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Tormenta

Tal vez no lo noten pero ufff

¡ESTOY SIENDO UNA PUTA MÁQUINA!

Me apuré con ésta parte como no se imaginan xD

No tienen idea de lo emocionada que me sentí escribiendo éste capítulo, espero transmitir la misma sensación con ustedes 💖

A propósito, me gustó como encajó ésta canción jsjs

La imagen del rey de la noche no tiene mucho que ver con el cap de hoy, pero me encantó cómo las rolitas de Tommee (mi reina) son tan perfectas en éstas historias UwU

• Dato que nadie pidió: escribí ésto un día que había literalmente una tormenta en mi ciudad, truenos, rayos, agua y ésas cosas...

Bien, empecemos...
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Unos días antes...

Luominen

La tensión seguía en aquél castillo tras la partida de la princesa.
Cuando todos los caballeros fueron enviados a buscarla por todo el reino, se les ordenó a los sirvientes dar su testimonio de lo ocurrido.

La gran mayoría había salido impune pero muy pocos de ellos los seguían reteniendo en la fortaleza.
Las veces que algunos grupos pequeños regresaban de su búsqueda, se preguntaron acerca de lo que estaban haciendo respecto a la servidumbre, claro que nunca les contestaron esas dudas.

Pero a pesar de que les negaron la información y de que unos dejaran las cosas como estaban...

Cierto capitán que dejó a sus subordinados recientemente, se encontró con esa desagradable sorpresa cuando llegó a entregar su mensaje urgentemente.

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- ¡¿Qué significa ésto?!

Los gritos en aquella sala no se hicieron esperar.

En cuanto cruzó la puerta, los dos hombres que se encontraban de por sí muy tensos, se extrañaron de verlo ahí y después de que les explicó la razón de su regreso imprevisto, las cosas empeoraron.

- ¡¿E-Estás seguro de lo que viste Inui-san?! -Preguntó el hombre mayor con la misma preocupación que su compañero.

- ¡Lo estoy! -Afirmó.

- ¡¿Tienes pruebas a caso?! -Gritó más demandante.

- De hecho si...

Los dos mostraron confusión con sus palabras, por un lado Ericsson confiaba ciegamente en él, sabía que no era una persona que buscaba atención y que era un soldado de confianza. Pero por el otro, Ernest seguía dudoso de su testimonio, si era verdad que tenía pruebas; deseaba verlas con ansias y sacarse todas sus dudas.

Hound Dog se quitó el bolso que llevaba con él para su misión y lo puso sobre la mesa. Miraban atentamente sus acciones, vieron como el hombre sacó de la bolsa una daga manchada de sangre seca. De momento no entendían cuál era el problema y al ver que no notaban nada raro, les enseñó el símbolo que tenía grabado en la hoja del arma.

- ¡Maldición! -Gritó muy furioso Ernest al ver el grabado.

- ¿E-En dónde la encontraste? -Preguntó Ericsson tomándola con nerviosismo.