⌛09⌛FINAL

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Narra Jimin

Sé que algunas promesas van disipándose con el tiempo.

Sé todo lo que implica querer a Jungkook en el espacio y tiempo en que ambos existimos.
Estoy al tanto de todas las dificultades que se enredan juntas e intentar construir un muro entre nosotros.
Y no es que las ignore, pero mis promesas han sido tan importantes cómo para olvidarlas.
Y mis sentimientos hacia Jungkook tan gigantes que no les negaré vivir.

Siempre esperé que algún día nos recordaran.

Quizá que alguien aprendiera de nuestra historia.
Y nuestras voces, la de los vivos y los que han muerto, finalmente fueran escuchadas.

Y entonces el mundo finalmente avanzará para nosotrxs.

Supongo que para algunas personas es tan fácil verlo todo desde afuera, por lo que no les podría importar menos la gravedad de juzgar lo diferente y arruinar la vida de otrxs con sus propios prejuicios y privilegios.
Me preguntaba si algo cambiaría si tan sólo supieran lo que se sentía estar dentro, justo en el ojo del huracán.
Si supieran que no tiene sentido todas las veces que no condenan al infierno, porque ya estamos viviendo ahí.
Gracias a ellos.
Porque este es el resultado de sus discursos y la mayor confirmación de que no hay odio más grande que el amor de los fanáticos de la santa biblia.
Y no hay peor infierno que verte forzado a desechar lo que te hace feliz, o tener que esconderte a ti mismo, para así desbloquear las puertas de un cielo pero llevar un doloroso infierno en la mente.

Puedo decir que yo, Park Jimin, quién ni siquiera cree en vida eterna después de la muerte, estaría gozoso de ir al infierno y poder liberarme de las cadenas con las que otros me ataron mientras vivía.
Porque sé que nada puede ser peor que eso.

Cuando Jungkook sobrevivió a su intento de suicidio pude realmente reaccionar y ver las cosas con claridad.

Una primera persona debía tomar el paso y quitarse las caderas.
Lanzarse al infierno, o cómo sea que quieran llamarle.
Pero finalmente demostrar a otrxs que también podían hacerlo.

Estábamos solos en su habitación unos días después de que él pudo volver a casa.
Ahí fue cuando sucedió.
Él y yo nos hicimos promesas.

¡¿Lo has leído?!

Jungkook seguía repitiendo aquella pregunta esa tarde.

¿Realmente has leído las cosas que escribí pensando en ti y aún así no sientes asco por mí?

Todo el tiempo que Jungkook pasó lejos visité la biblioteca de la casa Jeon lo más que pude.
Quería sentirme más cerca de él.

Entonces encontré una serie de diarios realizados por él.
Un lugar donde quiso dejar todas las atrocidades que le hizo su madre, así cómo también inmortalizar sus sentimientos por mí.

Sus sentimientos por mí.

Eso me tomó por completa sorpresa.
Algo de esperanza en unos días tan difíciles.

Porque si los dos estábamos deseando estar juntos, debíamos hacerlo.
Porque Jungkook y yo siempre hemos merecido quedarnos en los años felices.

Y por eso tuve cero dudas y nada de miedo cuando le confesé que él no era el único sintiéndose así.

Así es cómo Jungkook y yo terminamos ideando un plan para que nadie pudiera impedir que estuviéramos juntos.
E incluso si algunos días las cosas se complicaban no dejamos que nada detuviera lo que teníamos acordado.

El plan comenzó con nosotros tomando completa distancia.
Casi cómo si nos hubiésemos olvidado  el uno del otro.
Hasta que llegara el día de estar juntos.

Porque así ninguno levantaría sospecha cuando nos comprometiéramos y casáramos alrededor del mismo tiempo, lo que para nuestros padres y sus socios significaba que nos convertíamos en futuros hombres exitosos que habían encontrado a las bellas mujeres para sus vidas.

Pero nadie tenía idea de que tanto cómo nosotros, mi prometida y la de Jungkook necesitaban un camino para ser libres también.

Porque Lalisa y Rosé se amaban entre ellas.
Y la gente pensaría que estaba mal.
Justo cómo lo pensaría acerca de Jungkook y yo.

Los cuatro quedamos en encontrarnos en Francia en cuanto cada matrimonio partiera a su "luna de miel", lugar dónde con nuestros perfiles de casados tendríamos la libertad y el tiempo necesario con nuestras parejas. Sin llamar la atención.

Y ahora que habíamos comprobado que la gente cómo nosotros se puede ayudar entre sí, iríamos por nuestro camino buscando a otrxs que también creyeran fielmente que algún día seríamos escuchadxs.

Porque un día será suficiente y el mal que nunca debió existir empezará a borrarse.

Llegamos lejos a pesar de los días difíciles en que en lugar de ignorarnos, con la finalidad de avanzar con nuestro plan, tan sólo queríamos estar juntos.

Siempre que extrañé a Jungkook pensé en las palabras escritas por él.

Creo que no importa cuánto arda mi piel, siempre permanecerás en mi mente dándole tibieza a mi corazón.

Por eso me castigo, porque es mi culpa. es mi culpa quererte, buscarte y desearte.

Por eso me castigo, porque no importa que lo siga haciendo, al día siguiente te seguiré queriendo.

Pero él jamás fue culpable de nada.
Él no era el criminal uniformado que golpeaba a parejas de chicos en la calle.

Y algún día todos lo verían.

Porque no siempre sería 1954.

Y ni aún sintiéndome atrapado en aquella fecha rompería mis promesas hacia Jungkook.

Porque él no merecía morir creyendo las mentiras que le habían contado sobre él mismo.

No tiene sentido ser comparados con las habitantes de Sodoma y Gomorra.

No somos cómo ellos.

Somos quiénes no lograran quemar.

Y bajo el cielo de Francia, el infierno ya no existe fuera de las páginas de la biblia.

Sólo somos Jungkook y yo amándonos en el 1954.


f i n

dedicado a: Jude St. Francis 💗:c

drown me ♡ ♡ >>> KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora