Calma

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Era una mañana algo templada en ciertas regiones, aunque la lluvia se disipó muchas horas antes, aún así quedó rastro del clima frío y húmedo.
El cielo estaba ligeramente nublado y cómo casi todos los días, comenzaron a tomar vida los bosques de manera temprana, mientras tanto en los pequeños poblados recién se empezaba la actividad.

Un grupo de caballeros se encontraban recorriendo los prados, en éste grupo en particular había una chica de cabello corto de color morado y un joven con lentes montados sobre sus caballos en una dirección en específico que su "líder" les otorgó.
Inui Ryō era su nombre, aunque también en el reino era más conocido por su apodo "Hound Dog" por tener un gran olfato cómo el de un sabueso y por su afición a los caninos. Su pequeño grupo de tres se dirigía a un camino diferente al que fueron el resto de caballeros del castillo; los dos jóvenes a su cargo estaban más que curiosos de saber a dónde era su rumbo, pues lo único que hacía aquel hombre era guiarlos por el camino e ir charlando sobre cosas de su interés.

Todo marchaba bastante tranquilo para los chicos, Iida había estado poniendo su atención en el paisaje que pintaba el día que por poco y no nota que su compañera había estornudado.

- Maldición... -Habló limpiándose con un pequeño pañuelo para luego frotar sus brazos- Creo que debí traerme algo más abrigador...

- ¿Segura que estás bien? -Le preguntó algo preocupado.

- Si... no pasa nada sólo es por el clima... -Le dijo intentando reducir su preocupación.

Lo cuál no funcionó porque él se sacó su capa y se la tendió a la chica en los hombros.

- Te dije que estaba bien... -Hizo un pequeño puchero.

- Para la próxima trae algo que te cubra bien del frío, tu armadura no es tan expuesta pero aún así debes cubrirte -Comentó el peliazúl levantando uno de sus brazos cómo costumbre.

- Ni me dio tiempo de hacerlo...

- ¡Oigan niños no se detengan! -Interrumpió el mayor mientras cabalgaba hacia ellos.

- Discúlpenos señor... sólo me aseguraba de que mi compañera estuviera bien... -Se disculpó.

- Está bien, pero recuerden que hay que avanzar rápido...

Sin ninguna otra excusa volvieron a tomar el mismo rumbo y a aumentar la velocidad en silencio. Miraron los alrededores distrayendo un poco su atención, era verdad que habían conocido un poco más del mundo siendo caballeros, de alguna forma ya tenían experiencia fuera de los muros del castillo.

Pasaron unos cuántos minutos hasta que se toparon con un pequeño arrollo de agua, fluía con total tranquilidad, su líder decidió que debían descansar un poco; pues no habían parado de buscar por horas, así que supuso que no sería algo malo.

Bajaron de sus corceles para dejarlos descansar un poco en lo que ellos se refrescaban, Jiro acarició a su caballo y se acercó al agua para beber un poco, se colocó de rodillas al igual que juntaba sus manos para agarrar agua.

- Está fría... -Murmuró para sí misma al primer sorbo que le dio, ya después se acostumbró a la temperatura.

En lo que ella estaba bebiendo, Iida se había sentado en el césped por un momento, miró a su superior por un rato, pensaba en preguntarle a dónde estaban yendo y porqué se habían separado del grupo inicial, la curiosidad le ganó así que después de reprenderse a sí mismo le habló.

- Disculpe señor... -Le llamó, el hombre rápidamente le puso atención, así que continuó- ¿A dónde vamos?

El contrario supo que ya no podía evadir esa pregunta por más tiempo, dió un suspiro de cansancio y decidió hablar.

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