Capítulo 64: FINAL

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Luego de unas cuantas horas de vuelo y otras más hacia el destino final, el clima tropical y cálido los recibió de una forma agradable. El sol deslumbraba por todo lo alto del firmamento y la brisa cálida les alborotaba los cabellos.

Taehyung observaba aquel paraíso totalmente maravillado, parecía sacado de alguna postal de lugares de fantasía, más aquello era real y estaba allí junto a las personas que más que amaba en su vida, no había más que podría pedir.

—¿Te gusta el lugar?— Preguntó Jungkook, observando a su amado admirar aquel precioso lugar.

—Me encanta amor, es una maravilla.— Respondió sonriente.

—Y aun falta por llegar al lugar donde nos quedaremos, andando daremos un paseo en en el yate antes de ir a la villa.

El castaño sonrío tomando la mano libre del mayor para luego caminar juntos hacia la orilla del muelle en donde ya se encontraba aquel enorme yate.

—¿Y las maletas?— Preguntó el castaño en cuanto estuvieron a bordo.

—Ya van de camino a la villa, nos dejaran todo listo para cuando lleguemos, por ahora daremos un paseo por las islas cercanas y almorzaremos aquí ¿Te parece?

Taehyung sonrió acercándose hasta depositar un pequeño beso en sus suaves labios, dejando una sonrisa en ellos.

—Cualquier cosa va a encantarme si tú estás conmigo.

Jungkook sonrió dejando otro beso nuevamente, estaba demasiado feliz de estar ahí al lado de Taehyung luego de todo ahora podía decir que finalmente era feliz.

—¿A ti te gusta mi amor?— Preguntó observando a su pequeña que traía en uno de sus brazos.

—Mírala, esta mirando todo con atención.— Dijo Taehyung acercándose para arreglarle el pequeño sombrero que traía en su cabecita para no ser afectada mucho por los rayos del sol en su blanca piel.

Traía un vestido de flores en combinación con su sombrero, luciendo tan adorable con sus mofletes rosados, atenta a todo en cuanto el yate comenzó a moverse por las aguas marítimas.

Taehyung dejó que Yeontan corriera por ahí luego de sacarlo de su casita de viaje, pues confiaba en que nada le pasaría ya que las orillas del yate eran lo suficientemente altas para su estatura. Lo observo olfatear el lugar alejándose por todo el espacio hasta reclamar como suyo un sofá y echarse encima, sonrió negando, ese pequeño nunca cambiaba.

Recorrió un poco las afueras del yate observando como se alejaban cada vez más del muelle hacia mar abierto, la brisa golpeana su rostro de forma suave. Aspiró llenando sus pulmones de ese aire tan puro, se sentía tan en paz en aquel lugar que desde ya estaba amando.

Siguió recorriendo aquel lugar hasta terminar recostado en un sofá en forma de media luna con vista de la parte trasera del yate mientras observaba a su amado señalarle el paisaje a su bebé en la parte superior. Sonrió observándolos, Jungkook se veía demasiado hermoso siendo tan cariñoso con su hija que moría de ternura.

Los recuerdos llegaron a su mente como ola arrasando con todo, recordando aquellos tiempos en donde recién se enteraba que había algo pequeño en su interior, la reaccion de Jungkook no había sido la mejor en ese momento pero ahora, era como un gracioso recuerdo, puesto que si en esos momentos alguien le hubiera dicho lo que sus ojos veían ahora mismo, un padre amoroso y mimado con ese bebé, seguramente no lo hubiese creído.

Se alegraba que las cosas hayan cambiado tanto en ese aspecto, pues amaba ver como Jungkook se desvivia por cuidar a esa pequeña niña fruto de su amor.

Saudade | KookTae ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora