Introducción

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- No es fácil aceptar que amas a alguien cuando sabes que el otro no te ama. No es fácil aceptar que ya no quieren estar cerca de ti por tu forma de ser, aunque te digan que esa no es la razón. No es fácil tener una de las mentes más brillantes del mundo, y arruinar todo por no saber cómo explicar las cosas que hay en ella. No es fácil ser yo. No lo es.

Si no conociera a Sherlock Holmes aseguraría que una lágrima apareció en su ojo. Aseguraría que cada palabra que me está diciendo es verdad, y que quiere algo más que usarme como modo de descarga de tensión por uno de sus casos. Pero lo conozco. Lo conozco más que nadie, y más que nadie me arrepiento de ello. Mi nombre es John Hamish Watson, y soy uno de los tantos seres humanos a los que Sherlock destruyo por completo.

-Afganistán o Irak?

-Perdón?

-Cual fue, Afganistán o Irak?

En ese momento no pensé que mi vida iba a cambiar tanto como cambió. No pensé que viviría aventuras diariamente, o que me olvidaría de mi "estrés postraumático". Y menos pensé que tendría un mejor amigo. Nunca había sido bueno con los amigos, por alguna razón siempre terminaba distanciándome. Era yo el problema o eran los demás? Quizás el hecho de que siempre esperaba más de las personas hacia difícil la relación con las mismas. Quizás la guerra me había cambiado demasiado. Pero incluso antes de la guerra casi no tenía amigos. Si, definitivamente era yo, y el hecho de culpar a la guerra me lo demuestra aún más.

Sherlock y yo nos mudamos al 221 B de Baker Street, y absolutamente todo era fascinante. Él, era fascinante. La forma en la que pensaba era extraordinaria y, en mi opinión, ligeramente molesta. Sabía lo que yo pensaba con solo mirarme, y se daba cuenta de lo que sentía con mirar mi forma de caminar, o de sonreír. Fueron tiempos de oro los que vivimos juntos, pero creo que me volví dependiente.

La vida junto a Sherlock era adictiva como una droga. Su misterio era como un anzuelo, y el resto de nosotros éramos peces nadábamos a su alrededor, buscando descifrarlo. Pero nadie podía descifrar a Sherlock Holmes, pues él ya nos tenía descifrados a todos. Sabia como mantenernos lo suficientemente cerca para ayudarlo, pero lo suficientemente distantes como para no entenderlo completamente. Y sabía manipularme a mí más que a nadie, con el cuello de su abrigo subido haciéndolo parecer misterioso, y sus pómulos prominentes. 4 años atrás caí en su trampa, y creo que estoy por caer de nuevo en ella. Sherlock Holmes volvió de la tumba, y me asegura que me necesita más de lo que ha necesitado a nadie nunca.

Ruined by Sherlock HolmesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora