Capítulo 4: Primer día

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Pesadilla: Mmmm…otra vez estoy en el mismo lugar… solo, abandonado, dentro de ese mar púrpura de emociones negativas...

Un momento… ¿estoy llorando? ¿Por qué estoy triste? Suelo ser alguien alegre… ¿Por qué no puedo parar de llorar? Es como una catarata de dolor fluyera de mis ojos…

Pero estoy solo...nadie viene a consolarme...nadie viene a abrazarme, o ni siquiera se toma la molestia de acercarse a mí…

Siento ira...furia… ¡dolor!

Siento que por mis venas

fluye y se nota el ardor

de todas mis penas.

Aargh...otra pesadilla rara… ¿de dónde vienen?

En los videojuegos a veces lo que uno sueña se puede hacer realidad, ya sea para bien o para mal. Como en Pokémon...Existen aquellos como Darkrai que causan pesadillas y malos sueños sobre los demás, pero también existen aquellos como Cresselia que son capaces de curar esas pesadillas, y en ocasiones, reemplazarlas por sueños maravillosos.

Bueno, después de conseguir todas las Megapiedras en mi preciado Pokémon X, voy a dedicarme a disfrutar mi primer día de clases.

Había un gran auditorio en la escuela. Y cuando digo grande, es porque ERA INMENSO: tenía capacidad como para mil personas. Con razón que aquí se dan eventos de todo tipo. También la escuela tenía un gimnasio donde se practicaba el fútbol, el baloncesto y el voleibol. En el gimnasio hay varios murales sobre los deportistas estrella del pasado.

Pero lo que más me encantó era el parque. A pesar de que me quedo en mi casa para jugar videojuegos, amaba la naturaleza, incluso cuando se trata de algo virtual. Arbustos robustos, flores de colores exquisitos y árboles de gran fortaleza y frondosidad.

El himno del colegio lo entonábamos en este parque, junto al gran árbol central (según la secretaría tiene más de 40 años) mientras los demás estudiantes se rodeaban alrededor de éste.

Y aquí estaba yo…siguiendo el himno, pero no veía a Canela o a Pablo por ninguna parte. A lo mejor se encuentran en la Banda o detrás de mí en la fila. (Creo que tengo una altura promedio…).

Al terminar el himno nos fuimos a nuestros salones. Pasé lo suficientemente veloz como para llegar primero al salón y agarrar mi revista de NGamer, mientras esperaba a que el profesor viniera. Me senté en una de las sillas de atrás, pero no al fondo para escuchar al profesor. Poco a poco esto se llenaba de estudiantes, y, por supuesto, de ruido.

¿Me estoy olvidando de algo? Volteo la mirada para ver de nuevo si están Canela o Pablo en mi salón. Para mi desilusión, todavía la princesa no había llegado…aunque aún había unas cuantas sillas vacías. Y Pablo…está conversando con una chica morena. No sé si debería hablar con él en este momento…tal vez esté tratando de ligar con ella o algo así.

Y me quedé en mi revista hasta que vino nuestra profesora. Tenía un porte elegante. Detrás de ella venía Canela, ayudándole a llevarles algunos libros.

Ah…se veía tan genial incluso en el uniforme del colegio…

¡Buenos días, estudiantes! —exclamó la profesora— Bienvenidos al Colegio Blackwell. Mi nombre es Tayla, y me conocen como ''la dama que habla y encanta´´.

¿En serio? Pude oír algunas risas y ver algunas expresiones de sorpresa fingida.

Guau… —decía uno en tono sarcástico.

No me digas… —otro dijo esto pero en un tono más bajo.

Canela se fue a un puesto detrás de mí a mi izquierda, donde Karina la estaba esperando con impaciencia. La profesora, prosigue:

En el día de hoy, ¿les parece si probamos un pequeño juego?

Algunos se quedaron extrañados. Diciendo esto, sacó un pingüino de peluche y anunció:

—Este es mi amigo Panchi. Quiere aprender a volar, así que voy a lanzarlo. Les propongo que quien lo atrape tiene que decir su nombre, edad y algo sobre ti. A ver…

Caramba. No soy tan bueno para presentarme por mi propia cuenta, pero…Llegó el momento de las presentaciones… ¡Qué nervios! Va a lanzarlo…

Que no sea a mí, que no sea a mí, que no sea a mí…

A ver, ¡a ti! —dijo esto mientras me lanzaba el peluche.

¡Aaaah! —pegué un grito ahogado del susto— Bueno…este…

Anda, ¡vamos! Sé que puedes.

Trata de demostrar confianza en ti mismo…

A-a ver…mi-mi nombre es Marcos, tengo 16 años y soy un gamer —empecé con timidez— Mi meta en la-la vida era…este… ¡ser un bombero!

Buen intento. Hazlo mejor a la próxima.

Muy bien, ¡Marcos! Ahora tírale el peluche a alguien más.

Guau. Tengo el poder de todo el mundo en mis manos.

Dudé por un momento, podía lanzarlo a Pablo, a la profesora otra vez o a Canela, pero lo lancé al azar a otro chico random del salón. Momentos así me llenan de nervios, y cuando tengo nervios suelo actuar sin pensarlo mucho.

Todos los demás ofrecieron sus presentaciones. Presté atención a lo que dijeron mis no tan antiguos conocidos, y a algunos para nada conocidos. (Debo conocer a los personajes del equipo…)

—¡Ja! Mi nombre es Roberto y a mí me dicen ¡el macho que se respeta! —Pasemos al siguiente… (¿comentario?)

—Buenas, soy Pablo y vengo de Chile. Tengo 15 años y me encanta dibujar la naturaleza y a los animales. —Él sí sonó algo mejor que yo.

—Hola…soy Ruth…—cierra el espejo, y luego da un pequeño bostezo— tengo 14 años y planeo ser una modelo.

—Bien, soy Karina, acabo de cumplir 15, y amo los libros. Me encantan bastante, especialmente las novelas —hablaba muy rápido que solamente le entendí el principio de lo que dijo.

—¡Hola-hola! —se ajustó los lentes— Mi nombre es Kevin y ¡estoy orgulloso de ser un nerd!

—¿Qué onda? Mi nombre es Max y me encantan los deportes extremos.

Y puse especial atención al turno de Canela…

—¡Buenos días! Soy Canela y, tengo 15 años. Vivo en el campo y me encanta ayudar a la gente.

Ah… ¡es muy caritativa! Me encanta…

Chicos, ahora que todos nos presentamos, es hora de pasar al libro. Pasen a la página número…—y empezamos la clase.

Huf…presiento que hoy va a ser un largo día.

Notas del autor:

Hoooolaaa! Qué tal?

Mi vida solitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora