-Yo soy ____ ____ -le respondo al chico, medio sonriendo-. Aunque ya has escuchado mi nombre antes.
-Sé quién eres. Conozco a tu familia. Jamás se llevó especialmente bien con la mía -dice Draco, muy secamente.
No contesto. Mi sonrisa se esfuma. No quiero entrar a esos debates y menos en mi primer día, siendo nueva. Bajo la mirada hacia mi plato y sigo comiendo. A Draco no parece importarle mi silencio.
Cuando acabamos de comer, Dumbledore se pone de pie y pega dos golpecitos a una copa de oro con un cubierto. El salón permanece completamente en silencio, parece que va a decir unas palabras:
-Alumnos. Bien. Eso es, silencio. Tengo varios anuncios que hacer. En primer lugar y como algunos ya sabréis, la entrada a los bosques del área del castillo está prohibida, al igual que otras áreas del castillo que os recordarán vuestros prefectos al llegar a vuestras salas comunes. Todo aquel que entre recibirá un castigo con graves consecuencias. En segundo lugar, no debéis hacer magia ni en los descansos ni en los pasillos. Para acabar, las pruebas de quidditch comenzarán la segunda semana del curso. Para ello, hablad con la señora Hooch. Espero que tengamos un gran curso y que logréis unos buenos resultados. Tenéis a vuestra disposición a todo el equipo docente y el personal para ayudaros en lo que necesitéis, y, por supuesto, a mí. Podéis marchar a vuestras salas comunes. Mañana comenzarán vuestras clases. Sed puntuales.
Tras el comunicado del director, todos se levantan y, entre un gran jaleo, comienzan a seguir a Draco, el prefecto, que llama a todos a hacerlo. Nos conduce a la Sala Común, y una vez allí, nos explica dónde están los dormitorios correspondientes a nuestros géneros y algunas reglas más de forma desganada.
-Y bien, eso es todo -dice-. Vuestras pertenencias están en los baúles.
Y se va. Estoy muy cansada, así que subo al dormitorio y me pongo el pijama acompañada del resto de chicas. Estoy incómoda, no conozco a ninguna de ellas y algunas parecen intimidantes.
-¿Así que ___ ___? -me preguntan, sobresaltándome, pues no me lo esperaba.
-Sí, ¿hay algo de malo en eso?
-Bueno, teniendo en cuenta la reputación de tu familia, me preocuparía -me responde la chica, y de repente comienza a susurrar-. Aquí hay mucha gente que pertenece a familias de mortífagos, y tus padres lucharon precisamente contra ellos.
Ignoro la advertencia de aquella chica rubia y me tumbo en la cama, pero me habla desde la suya por lo bajo:
-No te lo digo a malas, ___, pero Draco no es precisamente la compañía adecuada según tu historial.
-¿Podemos dejar de hablar de mi familia? -pregunto, molesta-. Por favor. Yo soy yo, y tengo mi propia historia. Y no te preocupes, sé elegir mis amistades.
-Oye, perdona -se disculpa-. No quería sonar tan directa, es que... no sé, eres nueva y quiero ayudarte. Yo también fui nueva hace dos cursos y sé lo que es sentirse sola o cometer errores con los amigos que te buscas aquí. No te lo tomes mal.
En ese momento, se apaga la luz y me siento imbécil por haberme puesto a la defensiva:
-Lo siento. Estoy acostumbrada a que me juzguen sin conocerme y no me sienta bien cuando creo que alguien lo está haciendo.
-No te preocupes -me calma, en voz bajita-. Es normal. Mira, yo soy Selene. Selene Moore. Considérame tu amiga a partir de hoy, ¿vale?
En ese momento, alguien rechista. Nos están pidiendo silencio. Yo asiento con la cabeza mirando a Selene. Ella me sonríe y se da la vuelta. Suspiro. No ha sido un día idóneo, pero espero que mañana sea mejor.
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Hogwarts: Aquí empieza mi vida (Chicos de Hogwarts y tú)
Hayran KurguHoy me he cambiado, al fin, de escuela. Beauxbatons jamás ha sido para mí. _____ _____, esa soy yo. A mis 17 años, conozco lo suficiente el mundo de la magia. Es por eso que estoy segura de que Hogwarts puede ser el lugar idóneo para forjar nuevas...