—¿Estupideces? —espetó, sonriendo amargamente ante el músculo que tembló en su rostro lleno de rabia—. ¡Solo le conté lo mal que la pasé contigo, idiota! ¡Yo no tengo la culpa de nada!

Exclamó totalmente ofendido. Era sorprendente la confianza con la que Namjoon decía las cosas, desbordando un descaro que nunca imaginó ver. Jimin sabía que no era su culpa, él no era el culpable de que su madre ahora estuviera en emergencia, él nunca quiso alterarla.

Él solo estaba cansado y quiso ser escuchado. ¿Acaso eso estuvo mal? ¿Estuvo mal el que quisiera librarse de toda esa mierda que lo volvía un prisionero? ¿Que quisiera feliz?

Namjoon volteó a mirarlo vagamente, pensando en algo para contestarle al chico. Sin embargo, sus ojos captaron algo que ensombreció de un momento a otro su mirada. Se trataba de un detalle en el cuello de Jimin que este no había caído en cuenta.

Mal el momento en que se dio cuenta.

—Ah, ya veo —soltó Namjoon con ironía—. No quisiste volver a tu casa porque preferiste quedarte en casa de Jeon para follar.

Jimin se tensó sobre el asiento y sus ojos se abrieron en demasía, pasmado por lo que había escuchado. Las palabras se atascaron en su garganta y la impresión le impedía reaccionar.

¿Cómo...? ¿Cómo sabía...?

El semáforo dejó la luz roja para pasar al color verde y esa fue la señal que necesitaba Namjoon para presionar con fuerza el acelerador y arrancar, haciendo sonar peligrosamente los neumáticos contra el asfalto. Jimin tragó en seco y apoyó asustado su espalda contra el asiento. Su respiración se volvió errática y sus manos se sujetaron con fuerza de los costados.

La velocidad estaba siendo mucha, tanto, que le estaba generando un pánico nunca antes sentido.

—N-Namjoon —tartamudeó mirando hacia el frente—. Baja la velocidad, por favor.

—Estoy cansado de tus putos juegos, Jimin, tuve demasiada paciencia contigo —escupió Namjoon encolerizado—. ¿Tanto querías molestarme al punto de acostarte con el imbécil de Jeon? ¿No sabes que solo eres alguien más en su lista de personas a las que pudo cogerse fácilmente?

—Namjoon, me quiero bajar...

—¡No hasta que me respondas!

—¡No hice nada para molestarte! —exclamó Jimin con voz estrangulada, mirando con pavor los autos y desesperándose cada que escuchaba un claxon tras de ellos—. ¡Entiende que ya no quiero regresar contigo! ¡Estoy feliz con Jungkook, quiero a Jungkook y amo a Jungkook!

Eso no fue más que la verdad de un corazón que deseaba vivir en paz, pero terminó de ser el quiebre de la dañada mente de Namjoon.

Se dejó consumir por la rabia, una que lo cegó y nubló todos sus pensamientos. Su mandíbula se tensó y sus nudillos se volvieron blancos por la fuerza que estaba usando para apretar el timón.

Y en vez de bajar la velocidad, la subió.

Jimin sentía que su corazón saldría de su pecho en cualquier momento. No sabía si llorar, si gritar o si simplemente cerrar sus ojos rogando que todo parara, que Namjoon entrara en razón.

Por favor... Por favor...

De pronto, el sonido de un claxon proveniente de su lado izquierdo lo hizo girar en esa dirección. Fue apenas un segundo, quizás menos de eso, pero apenas sus orbes cristalizados se enfocaron en la ventana del lado de Namjoon, el auto se sacudió violentamente y sintió su cuerpo chocar contra todos lados.

Todo se volvió oscuridad.