Día 6: Realeza

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                                                     ¡Que salgan las estrellas a envidiarte!

                                                ¡Florezcan mas lirios blancos como tu pureza!

                                                 ¡ Y alaben los pájaros cantores tus encantos!

                                                         Larga vida a mi reina, mi titiritera.

Era un atardecer naranja e intenso, cuando le declaró su amor.

Se encontraban juntos y solos en el famoso barco del pirata. Tal como se lo había prometido hace ya un tiempo, Riku le mostraría las cosas que había conseguido y recolectado en esos viajes que había hecho por aquellas tierras lejanas, mucho tiempo antes de conocerla.

Desde mapas, libros, objetos de metales preciosos hasta una gran cantidad de espadas era lo que guardaba en diferentes compartimentos cerca a una habitación por donde los rayos del sol entraban ligeramente a través de una ventana rota.

--Vaya, si que son grandes tesoros.--dijo la hanyou próxima emperatriz del oeste mientras corría de un lado a otro para observarlos más de cerca.

Riku la contemplaba con una sonrisa apacible. Podía observar como sus cabellos de plata, ahora un poco más largos, danzaban y recibían una iluminación natural. Como su blanquecino cuello ahora decorado con un collar dorado y la perla plateada que ahora usaba como dije, parecía contraerse un poco cuando levantaba su cabeza para alcanzar algo o devolverlo a su lugar. Como besaba sus dedos para pasar a una siguiente página para leer y no podía faltar sus sonrisas que parecían por momentos contraer sus mejillas.

Todo aquel espectáculo llamado Towa Higurashi, lo hacía suspirar y estremecerse. Sentía que la amaba, estaba enamorado de ella desde hace mucho aunque entenderlo había sido difícil.

Pero estaba decidido, ya era hora de decírselo.

--Princesa Towa, ¿desea ver cual es mi más grande tesoro?

--¿Eh?¿Me lo vas a mostrar?--dijo levantándose del suelo sacudiendo polvo de su ropa

--Así es.

Entonces se dio vuelta hasta traer algo consigo. Parecía ser algo grande y pesado. Towa decidió ayudarle.

--Al destapar esto, usted podrá observar mi más grande tesoro.-- Ante sus palabras Towa decidió hacer caso y destapar aquel objeto.--Oh..

Towa se acercó al objeto que la reflejaba por completo. Estaba maravillada. Era un espejo de plata pura decorado con piedras preciosas, elegante, ostentoso con finas decoraciones.

--Puede verlo señorita Towa... mi más grande tesoro. --dijo pronunciando las palabras casi cerca de su oído.

--E-es un espejo muy hermoso.-- Pudo ver a Riku mirarla con ternura. Eso la hizo sonrojarse un poco y entonces por un momento se le cruzó por la cabeza que tal vez, no se refería al espejo.

Volteó abruptamente sorprendida pero aquel momento fue interrumpido.

--¡Amita Towa, amita Towa venga inmediatamente!

Era la voz de Jaken quien venía montando en Ah Uhm.

¿Cómo la habían encontrado así de fácil? Parece que la había estado siguiendo. No podía culparlo, esto era obra de su padre Sesshomaru o de Setsuna o ambos.

--Ah...--suspiró con tedio Riku.

Ni modo, tenía que volver. La ceremonia de su coronación se llevará a cabo en dos días. Había mucho trabajo por hacer.

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