Capítulo 40: Despidiendo a la estrella

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Un día no tan agitado en la empresa era algo que no se solía ver muy a menudo, pero cuando sucedía, Jungkook aprovechaba a tomarse con un poco más de calma sus deberes en el día. Aunque en realidad no había mucho que hacer, por lo que dentro de unas horas iría a recoger a su novio para llevarlo a un lindo lugar.

Observó la pantalla de su celular encenderse seguido de el nombre de su madre aparecer en la misma. Frunció levemente el ceño preguntándose seriamente si debería o no contestar. Ya habían pasado días desde que fue a la casa por última vez y desde esa vez no había tenido comunicación con ella.

Aun se sentía molesto con ella luego de enterarse de lo que hizo, esperaba que al menos ya hubiera reflexionado sobre sus actos.

Largó un suspiro descolgando la llamada, quedándose en silencio a la espera de la voz de su madre.

—Jungkook...— Su voz salió baja, esperando la respuesta del
azabache.

—Si ¿qué sucede?— Preguntó luego de guardar silencio por unos segundos. Sin querer su voz había salido tosca.

—¿Cómo has estado, cariño?— Preguntó Soonkyu. Su voz sonaba calmada y dulce a la vez.

—Estoy bien ¿qué sucede?— Volvió a preguntar.

—Hmm yo... sólo quería saber como has estado y...— Guardó silencio durante unos segundos. —Decirte que le pediré una disculpa a Taehyung, se que hice mal y reconozco mi error.

Jungkook largó un suspiro de alivio tras escuchar aquellas palabras. En algún momento temió que nunca llegarían pero ahora realmente agradecía que su madre haya abierto los ojos para darse cuenta a tiempo del daño que hizo.

—¿Jungkook?— Habló al no escuchar respuesta de su hijo.

—Si, si estoy aquí.— Respondió. —Me alegra que te hayas dado cuenta de tu error y sepas reconocerlo.

—Lo he hecho, no quiero estar lejos de ti, eres lo único que me queda después de la muerte de Hyunsu.— Dijo. Jungkook apretó los labios sintiendo aun lo mucho que le afectaba hablar ese tema.

—¿Te parece si nos vemos el domingo?— Preguntó escuchándola afirmar. —Bueno nos vemos, hasta entonces.

—Adiós cariño.— Respondió colgando la llamada segundos después.

El azabache suspiró con alivio al saber que las cosas irían mejor a partir de ahora. Los problemas con su madre quedarían resueltos, y su relación con Tae mejoraría cada vez más con el pasar de los días. Daría todo de sí para mantener una buena armonía con su familia, de proteger siempre a su novio y a su hija que cada vez estaba más cerca de nacer.

Alzó la vista hacia la puerta de la oficina, observando al azabache entrar por ella sin siquiera anunciarse antes.

—¿No te han enseñado a tocar la puerta?— Alzó una ceja. Yoongi se encogió de hombros dejándose caer en la silla frente al escritorio de Jungkook.

—No tengo porqué tocar.— Estiró sus brazos dejando descansar sus pies encima del escritorio.

—Imagínate que hubiera estado ocupado con Taehyung.— Rodó los ojos. —Que buena forma de interrumpir.

—Ay bueno ya cálmate.— Se cruzó de brazos. —Sólo venía a preguntar como te fue con el tema del mocoso.

—Que chusma.— Yoongi rió. —¿Hablas de Jihoon?— El mayor asintió. —Creo que es más que obvio que Taehyung hará lo que quiere.— Largó un suspiro. —Pero supongo que debo dejar de desconfiar tanto.

Saudade | KookTae ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora