➵ CHAPTER NINE

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El ruido de un silbato dando la orden de ir al césped sobresaltó a Louis, desconectandolo de lo que sea que haya estado pensando. Giró sobre sus talones y fue hasta el lugar indicado, dejando a Liam -quien le había estado hablando del tinchito y él los últimos ocho minutos, con mucho enojo- solo por las pocas ganas de pelear que tenía. Aunque sabía que en algún momento tendrían que aclarar las cosas.

Ni siquiera había notado que Harry ya hace rato estaba allí. Tenía ganas de ir a hablarle pero al parecer estaba entablando una conversación con Taylor y ni en pedo los iba a interrumpir, no quería sentirse como una molestia. Así que simplemente se quedó parado sin compañía, cruzado de brazos y fingiendo escuchar lo que sea que el entrenador estuviese diciendo.

Muy a pesar de eso, Harry no tardó demasiado en percatarse de la presencia del ojiazul en el momento que vio por sobre el hombro de su mejor amiga. Alzó una mano y la agitó tímidamente, Louis al ver aquello imitó la acción con una sonrisa pequeña dibujada en sus finos labios.

El silbato sonó una vez más y cada quien se posicionó en su lugar correspondiente. El entrenador lanzó la moneda de dos pesos que indicaría qué equipo daría por comenzado el partido al tener la custodia de la pelota. El equipo de Zayn fue el que empezó.

Se mantuvieron corriendo con la pelota en el césped unos cuantos minutos, pero cuando menos se lo esperaban el pie de Harry se dobló a falta de impulso, haciéndolo caer al instante y llamando así la atención de todos los pibitos en la cancha, quienes pararon de jugar al toke. La cara de Harry produjo una ligera mueca de susto cuando de aquella herida en su rodilla comenzó a descender una escasa cantidad de sangre.

Louis hizo un ademán de querer ir hacia donde se encontraba el de ojos verdes antes que el resto, pero Zayn se le adelantó y se agachó al lado de él para ver su herida.

⎯⎯Está bien ey, no es grave ⎯⎯intentó tranquilizarlo el negrito.

El entrenador se acercó hacia Harry y se agachó junto a Zayn para revisar la herida. No era muy profunda pero la poca sangre que caía ya aumentaba su cantidad. Encima tenía alta pinta de que dolía como la concha de su madre, todo paspado con sangre diso no.

⎯⎯Nada grave, tranqui ⎯⎯le dijo y extendió su mano para que se levantara el entrenador, Chicho⎯⎯. Ustedes sigan jugando chicos.

Harry, ya estando de pie pero con tremendo dolor de rodilla, caminó detrás del chabón que lo guiaba a quien sabe dónde. Zayn, con un poco de duda, hizo retomar el juego después de hacerle una seña a Taylor para que no se preocupase.

Louis era quien tenía la pelota en sus manos, así que se la lanzó a Zayn para que de una vez reanudaran el partido. Sin embargo, unos minutos luego de haberlo hecho, él, sin ser visto por los demás, salió corriendo hacia donde Harry entró anteriormente. Básicamente al mini bufete del club.

⎯⎯Hola tesoro ⎯⎯lo saludó con una agradable sonrisa la señora que atendía. Louis levantó su mano por un segundo en un ademán de saludo, pero bastante desconcentrado por tratar de averiguar de dónde provenía la voz del entrenador⎯⎯. ¿Buscás al chico de rulitos?

⎯⎯Si ⎯⎯respondió enseguida.

⎯⎯Chicho vino a buscar un hielo para él y lo llevó a la oficina, se lastimó bastante la rodilla ⎯⎯Louis asintió con la cabeza y una mueca.

⎯⎯Muchas gracias, doña ⎯⎯dijo antes de cruzar el acceso que conducía a un corto pasillo que contaba con solo tres puertas de madera, una al lado de la otra. La del medio estaba entreabierta, se asomó con delicadeza y pudo observar a Harry sentado en una silla, sosteniendo un hielo envuelto con una toalla en su herida. Chicho le estaba diciendo algo que el ojiverde ni siquiera estaba oyendo, solo asentía con la cabeza y pronunciaba alguno que otro "uhm" para quedar bien.

el once ; larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora