Las cervezas nos sientan mejor que nunca, y me duelen las mejillas de tanto reír. Me siento muy feliz tras pasar el rato con él. Nos despedimos con un abrazo y un guiño por su parte, gesto que hace para recordarme que hemos quedado a medianoche. Me intriga que quiera verme a esas horas, pero sé que tiene que ser por algo que merece la pena.
Selene me espera en el Gran Comedor a la hora de cenar.
-¿Qué tal tu cita, pillina? -me dice medio sonriendo.
-¡Shhhh, Selene! -susurro con las mejillas rojas de vergüenza-. ¡Nos van a oír! Además, no ha sido ninguna cita.
Selene levanta una ceja.
-Sé que te gusta -afirma la rubia.
-No es verdad -niego.
-Lo es.
-Solo somos amigos.
Mi amiga echa a reír y niega con la cabeza. Me ha pillado.
-Vale, pero no ha sido una cita -aclaro-. Y no quiero salir con nadie de momento. No quiero que salga mal.
-¡No va a salir mal, tonta! ¡Es Cedric! Sería incapaz de hacer algo que te duela.
Miro al plato vacío que tengo enfrente de mí. No lo había pensado. Yo no tengo miedo de sufrir, sino de que él lo haga. Soy un caso perdido, y posiblemente lo descuide o acabe por hacerle daño. Jamás lo haría intencionadamente, pero eso no es excusa.
Selene no sigue con el tema y se pone a comer. A mí se me ha quitado el hambre: Cedric es demasiado bueno para mí, pero realmente me gusta y me hace sentir muy bien.
-¿Crees que lo trataría como se merece? -le pregunto a mi amiga, sin dejar de darle vueltas a la cabeza.
-____, te has convertido en mi mejor amiga en menos de dos meses. Me demuestras cada día el gran corazón que tienes. Eres un desastre y también muy independiente, pero sabes cuidar a los que quieres. Confía en mí y al menos inténtalo con él. Siempre estás a tiempo de frenarlo.
Selene tiene razón. De todas formas, aún no sé si él me quiere de la misma forma. Quizás no quiere nada serio y estoy dándole vueltas a algo que no va a suceder.
-Me ha dicho que me reúna con él a medianoche en el aula en desuso del cuarto piso -le confieso a Selene.
Entonces mi amiga me coge del brazo, se levanta y me lleva consigo de un tirón.
-¿Adónde vamos? -le pregunto.
-A arreglarte para la ocasión.
Selene es experta en todo lo que tenga que ver con la belleza. Aparte de ser una chica preciosa, le apasionan los hechizos de estética. Me juego la varita a que se los sabe todos.
Me lleva a los baños y me empuja suavemente frente al espejo. Tras formular unos cuantos hechizos, me arregla la túnica. Le sonrío a mi reflejo. Me ha maquillado de forma sutil y me gusta el resultado.
-Eres preciosa -me dice, y me retira el pelo de la cara delicadamente-. Por dentro y por fuera.
Miro a Selene con una gran sonrisa dibujada en mi rostro y la abrazo fuertemente.
-Gracias por todo lo que haces por mí, eres una gran amiga -le agradezco de forma sincera.
Me da un beso en la mejilla y sonríe.
-No mereces menos. Anda, vamos a "dormir", que te espera una larga noche.
Vamos a los dormitorios y nos ponemos los pijamas. Selene espera a que nuestras compañeras se duerman para meterse conmigo en la cama: no puede dormirse, está casi tan nerviosa como yo.
Nos quedamos hablando hasta que llegan las doce. Me levanto de la cama, me pongo unos vaqueros negros y un jersey gris y mi amiga me advierte antes de irme.
-Ten mucho cuidado con Filch -susurra-. Si te pilla, te mata.
-No exageres, anda. Y no te preocupes, tendré cuidado. Soy maestra en escabullirme.
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Hogwarts: Aquí empieza mi vida (Chicos de Hogwarts y tú)
FanfictionHoy me he cambiado, al fin, de escuela. Beauxbatons jamás ha sido para mí. _____ _____, esa soy yo. A mis 17 años, conozco lo suficiente el mundo de la magia. Es por eso que estoy segura de que Hogwarts puede ser el lugar idóneo para forjar nuevas...