Capítulo 25.

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- Cuéntame todo, hijo, no importa que estemos aquí hechos un mar de lágrimas ambos, te escucharé, quiero saber qué fue lo que pasó, a ti y a tu padre.

Asiento, comienzo a contarle acerca de las deudas de mi padre, cuando Ashton me secuestró y violó, le cuento acerca de mi escape y el disparo que recibí, omito lo de mi bebé, ya que aún no quiero tocar ese tema, ella me mira sorprendida con cada cosa que le cuento, pero no me interrumpe, le hablo sobre la casa en la que vivía y que Ashton me la había obsequiado, que fui secuestrado de nuevo por la persona que me disparó antes y que él mató a mi padre frente a mis ojos, para después quemar su cuerpo.
Le platico sobre la subasta y cómo Ashton me sacó de ahí, que después de eso ya no quise estar más en su cercanía y decidí alejarme, pero como no tenía más a dónde ir, él se encargó de buscarla a ella y traerme.

- Dios mío, - dice cuando termino de contarle - ahora más que nunca me arrepiento de haberte abandonado, si yo hubiera estado contigo, nada de esto hubiera pasado. - limpia sus lágrimas, - Le haremos una tumba a tu padre, aunque su cuerpo no esté, mínimo merece tener su tumba. - asiento.

Silik había quemado el cuerpo de mi padre después de sacarme de la habitación, me lo dijo cuando íbamos camino a la subasta, me sentí peor de lo que ya me sentía porque sabía que no podría darle sepultura a su cuerpo.

Mi madre se levanta y me abraza, no nos separamos por algunos minutos y seguimos llorando, sé que a ella le duele que mi padre haya muerto, bien o mal ambos pasaron más de 15 años juntos como esposos, aunque su relación no era la mejor, ya estaban acostumbrados a la presencia esencia del otro.
Nos separamos, acaricio su rostro.

- Mamá, aún hay otra cosa que quiero que sepas. - asiente - Pero siento que no puedo contarte.

- Tranquilo, cariño, tendremos mucho tiempo para hablar. - besa mi frente, - Vamos a dormir, me quedaré contigo hoy. - asiento, - Aún me parece tan irreal que estés aquí conmigo, no quiero perderte de vista.

Voy hacia mi habitación y me quedo de pie mirando a la nada, al poco tiempo llega mi madre y nos recostamos juntos, ella aún llora y yo la consuelo, sé que es difícil asimilar tantas cosas, se ha de sentir sumamente culpable por lo que me pasó, aunque no tiene la culpa.

Se queda dormida con lágrimas en su rostro, las seco y me quedo mirándola, no creí que volvería a verla algún día, pero aquí estoy, a su lado.

.-.-.-.-.-.

- Tranquila, tranquila. - le digo a la vaca que tengo en frente, Rick ríe y asoma su cara por debajo de la otra vaca.

- No te hará nada, es dócil, solo acaríciale un poco el lomo y estará bien. - asiento y lo hago, siento su corto pelaje entre mis dedos, me siento a su lado.

- ¿Cómo hago esto? - se levanta y se agacha a mi lado.

- Así. - toma mis manos y las pone encima de las ubres de la vaca, frunzo el ceño ante la sensación extraña que me transmite esto, hace que las apriete un poco.

- Oh ya salió, gracias. - me sonríe y vuelve a su puesto, sigo ordeñando a la vaca y logro sacar casi medio balde de leche.

- Para ser tu primera vez está muy bien. - le sonrío, le doy el balde y se aleja, el sol apenas está saliendo a lo lejos, respiro hondo sintiendo el aire fresco entrando en mis pulmones. Estar aquí me sirve de mucho.

Veo que el foco de la sala de estar se enciende y me dirijo a la casa, mi madre me sonríe cuando entro y se dirige a la cocina, - ¿Puedes despertar a Nicolás? Tiene que prepararse para ir al kinder. - asiento y me dirijo a la habitación de mi hermano.

- Nico. - le toco la cara, - Nico, despierta. - comienza a tallarse con sus manitas la cara.

- Hermano. - me sonríe y levanta sus brazos hacia mí, río y lo cargo.

- ¡Duncan!, ¿Nico ya despertó? - pregunta mi madre desde la cocina, le respondo que si - ¡Llévalo a la ducha!

- Ven, tienes que bañarte. - entro al baño con él en brazos, se quita la pijama mientras reviso que el agua tenga buena temperatura, - ¿Listo? - asiente y entra, le ayudo a lavarse el cabello mientras me platica sobre el kinder y sus amigos.
Cuando terminamos lo envuelvo en una toalla y lo llevo a su habitación de nuevo, - ¿Dónde está tu uniforme? - me señala un el armario, él se pone su ropa interior mientras tanto, saco su uniforme que está en un gancho y le ayudo a ponérselo.

- Yo me pongo los zapatos. - le sonrío y se los paso, se los coloca y los ata mientras repite las instrucciones en voz baja.

- Mira qué bien amarraste las agujetas. - sonríe orgulloso, tomo su pequeña mochila y nos dirigimos a la cocina.

- ¡Mami! - la saluda mientras se sienta en la mesa, salgo de la cocina al escuchar a Renata llorar.

- Ay pequeña. - digo y la levanto, de un día para otro ya tengo hermanos a los que cuidar, le dije a mi madre que la ayudaría en lo que pudiera y aquí estoy intentando cuidar lo mejor que puedo de los niños y ayudando a Rick con las actividades de la granja.

La arrullo un poco y voy de nuevo a la cocina, - Seguro tiene hambre, ten. - dice mamá, sigo moviéndome con la bebé y tomo el biberón que me da, la recuesto en mis brazos y comienzo a dárselo.

Me quedo mirándola mientras la alimento, no despega sus ojos de los míos, le sonrío levemente, levanta su manita e intenta tomar el biberón por sí misma, pero no lo suelto, los recuerdos de lo que pasó llegan a mi mente de nuevo, si me hubiera dado cuenta antes, si no hubiera escapado, tal vez me encontraría haciendo exactamente lo mismo, pero con mi hijo o hija.

- Si quieres yo la sigo alimentando. - se ofrece mi madre, la volteo a ver y frunzo el ceño por lo borrosa que la veo, mierda, estoy a nada de llorar.

Asiento, - Gracias. - me da una mirada extraña y toma a la niña.

- Acompaña a Nico a la entrada de la granja, el autobús pasará por él. - veo a Nico colocarse la mochila y acercarse a mí dándome la mano.

- Vamos, Duncan. - le sonrío y tomo su manita, abro la puerta y salimos, el sol ya ha salido por completo y está comenzando a calentar un poco el clima, camino de la mano con Nico hasta llegar a la entrada, nos quedamos de pie por algunos minutos hasta que apreciamos el gran vehículo amarillo a lo lejos, se detiene frente a nosotros.

- Sube, campeón, - sube al primer escalón, - pórtate bien, te veré en la tarde. - asiente y sube diciéndole a todos que soy su hermano mayor, sonrío al escucharlo.

Volteo a mirar la granja, aprecio la vista, el granero está en el centro, los corrales a la izquierda, hay un tractor en una esquina junto a una camioneta con remolque, a la derecha la casa y otra camioneta estacionada en frente, atrás se encuentran grandes hileras de plantíos que se pierden entre las pequeñas montañas.
Logro divisar a Rick entre los corrales, me grita y mueve la mano, sonrío y camino hacia él.

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Doble capitulo porque si.

LA DEUDA | [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora