Huida

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Y pienso que la vida se me va con huida

inevitable y rápida, y me conturbo, y piensoen mis horas lejanas, y me asalta un inmensoafán de ser el de antes y desandar la vida.
¡Oh los pasos sin rumbo por la senda perdida,los anhelos inútiles, el batallar intenso!¿cómo flotáis ahora, blancas nubes de inciensoquemado en los altares de una deidad mentida?
páginas tersas, páginas de los libros, lecturasde espejismos enfermos, de cuestiones oscuras. . .¡Ay, lo que yo he leído! ¡ay, lo que yo he soñado! . . .
Tristes noches de estéril meditación, quimeraque ofuscaste mi espíritu sin dejarme siquieramirar que iba la vida sonriendo a mi lado . . .
(¡Ay, lo que yo he leído! ¡ay, lo que yo he soñado!)

Enrique González Martínez (Y pienso que la vida...)

17años atrás

Estoy sosteniendo a Shabriri en mis brazos, ha pasado un mes desde que ella nació, y durante este tiempo me he intentado mantener alejada de Erick la mayor parte del tiempo, nunca me separo de Shabriri, no desde el momento en el que la tuve en mis brazos la primera vez, pero cada vez él es más insistente, y por lo que me dicen mis guardias le dan ataques de ira y exige ver a su hija.

Cosa que antes muerta le voy a dejar hacer, porque por su culpa casi la pierdo, casi muere dentro de mí, y eso no lo voy a permitir nunca más, ya no, y por eso tomo esta decisión.

Puede que resulte apresurada, pero es mi decisión, y sé que por el momento es la única viable.

Recojo lo indispensable, no puedo ir cargada con nada más de lo necesario, con todo el valor que puedo reunir amarro a Shabriri a mi torso protegiéndola y salgo por la ventana, las alarmas se encienden al notar movimiento y yo me apresuro corriendo, sé lo que me espera en cuanto llegué al inicio de la mansión, porque yo la diseñe y sé que es imposible salir, pero si alguien puede hacerlo esa soy yo.

Me adentro corriendo al bosque mientras llego a la primera trampa que diseñe, al pisar el suelo un elfo de fuego surge del suelo y empieza la pelea, empiezan los ataques de su parte.

Una batalla de fuego se forma en el jardín de palacio, el elfo es sabio, sabe atacar, pero su punto débil es la defensa, así que aun con las pequeñas quemaduras sobre mi piel decido que es momento de atacar, uso hechizos de agua para apaciguarlo, pero no es suficiente, el elfo lanza hechizos extremos, muy poderosos, no para ni por un segundo, pero yo logro esquivar o disuadir la mayoría, esta es la primera trampa y no puedo gastar demasiada fuerza, al menos no tan pronto.

La batalla es enorme, su nivel de ataque es asombroso (por eso lo elegí), pero no puedo dejar que me gane, saco los hechizos más poderosos que puedo y al final consigo vencerle.

El sudor recorre mi frente y las heridas se hacen presentes en mi piel, por lo que decido seguir corriendo mientras me hago un hechizo de curación.

La segunda trampa no se hace esperar, y en cuanto llego al estanque del agua surgen todo tipo de criaturas mágicas que tratan de ahogarme y derribarme, pero no soy débil, me enfrenté a cosas peores en el pasado y algo me dice que seguiré haciéndolo en el futuro. 

Esta lucha no me debilita ya que el agua es uno de los elementos que mejor controlo, y consigo desviar todos los hechizos que se dirigen hacia mí y devolverlos con más fuerza.

Consigo superar esta trampa y las dos siguientes con éxito, dado que controlo todos los elementos, pero mi punto débil es el fuego, ya que nunca me dejaron entrar en una de sus escuelas.

Frente al mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora