Casa

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Espero que les guste~

Nota: No recuerdo donde pero leí una vez que a Bf le gustan las ranas, así que quise agregarlo ^_^

Los días pasan y ya no siente dolor pero aun no puede recordar nada, ni siquiera los nombres recientemente conocidos, todo se le escapa. Y un día en particular mientras está pintando, el sujeto de bata entra con una sonría y le dice que tiene el alta para que pueda irse a su casa. Se supone que debe estar feliz pero siente miedo, no puede recordar dónde vive o como es su casa y eso solo lo pone más nervioso. Levanta la vista cuando el pelirrojo entra con una gran sonrisa y una mochila entre sus manos.

-Hey amigo, soy Pico- agradece mentalmente que el entre diciendo su nombre, suele olvidar lo. -Te traje ropa, aquí- dejo lo que tenía entre sus manos al lado del chico. -Cámbiate y te espero afuera- sonrió antes de salir por la puerta y cerrar, dejandolo solo. Bf saca lo que hay dentro de la mochila y empieza a vestirse. Remera blanca con un símbolo de prohibido en frente de color rojo, pantalones azules y zapatillas rojas con cordones blancos. Es extraño, la ropa se siente cómoda y familiar, cosa que lo hace sentir algo confortado. Mira con el ceño fruncido los cordones de sus zapatos, debe atarlos pero no puede recordar como.

-¿Todo bien?- Pico entra, acercando a paso lento.

-Ayuda- lo mira con pena y él simplemente sonríe, acercándose para atar los cordones blancos. Cuando termina, ambos se levantan y salen, siendo obligado a sentarse en una silla de ruedas para ser llevado por el pasillo blanco. Se despide con una pequeña sonrisa de las amables enfermeras que lo cuidaron y del médico que lo atendió. No se da cuenta del fuerte olor a alcohol y otras cosas dentro del hospital hasta que sale y respira aire fresco. Se levanta y respira profundo, sonriendo ligeramente.

-¿Listo?- Pico sonrió, extendiendo una de sus manos en su dirección y Bf solo puede asentir, aceptando el gesto y dejándose guiar. Mira a su alrededor, todo es familiar pero al mismo tiempo no, lo cual es raro. El viaje no es muy largo y muy pronto llegar a lo que en teoría es su casa. Entran y mira a su alrededor con curiosidad. La sala es pequeña, con un televisor y una consola a su lado, un sillón grande de color rojo y una pequeña mesa entre ellos, en el cual está el control y algunas revistas.

-¿Vivimos juntos?- pregunta mientras entra a la cocina, todo se ve limpio y bien organizado, con una gran cantidad de imanes con forma de rana pegados a la puerta de la heladera.

-Sip- asiente mientras lo sigue con tranquilidad. Sube las escaleras, viendo las tres puertas del piso de arriba. Una lo lleva al baño y entra, viéndose al espejo por primera vez desde que se despertó. Se ve realmente horrible, pálido, las ojeras bien marcadas bajo sus ojos se ven como moretones y su cabello está muy despeinado.

-¿Es natural?- se toca el cabello azulado con curiosidad, se siente algo grasoso por la falta de lavado y sus raíces no son de otro calor.

-Totalmente natural- asiente. Bf sale y va hacia otra puerta que da a una habitación algo desorganizada, con la cama sin hacer y un familiar pero extraño olor. Se voltea a ver al pelirrojo, notando un pequeño detalle.

-¡¿Tienes un arma?!- pregunta con gran sorpresa, puede ver esa cosa sujeta por el elástico del pantalón ajeno.

-Siempre la tengo pero el hospital no me dejaba entra con esto, así que...- se encogió de hombros, divertido antea expresión ajena. Decidido a no decir nada ante aquello, va hacia la puerta que debía llevar a su habitación y entra, prendiendo la luz. Se ve limpio y hay un leve olor a jabón, sus paredes están pintadas de suave color celeste y hay fotos ahí colgados, junto a algunos posters que no reconoce pero que tampoco le desagradan. Su colcha es azul y sus sábanas de diferentes tonos de verdes pero lo que llama la atención es el peluche de rana que está ahí.

-¿Por qué...ranas?- pregunta con curiosidad, tocando al peluche y sonriendo ante lo suave que es. Viendo mejor, puede ver más adornos a su alrededor con forma de rana.

-Te gustan, por alguna extraña razón- responde con tranquilidad. Bf alza al muñeco y lo abraza, un perfume desconocido llegando a su nariz que lo hace relajarse un poco en su lugar. Aún no puede recordar nada pero casi se siente como en casa.

Everywhere at The End of FunkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora