➵ CHAPTER TEN

835 74 224
                                    

Louis Tomlinson

⎯⎯Louis, ¿Este atajo de verdad es seguro? ⎯⎯interrogó el chico junto a mí sin disimular el cagaso al ver la desolación de las cuadras por las que pasábamos, una tras otra.

⎯⎯¿Te digo la verdad o te miento? ⎯⎯contesté con otra pregunta y obviamente, agregándole un toque de gracia. Su cara de orto ya me estaba rompiendo las bolas.

⎯⎯Mejor no digas nada ⎯⎯disparó con seriedad, sin siquiera desviar la mirada del frente.

⎯⎯Te estoy jodiendo Harry, los chorros no van a subir con sus motos hasta acá ⎯⎯señalé el lugar por donde estábamos caminando. Unas auténticas vías de tren⎯⎯. Aparte siempre vengo por este lado y nunca me afanaron ⎯⎯la verdad es que si me habían afanado.

Harry se limitó a pronunciar un "uhm" a la vez que estiraba las mangas de su campera y frotaba sus brazos en busca de calor, había comenzado a refrescar y el viento azotaba fuertemente contra nuestros cuerpos.

⎯⎯¿Tenés miedo? ⎯⎯pregunté suavemente mirando fijo a sus brillantes ojos verdes.

⎯⎯Flasheasteee ⎯⎯rió con exageración y alargando la letra "e". Pero su cara pálida cual hoja de papel dejaba en evidencia su inquietud.

⎯⎯Harry ⎯⎯lo llamé y él enseguida volteó hacia mí⎯⎯, estás conmigo y créeme que nadie le va a chorear a un pibe con capucha ⎯⎯intenté animarlo haciendo pistolitas con los dedos. No pude evitar verme a mí mismo como un pelotudo después de haber hecho eso, pero por lo menos no me sentí tan solo cuando mi amigo al verme con la capucha decidió cubrirse con la suya propia también.

⎯⎯Dos pibes.

Me sonrió sacando la lengua e imitó el gesto de las pistolas. Observé tanto sus labios con la intención de admirar su sonrisa que termine devolviendosela por mero contagio. La verdad, con ella el chico podría hacer elevar las comisuras de una población entera; o por lo menos, esa es mi creencia.

Soltamos una risa y continuamos caminando cada quien sobre nuestro propio raíl, ejerciendo equilibrio para no caer. Él en el izquierdo, yo en el derecho.

⎯⎯¿Junas a los chicos de mañana? ⎯⎯enseguida retomó conversación, sin dudas estaba cagado en las patas y hablar lo distraía.

⎯⎯Si, tené cuidado porque son re fantasmines ⎯⎯él me miró confundido⎯⎯. Casi siempre terminamos los partidos con ganas de cagarnos a piñas, vos no les pases cabida.

⎯⎯Ustedes tienen pinta de barderos ⎯⎯lo éramos.

⎯⎯Lo somos ⎯⎯bromeé⎯⎯. No, pero posta, vos no te dejes intimidar por ellos que son todos unos cabeza de termo.

⎯⎯Está bien ⎯⎯respondió soltando un suspiro y forzando una sonrisa.

⎯⎯¿Pasa algo?

⎯⎯No… es que me da un poco de vergüenza ⎯⎯admitió achinando los ojos y arrugando la nariz con notable nerviosismo.

⎯⎯¿Que cosa? ⎯⎯quise pegarme un corto en el estómago a mi mismo al ver su cara de cansancio. Si él también se aburría de mí entonces ya estaba listo para saltar de plena autopista.

⎯⎯Que me vean tantas personas ⎯⎯confesó muy por lo bajo, como si se sintiera avergonzado por ello y no quisiera que nadie lo oyera. Ni siquiera él mismo.

En ese momento no supe qué decirle, yo nunca me había sentido de esa forma. El fútbol era mi método de terapia -y de escape también-, ese deporte me permitía liberarme. Si a los demás les gustaba o no cómo jugaba, entonces podían chuparme la pija.

⎯⎯¿Sabías algo? ⎯⎯él posó sus ojos sobre los míos para demostrar que sí me prestaba atención⎯⎯ Cuando Ashton empezó le pasaba exactamente lo mismo ⎯⎯según pude descifrar su expresión, parecía estar sorprendido.

⎯⎯¿Cómo lo superó? ⎯⎯fue lo que pronunciaron sus labios.

⎯⎯Hablamos todos, trabajo en equipo ⎯⎯respondí con obviedad⎯⎯. Le preguntamos si de verdad era lo que le gustaba y nos dijo que sí, entonces lo apoyamos y lo incentivamos a que siga, pero él fue quien puso el esfuerzo, ¿si? Porque cuando de verdad amas algo ⎯⎯o alguien⎯⎯ das todo por eso sin importar lo que los demás digan, porque estás orgulloso de ser quien sos y de elegir lo que elegiste. La felicidad es lo más importante, Harry.

⎯⎯Louis, ¿Sabés cuál es el problema? ⎯⎯moví mi cabeza de un lado a otro⎯⎯ Que no es lo que me hace feliz ⎯⎯dijo con admirable tranquilidad en sus palabras⎯⎯, lo hago obligado.

⎯⎯Y… ¿Qué te hace feliz entonces? ⎯⎯no supe en qué momento una charla tan casual se convirtió en una sobre motivación y felicidad, pero no me oponía a nada.

El chico no respondió. Solo continuó caminando, mordiendo su labio inferior como si le hubiera cagado la existencia misma con una pregunta simple, pero a la vez tan profunda. Habían únicamente dos opciones: una, no me quería decir, dos, ni él tenía idea.

⎯⎯Yo… no sé ⎯⎯se escuchó sincero. Definitivamente era la segunda.

⎯⎯¿Cómo que no? ¿Qué te gusta hacer? ⎯⎯intenté animarlo.

⎯⎯Creo que nunca tuve tiempo para conocerme realmente a mí mismo en ese sentido ⎯⎯soltó una risa sin gracia. Entonces entendí.

Él no era del todo feliz y yo no fui muy coherente con lo siguiente que dije al cabo de un minuto callados.

⎯⎯Yo te voy a ayudar a conocerte mejor.

Ni siquiera conocía la razón por la cual lo hice, nos habíamos vuelto amigos hace muy poco tiempo. Pero sin dudas fue una de las mejores decisiones que pude tomar.

Nos sonreímos mutuamente, él me miraba como si yo fuera la mejor persona del mundo y una vez que aquello se desvaneció quedamos en silencio. Bueno, con silencio me refiero a que no hablamos más, porque los ruidos externos provocaban dolor de cabeza. Al menos me conformaba con que ninguno fuera el de un ferrocarril aproximándose.

Miré al ruloso de reojo pero él no lo notó, estaba muy ocupado relojeando que nadie se nos acercara muy a pesar que no hubiese ni un alma cruzando la calle. Llevé mi vista hacia sus manos, tenía una a cada lado de su cuerpo y ambas temblaban por el frío.

Sentí un deseo enorme e inexplicable de agarrarlo de la mano para poder caminar con la tranquilidad de que él estaba bien, y no podía comprender el porqué. Yo ya no sabía nada.

Corrí mi mirada hacia el frente y suspiré cerrando los ojos en el intento de no seguir dándole vueltas a esa boludez, pero supe que fue en vano cuando sentí unos dedos entrelazándose con los míos delicadamente. Abrí mis ojos al instante y miré a Harry con cautela. Él no me observaba a mí, solo al suelo con los labios formando un ligero puchero.

Basta. Me dije a mí mismo al sentir como mi respiración quería tender a agitarse, pero disimuladamente logré frenarla.

¿Qué mierda me pasaba? Solo se trataba del tinchito.

Esta vez sí, correspondí su agarre con fuerza pero con precaución de no lastimarlo, a él no le pareció molestar e incluso me imitó.

⎯⎯¿Mejor? ⎯⎯pregunté en voz baja.

⎯⎯Mejor ⎯⎯afirmó.

Y caminamos así, en silencio pero juntos todo el camino hasta llegar a su casa donde lo dejé sano y salvo, justo como me había pedido un ratito atrás. Aunque bueno, hubiera deseado quedarme un poco más junto a él.

⎯⎯Louis ⎯⎯me llamó cuando ya me estaba yendo⎯⎯. River me hace feliz ⎯⎯sonreí.

⎯⎯A mí también, Hazz.

Y entonces seguí mi camino a casa sin voltear una vez más, con mis cachetes doliendo pero por una buena causa. Pude regular mi respiración, pero la explosión de emociones generada en mi estómago la mantuve hasta el final del día. Entonces, en ese momento, supe que había algo diferente en Harry.

Con Harry.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 26, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

el once ; larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora