Skid y Pump

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Espero que les guste~

Estar en su casa es cómodo pero se siente algo encerrado y eso es algo que su compañero parece notar porque lo arrastra hacia afuera. Cuando menos se da cuenta, Bf esta en el centro comercial, esperando en una banca al lado de la fuente en el centro a que el pelirrojo volviera de comprar quien sabe que cosa. Esta distraído, mirando a su alrededor e intentando recordar algo pero sin conseguirlo realmente, así que no puede evitar sobresaltarse cuando se le acercan.

-¡Hola Bf!- son más pequeños que él, una de parece a un esqueleto y el otro viste de negro pero con una cabeza de calabaza, ambos tienen grandes sonrisas y se ven animado.

-...¿Hola?...- los mira con confusión, preguntándose si son niños disfrazados o algo así. No lo reconoce y esta a punto de preguntar sus nombres pero ellos se le adelantan.

-Soy Skid~- sonrió el esqueleto, agarrando una de las mano del chico de cabello azul.

-Y yo soy Pumb~- sonrió el de cabeza de calabaza, imitando a su amigo y agarrando la mano libre del chico.

-Mucho gusto- ellos están dando pequeños saltitos de emoción sin siquiera soltarlo. El par se mira entre ellos, como si estuvieran hablando solo con la mirada.

-¡Vamos!- Bf puede sentir un tirón, los pequeños lo obligan a levantarse y lo están llevando a un lugar desconocido.

-¿Qué está...?- se calla al ver el gran cartel de "Games" en la parte de arriba donde lo están guiando. El lugar está lleno de niños y colores, el ruido de las risas y juego resina en el lugar pero sin llegar a ser molesto, sólo algo abrumador. Se deja arrastrar hasta uno de los tantos, donde hay un aro en el que hay que tirar la pelota naranja. Baja la mirada, Skid extendiendo una de las tantas pelota naranjas hacia él. La agarra y, después de dudar unos segundos, tira. Los pequeños saltan de emoción, chillando con felicidad cuando la pelota pasa por el aro. Los mira con curiosidad, sonriendo ligeramente ante la felicidad contagiosa.

-¡Otra vez! ¡Otra vez!- ambos dicen al mismo tiempo y el obedece, riendo con diversión y sintiéndose repentinamente más tranquilo en compañía del par. Juegan por un tiempo antes de que ambos decidan que es suficiente y lo lleven a otro lugar, el olor dulce golpeándolo apenas entró. Lo hacen sentarse y solo puede ver la cantidad de dulces que es dejado en la mesa que tiene en frente. Esta pensando en que probar primero pero no puede decidir, no recuerda cual cosa era su favorito y eso lo hace sentirse frustrado.

-¡Prueba esto!- Pumb lo saca de sus pensamiento, extendiendo uno de los tantos chocolates que hay y Bf simplemente abre la boca, aceptando.

-Mmmm~- tararea con felicidad ante el dulce sabor, sonriendo enormemente. Y muy pronto están arrasando entre los tres, riendo en todo momento. Bf se siente contento, sin prestar atención por primera vez en días a su falta de recuerdos. Están distraídos, así que ninguno de ellos nota al pelirrojo que los mira de lejos, luciendo aliviado.

-Gracias...por traerlos- agradece entre dientes al alto ser a su lado, con el cuerpo completamente negro y cabeza de limón, con una sonrisa enorme llena de dientes afilados y ojos que daban escalofríos.

-No agradezcas...- su voz sigue siendo horrible y Pico de esfuerza por no mostrar el escalofrío que recorre su espalda. -...lo hice porque se ve más apetitoso contento- el pelirrojo hace una mueca ante eso pero no dice nada, satisfecho con ver a su amigo tan contento.

Everywhere at The End of FunkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora