SKY ⟢ kookmin au

Final

Preguntando y preguntando, finalmente había dado con el paradero de su novio. Jimin tuvo que caminar hasta el jardín del lugar donde se estaba llevando la fiesta y pudo ver varios caminos de distintos puntos que se enlazaban. Habían pequeñas luces ubicadas en el amplio césped y también pudo visualizar algunas bancas en todo el jardín. Fue precisamente, en una de las tantas bancas de madera, que se encontraba Jungkook, sentando y manteniendo su vista en el cielo.

La noche y él se veían igual de perfectos.

Una suave sonrisa se deslizó sobre sus labios al admirar su perfil y luego comenzó a caminar en su dirección, acercándose a paso lento y un tanto discreto. Jungkook giró su rostro apenas escuchó y sintió la presencia de alguien más a su lado ocupando el lado vacío de la banca, y sus cejas se levantaron levemente cuando se encontró con el bonito rostro de Jimin.

—Estrellita —fue lo primero que dijo apenas lo vio.

—¿Qué haces aquí solo? —cuestionó haciendo un puchero de por medio, arrancándole una amplia sonrisa al contrario—. Te estaba buscando para bailar, pronto pasarán las canciones para parejas y... —su voz fue bajando poco a poco cuando una idea se fue formulando en su cabeza y su mirada no tardó en bañarse de preocupación—. ¿Está todo bien, Kook?

El chico se quedó en silencio por unos segundos, con un rostro inexpresivo pero con sus ojos brillando bajo la luz de luna. Jimin no entendía porqué, pero sentía su corazón latir lentamente ante la ansiedad de no saber qué pasaba en la cabeza de Jungkook en esos momentos, de no saber porqué estaba callado y porqué lo miraba de esa forma tan intensa y penetrante.

Finalmente, se quedó inmóvil cuando sintió unos cálidos y suaves labios posarse sobre su frente descubierta, y continuó así incluso cuando el chico de tatuajes se echó sobre la banca, posando su cabeza sobre su regazo y cerrando sus ojos.

—Kook...

—Estoy bien, estrellita —sabía que decía la verdad, Jungkook era muy sincero al respecto y eso lo alivió. Llevó sus manos al suave cabello negro, empezando a dar delicadas caricias sobre él, y pudo ver un ligera sonrisa asomarse sobre los finos labios del chico—. Solo... Me puse a pensar un poco.

—¿Sobre? —preguntó bastante intrigado.

—Después de que me hablaste sobre tu pesadilla, fue inevitable para mí no recordar las peores horas de mi vida —Jimin mordió su labio inferior, pudo sentir ese rastro de tristeza que acompañaba la voz ajena—. A pesar de sentir que el alma me volvía al cuerpo al saber que todo había salido bien en tu operación, algo chocó en mí al ver a la mamá de Namjoon derrumbarse de un segundo al otro tras saber que su hijo no había sobrevivido y, peor aún, saber que su hijo también era culpable por manejar a alta velocidad —hizo una pequeña pausa para luego soltar un pesado suspiro—. Y el recordarlo ahora más lo de tu pesadilla, me hizo darme cuenta que yo también hubiera reaccionado así, me hubiera sentido destrozado y ahora sería alguien muerto en vida.

—El accidente fue algo bastante fuerte —murmuró Jimin, subiendo su mirada al frente, admirando la leve oscuridad—. Incluso mis papás hasta ahora siguen sintiéndose culpable de lo sucedido.

—Es normal, estuvieron a punto de perder a su hijo en un accidente que bien pudieron evitar si tan solo te hubieran alejado de Namjoon desde antes —dijo Jungkook—. Tuvo que pasar eso para que entendieran su grave error.

Jimin asistió, porque no era más que la verdad. En ese tiempo muchas cosas habían cambiado, con ello sus propios padres, que aún viven con la culpa de casi perder a su hijo, a pesar de que él mismo ya les había dicho que no tenían la culpa de nada.

—Pero, ¿sabes? —Jungkook abrió sus ojos al escucharlo hablar, encontrándose con una dulce y amplia sonrisa por parte de Jimin—. Eso ya no importa porque ahora estoy aquí, vivo, y contigo.