➵ CHAPTER SEVEN

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Louis se encontraba en el marco de la puerta junto con una cantidad de pibes más, dispuestos a que sonara el timbre para irse bien a la mierda. Harry mientras tanto estaba detrás del ojiazul, no por decisión propia sino porque este lo tenía agarrado de la muñeca con la excusa de que sino se perderían el uno al otro entre la multitud. Puro chamuyo pendejo boludin, dejate de joder.

⎯⎯Eu, Louis ⎯⎯lo llamó una voz que el nombrado enseguida pudo reconocer. Sin embargo, ni siquiera se volteó a verlo, solo se quedó mirando en un punto fijo con los dientes apretados y conteniéndose de no encajarle una piña a Liam en frente de Harry. El ruloso no estaba teniendo un buen día y lo último que quería era arruinarselo más.

Le agradeció internamente a san miguelito bebé muerto cuando el timbre sonó, aturdiendo a todos los alumnos de la escuela como algo diario. Fue Calum el que abrió la puerta de una patada, así dándole la órden a todos para que salieran corriendo como toros. Liam se quedó con la palabra de disculpa en la boca al ver como Louis salió despavorido del lugar, tomado de la mano con Harry.

El tinchito no entendía una poronga. Nunca fue la clase de pibe que era Louis, esperando en la puerta del aula para salir corriendo con la adrenalina al palo, chocandose con media escuela. Porque sí, era la primera vez que hacía eso y no tenía ni la más remota idea de que tanta cantidad de personas hicieran lo mismo. Por fin comprendió por qué siempre en la salida no había casi nadie nunca.

⎯⎯No te soltes ⎯⎯le dijo a Harry con un tono de voz elevado, ya que por el bullicio que hacían los pendejos no se escuchaba una reverenda chota al cuadrado. El de ojos verdes asintió con la cabeza, riendo. Louis, sin darse cuenta, achino los ojitos riéndose con él.

Y así hasta que cruzaron las puertas grises y sin vida de la escuela pública número treinta y ocho. Sin darse cuenta, caminaron hasta la esquina tomados de la mano.

⎯⎯Banca ⎯⎯lo frenó Harry, llevando su mano libre hacia el pecho debido a la agitación, sin dejar de reír. 

⎯⎯¿Estás bien? ⎯⎯preguntó un Louis sonriente parándose frente a él y llevando -inconscientemente- una de sus manos a la mejilla de Harry, quien murmuró un "si" con la respiración acelerada y sin despegar su vista de los ojos de Louis.

A lo mejor se hubieran quedado en esa dulce posición un rato más, si tan solo el ojiazul no hubiera visto de reojo como una pareja conformada por una piba a la cual conocía de vista y un pibe que no junaba ni ahí pasaba por al lado de ellos, el chico abrazando de lado a la mina. Ambos los miraron con una indiscreta mueca de desagrado, como si lo que veían sus ojos les causara repudio e inmensas ganas de vomitar. Así que Louis al notar esas actitudes y la forma en la que se encontraba junto a Harry, no dudó ni un segundo en alejarse de él con un gesto de horror en la jeta.

⎯⎯¿Qué pasa? ⎯⎯fue lo que salió de los labios del ruloso, preocupado por la cara algo pálida que tenía el otro chico.

⎯⎯Nada ⎯⎯dijo después de tragar en seco y con el borde de la remera limpiarse con carpa la mano que hasta hace unos momentos tenía entrelazada con la de Harry⎯⎯. Bueno vamos, alta lija tengo ⎯⎯soltó de la nada, cambiando de tema y tratando de ponerle onda.

El ruloso asintió con la cabeza y comenzó a caminar, Louis lo siguió. Hicieron por lo menos tres cuadras hasta que Harry sorpresivamente rompió el silencio tan incómodo que se había creado entre ambos para matar el tiempo.

⎯⎯Louis, ¿por qué no le respondiste a Liam hace un rato? ⎯⎯preguntó tirándose de cabeza a la pileta, anhelando a más no poder no haberla cagado. El chico, que lo único que hacía era caminar pateando piedras, levantó su vista hacia él un poco sorprendido pues no esperaba que haya escuchado aquello.

el once ; larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora