Era sábado en la mañana. Abrí mis ojos, y me retorcí en la cama, estirando mis músculos. Me levante bostezando y me dirigí a la ducha rascando mi cabeza. Las duchas en la mañana no eran mi cosa favorita del día, pero la necesitaba si quería estar completamente despierto. Termine de ducharme, seque mi cuerpo y me vestí, dispuesto a desayunar en la tranquilidad de mi soledad, pero el timbre me interrumpió. Mierda, lo olvidé. Baje las escaleras para encontrarme un Mycroft, usando ropa casual, y lentes de sol. Una ligera sonrisa se apoderaba de su rostro, y la puerta de su auto estaba abierta, dejándome ver un vaso de café esperándome.
-Buenos días John. Listo para un fin de semana patéticamente triste en manos de mis padres?
-Alguien te había dicho que hablas demasiado en la mañana?
Dicho esto, subí a buscar un pequeño bolso de mano, tome mi celular y mis llaves, para luego salir y subirme al auto. Mycrof golpeteaba el volante con las manos, mientras canturreaba una canción desconocida para mi, que según la pantalla del estéreo se llamaba "Shake It Off". Iba a ser un viaje realmente largo...
Después de dos largos álbumes de Taylor Swift, llegamos a la casa de los Holmes, donde los padres de Sherlock nos esperaban sentados en el porche. Bajé del auto con cuidado, y caminé hacia la adorable mujer, que me recibió con los brazos abiertos y me estrecho en ellos como si aun fuera un niño pequeño. El Sr. Holmes, en cambio, golpeó mi espalda bruscamente, como viejos amigos que no se ven hace años. Eran tan distintos a Sherlock.
Entramos a la casa, y nos sentamos en el living, en un silencio que se podía tocar en el aire, hasta que la Sra. Holmes llegó con galletas y té, rompiendo el hielo:
-Me alegro de que hayas venido John, ya te extrañábamos por aquí. Estas muy flaco querido, estas comiendo bien? No estarás trabajando demasiado, verdad? Espero que no utilices el trabajo como excusa para, ya sabes, porque no te servirá de nada.
Me quede en silencio mirándola con la boca ligeramente abierta. Bien, no era tan diferente a Sherlock como pensaba.
-No, por supuesto que no. Estoy comiendo bien, y no estoy trabajando demasiado. En realidad, retome mi trabajo hace unos meses, y me lo estoy tomando tranquilo. No quiero apurarme. -Le sonreí ampliamente, con la mayor sinceridad que pude demostrar en mis ojos, y ella me devolvió una sonrisa con felicidad y nostalgia. Me puse a pensar hacía cuanto tiempo no sonreía realmente, pero era algo muy sencillo de responder. Once meses, 28 días y algunas horas. El Sr. Holmes y Mycroft se pusieron a hablar de política, y yo fingí que participaba en la conversación, haciendo comentarios cada tanto como "Ah si, claro", "No podría haberlo dicho mejor", "Viva la Reina" y "Mentiría si digo que no". Dudo que se hayan dado cuenta que fingía, y si lo hicieron, no se tomaron la molesta de demostrarlo, cosa que agradecí profundamente.
Salí para disfrutar la puesta del sol, y me senté debajo de un árbol, con una botella del mejor whisky que había probado en mi vida. Hacía frió, pero no tenia energía ni ganas de ir a buscar algo para abrigarme. Necesitaba procesar el hecho de que estaba en la casa de sus padres, y que el no estaba conmigo. Necesitaba entender porque lo había hecho, si es que realmente se había suicidado, y porque no pude darme cuenta antes.
Dicen que cuando una persona quiere acabar con su vida siempre da señales de esto. Siempre da algún indicio, un pedido secreto de ayuda, un comentario, un manotazo ahogado para que alguien haga algo. Para que alguien demuestre que importa. Para que alguien se preocupe por ellos, y los haga sentir queridos. Me pregunto si Sherlock sentía que estaba completamente solo en el mundo, porque de ser así, creo que le fallé como amigo.
Una lágrima rodó por mi mejilla, pero no intente secarla. Como tampoco lo intente con la siguiente, ni la siguiente a esa. Las deje salir sin hacer ningún esfuerzo, no estaba llorando, simplemente estaba liberando las lagrimas que venía acumulando. Las sentí caer por mis mejillas, y mojar mis manos, mi vista se volvió borrosa, y comencé a temblar. Los pájaros se posaban en la ramas sobre mí, y me pareció oír la melodía mas triste del mundo en sus cantos. Lleve la botella a mis labios, otra vez, pero esta estaba vacía. La apoye en el suelo, y me recosté contra el árbol, fijando mis ojos en el paisaje.
El sol terminaba de ocultarse, y las estrellas comenzaban a pintar el cielo, como pequeños faroles que intentaban alumbrar la oscuridad que me rodeaba. No se cuanto tiempo me quedé ahí sentado, pero de un momento a otro deje de sentir frío, deje de sentir tristeza, deje de sentir dolor. De un momento a otro, todo eso que me hacía humano, desapareció con el sol.
No estoy seguro de como llegué a mi habitación esa noche, pero desperté en mi cama. Llevaba los mismos pantalones, pero no tenia ni camisa ni zapatos. Miré por la ventana, y me sorprendí al ver que la luz del día no quemaba mis ojos, porque claro, no había luz. Me gire para ver el reloj de mi mesita de noche. Cinco de la mañana. A que hora me dormí? Salí de la habitación en el silencio mas silencioso que pude mantener, y camine a la cocina. Preparé el desayuno para toda la familia Holmes, y me senté en el sillón a tomar mi café solo.
Luego de una mañana solemnemente alegre, Mycroft y yo nos preparamos para partir a la ciudad otra vez. Me despedí de los Holmes, y le prometí a la madre de Sherlock que le escribiría de vez en cuando si necesitaba hablar, pero creo que ella sabia tan bien como yo que no estaba listo para hablar del tema aun. El padre de Sherlock volvió a abrazarme antes de salir, pero esta vez no me golpeo. Creo que realmente extrañaba a su hijo, pero no sabia como decirlo.
Apoyo su barbilla en mi cabeza, y me rodeo con sus brazos. Me imagino si habría hecho esto mismo con Sherlock, cuando este volvía del colegio llorando porque los niños de su clase eran "idiotas". Nos separamos, y me dio una suave palmada en la mejilla, mirándome con sus grandes ojos brillantes. Yo solo sonreí, y salí por la puerta.
Subí al auto de Mycroft, que en esta ocasión, eligió una selección de rock que disfrute bastante. El viaje fue mas lento que antes, y llegué a casa agotado. Comí algo sencillo, me duche y me fui a dormir, listo para comenzar otra semana que sería igual a la anterior. Pero seamos sinceros, lo único que necesitaba en este momento era una rutina fija, sin cambios, sin sorpresas y sin nada nuevo. Necesitaba algo simple que me permita acostumbrarme a la vida sin Sherlock, necesitaba superar su muerte.
Me desperté en la mañana, y mire el reloj. Las seis de la mañana del día de mi cumpleaños. Una pequeña sonrisa apareció en mi rostro mientras salia de mi cuarto para dirigirme a la ducha, pero esta se esfumo tan rápido como llegó, cuando vi la puerta de mi ex compañero. Mañana se cumpliría un año desde que me dejo aquí, solo. Un año desde la ultima vez que hablamos, cuando lo cuide como a un niño. Un año desde que murió John Watson, para dejarle su lugar a esta criatura sin vida que soy ahora. Perfecto. El mejor cumpleaños del mundo.
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Ruined by Sherlock Holmes
Fanfiction- No es fácil tener una de las mentes más brillantes del mundo, y arruinar todo por no saber cómo explicar las cosas que hay en ella. No es fácil ser yo. No lo es. Si no conociera a Sherlock Holmes aseguraría que una lágrima apareció en su ojo. Aseg...