Capítulo 29.

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Sonrío al escucharlo, - Lo sé. - contesto en voz baja.

- En este momento irá uno de mis hombres por ti, solo espera un poco.

- Está bien, prepararé todo para irme.

- Perfecto. - por extraño que parezca, sé que está sonriendo, - Te veré entonces. - asiento aunque no me mire y cuelgo.

Salgo de la cocina y veo a todos sentados en la sala, les sonrío.

- ¿Te irás? - pregunta mamá, asiento.

- Vendrán por mí para llevarme a la ciudad. - les digo.

- Yo quiero ir contigo. - dice Nico levantándose y caminando hacia mí, lo levanto.

- Si mamá quiere, puedes hacerlo. - su carita se llena de emoción y mira a mi madre con esperanza.

- ¿Me dejas mami? - ella me mira algo sorprendida.

- ¿Estás hablando en serio? - asiento.

- Si quieres también puedes venir, igual tú Rick, pueden venir conmigo, aunque sea unos días. - Rick me mira con una sonrisa y después mira a mamá.

- Puedes llevarte a los niños, yo me quedaré a cuidar la granja. - ella le sonríe con ternura y lo abraza.

- Entonces iré contigo, bueno, iremos, ¿cuándo llegarán por ti?

- En unas horas, Ashton ha dicho que mandara a alguien a por mí. - asiente.

- Ven, Nico, preparemos una mochila. - bajo a Nico y lo toma de la mano llevándolo a su habitación, me siento en el sofá frente a Rick.

- Me alegra que por fin hayas decidido llamarle. - asiento.

- Gracias por haberme dejado quedarme tanto tiempo, se los agradezco mucho, a ti y a mamá.

Sonríe y niega, - Esta también es tu casa, eres parte de la familia y serás bienvenido cuando sea que quieras venir.

- Gracias y digo lo mismo, pueden venir cuando quieran a visitarme, si algún día van a la ciudad pueden quedarse en la casa, cabemos todos ahí, es muy grande.

- Lo tendré en cuenta, gracias.

Me levanto, - Prepararé mi maleta. - asiente y voy hacia mi habitación, comienzo a sacar la poca ropa que tengo de mi armario y la paso a la maleta, no tardo mucho en dejar vacío todo, son pocas las cosas que traje conmigo.

Un claxon hace que me asome por la ventana, frunzo el ceño al ver una camioneta negra afuera, ¿tan rápido llegó?
Salgo rápidamente de la casa y me encuentro a Isaac saliendo del vehículo.

Se queda mirándome con una mirada algo extraña, pero termina por saludarme con un asentimiento, - Señor Duncan.

- Hola. - le sonrío, - Has llegado muy rápido.

- No vengo de la ciudad, sino de más cerca. - lo miro extrañado, - Le diré que el jefe me dijo que me quedase en un pueblo cerca de aquí para poder recogerlo rápido el día que llamara.

Lo miro sorprendido, - ¿Eso significa que has estado casi un mes viviendo aquí? - asiente.

- Pero no se lo cuente al jefe. - niego.

- No te preocupes, iré por mi maleta. - doy la vuelta, pero me regreso, - Mi madre y hermanos irán conmigo. - asiente, vuelvo a dar la vuelta y entro a la casa dirigiéndome a mi habitación, tomo la maleta, echo un último vistazo y salgo. - ¡Mamá!

- ¿Qué pasa? - se asoma por la puerta de su habitación con Renata en brazos.

- Ya debemos irnos. - se queda mirándome con cara de "¿tan rápido?" y vuelve a meterse en la habitación.
Rick sale de ella con una mochila colgando de su hombro y la pañalera de Renata en la mano, salimos juntos e Isaac abre la cajuela para guardar nuestras cosas.

Mi madre sale de la casa cargando a Renata y con Nico a un lado, - Mira mamá la camioneta. - dice emocionado, sonrío, llegan hasta nosotros y aprovecho.

- Isaac, ella es mi mamá, Marie, él es Nico y ella es Renata. - saluda con cortesía a mi madre y choca los puños con Nico. - Mamá, él será nuestro chófer.

- Y guardaespaldas. - dice con una media sonrisa, asiento.

- Cariño, nos vamos yendo. - le dice a Rick, éste le sonríe y se acerca a abrazarla y darle un beso a Renata en la cabeza.

- Cuídate. - le da un pequeño beso, - Ven aquí, campeón. - abraza a Nico, - Los veré en unos días. - me mira - Duncan. - se acerca a abrazarme, le correspondo, - Cuídate mucho, espero volver a verte pronto por aquí. - asiento con una sonrisa.

Subimos a la camioneta y arranca dejando atrás a Rick y la granja, el trayecto se me hace algo largo, pero no terminan siendo más de 2 horas de camino, cuando entramos a la ciudad sonrío al escuchar las exclamaciones de Nico sorprendido ante los edificios y todas las personas que hay.

Siento mi corazón latir a gran velocidad y un hoyo en mi estómago a causa de la ansiedad y los nervios, el latido se incrementa cuando comienzo a reconocer el camino que nos lleva hasta la casa, siento que mis manos sudan de solo pensar en llegar.

La veo a lo lejos y sonrío, en cuestión de segundos ya estamos cruzando el portón, tomo aire y me emociono al ver a Derek y Layla afuera de la casa, sonríen al ver la camioneta, de la que bajo nada más al detenerse, me acerco rápidamente a Layla y la abrazo.

- Duncan, te extrañé. - dice en medio del abrazo.

- Igual yo.

- Creo que yo también merezco ser abrazado. - dice Derek interrumpiendo, río y lo abrazo, - ¿Qué tal estás, Donita?

- Mucho mejor ya que estás aquí. - bromeo.

- Claro, soy un Adonis, ¿quién no estaría mejor al verme? - ruedo los ojos con una sonrisa.

- ¿Ya llegaron? - una voz se escucha detrás de Derek, éste se voltea y logro verlo, sus ojos azules se encuentran con los míos, esos ojos que tanto extrañé ver, no lo pienso dos veces y voy hacia él enredándome en sus brazos, aspiro su aroma, me aprieta con fuerza levantándome un poco del suelo.

- Te extrañé. - dice sorprendiéndome un poco, sonrío y lo aprieto más.

LA DEUDA | [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora