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Té Verde y Algo Más

- ¿Green Tea? -Preguntó de igual manera la pelicorta.

- Así es, Midoriya-kun trabaja aquí -Iida les explicó brevemente a los otros tres.

- Es negocio mío y de mi mamá -Agregó el peliverde y comenzó con una breve explicación de manera alegre- Es una posada para viajeros recurrentes o cualquier persona que quiera pasar el rato

La primera impresión que tuvieron fue una de sorpresa que se les notó al instante en las caras. No imaginaron que aquel muchacho iba a llevarlos específicamente a su hogar/trabajo, pero al menos fue más de lo que imaginaron Momo y Shoto (este último llegó a creer que los iban a entregar, afortunadamente fue un alivio para él darse cuenta que no era así).

- ¿Nos quedaremos aquí? -Preguntó Jiro todavía un poco conmocionada. Midoriya mientras tanto, le brindó una amigable sonrisa y un asentimiento.

- Iida-kun mencionó que necesitaban ayuda y bueno... -Se frotó la nuca con una mano y sonrió un poco apenado de sí- Los veo bastante cansados, supuse que necesitan un respiro

La amabilidad del chico les cayó de golpe a todos, sobretodo al bicolor, no estaba acostumbrado de por sí a tantos gestos de "caridad desinteresada", es por eso que se anda con cuidado con esa clase de situaciones. Aunque al ver la actitud del chico pecoso, no pudo evitar pensar que de verdad era alguien sincero y los estaba ayudando de corazón, según él, era un poder extraño que tenía Midoriya el de hacer sentir cómodo a cualquiera de su alrededor.

Mientras Shoto hacía sus propias conclusiones, Momo por su parte quería llorar de lo conmovida que estaba. Había sido un día con demasiadas emociones encima que ya sólo quería descansar de ello y de la nada llega este joven de cabello revuelto a ofrecerles asilo sin un motivo oculto aparentemente. Quería darle un abrazo de lo feliz que estaba, sin embargo, calmó un poco su emoción al recordar lo escéptico de su compañero de viajes, pues él tenía algo de razón.
Uno de sus mayores fortalezas y "defectos", era que confiaba ciegamente en las demás personas, ella no podía evitarlo, pero apenas está entendiendo lo cruel que pueden ser las circunstancias donde de verdad no pueda confiar en nadie. Afortunadamente encontró a Shoto y él actuó de buena fé con ella, desde entonces confía al cien porciento en él; quizás es un arma de doble filo esa cualidad, pero no dudará en experimentar su suerte con Midoriya.

Dio un paso adelante y tomó la mano libre del chico peliverde entre sus manos- ¡Muchísimas gracias por este gesto Midoriya-san! -Le brindó una enorme sonrisa de gratitud- ¡Le prometo que le pagaré adecuadamente este favor! ¡Los Yaoyorozu cumplimos nuestras promesas!

Ante eso último, Iida bufó ligeramente y sonrió con algo de tristeza, un gesto del que únicamente Shoto se percató.
Su atención no duró mucho en el chico de lentes, su mirada se desvió a un muy nervioso peliverde que no sabía que hacer en ese momento. Él estaba temblando y con las mejillas rojas, determinó que estaba avergonzado por la cercanía de la chica...

Eso último por alguna razón le dio una ligera punzada en el corazón que rápidamente se borró.

- ¡Y-Y-Yaoyorozu-san! -Habló con dificultad y de inmediato se corrigió- ¡M-Majestad! -Eso lo empeoró y lo notó con las señas de los otros tres. Si se supone que se están "escondiendo" de la guardia, entonces no debería llamarla con su apellido ni con sus títulos- ¡S-Señorita no hay necesidad de que me lo pague! -Retiró su mano delicadamente de las de la princesa- ¡Yo lo hago con mucho gusto!

De pronto se metieron en una pequeña "discusión" de porque Midoriya debía aceptar una remuneración y de él tratando de hacerle entender a la princesa que no pasaba nada malo si no era así. Jiro se rió de eso, sabía que Yaoyorozu era tremendamente terca y no dejaría en paz al chico hasta que acepte el pago, no queriendo terminar ahí la broma, pero tampoco queriendo llamar más la atención de la gente, se apresuró en "apagar" el espíritu de competencia de ambos jóvenes.