“La verdadera soledad llega, cuando no escuchas las pisadas atrás de ti”
Había estado viajando solo desde hace tres meses. Tras la muerte de su hermano había descubierto nuevos secretos, y aunque Madara no fuera de su total confianza todo aquello que le había dicho tenia coherencia, no podía dudarlo, los viejos habían tenido la culpa y en especial “esa” persona.
Dado que Hebi se había formado con el fin de buscar y ayudar a Sasuke en su venganza, al haberla realizado, Sasuke ya no tenía la necesidad de viajar con ellos. Les dijo que regresaran a la base Akatsuki, pero que estuvieran pendientes por cualquier llamado de urgencia -Tengo algo que investigar- fueron las últimas palabras que este les había dicho.
Era uno de sus primeros viajes en solitario desde hacía mucho tiempo, eso le encantaba, la soledad había sido su mejor compañera desde siempre. Había caminado por tres días y había llegado cerca de la aldea de la Nube. Se había encontrado con un pequeño hotel, el cual le gusto por su sencillez y lejanía de cualquier otra casa u persona ya que estaba a las afueras de la aldea, pero al parecer no era el único al que lo había cautivado ya que varios ninjas se hospedaban también. Pero no le importo, estaba demasiado cansado como para buscar otro lugar. De todas formas el sabia que entre esas personas no había ninguno a su nivel, podría derrotar a cualquiera que se le opusiera en un par de segundos.
Había salido de su habitación, tenía hambre y el olor que salía del comedor lo había llamado. No había muchas personas en el momento así que decidió aprovechar. Tomaba relajadamente un poco de té verde cuando dos ninjas con unas capas color arena entraron al comedor. Tenían cubiertas sus cabezas, Sasuke no les dio importancia y siguió tomando su te... eso hasta que vio que uno de ellos bajaba su capucha y dejaba ver un brillante cabello rubio, apretó rápidamente el baso en su mano, bajo la otra a la altura de su Kusanagi, listo para atacar, pero ¿Por qué se ponía tan agitado? Aquel ninja se dio la vuelta, Sasuke recobraba su compostura -No puedo creer que fuera tan idiota- pensaba mientras seguía disfrutando de aquel te.
Pero de algo si estaba seguro, aquella presencia lo había sacado de sí mismo. Si era cierto que cada vez que veía al rubio, se ponía furioso. Ya estaba harto que lo siguiera tanto. Ya le había dejado claro que no regresaría a Konoha -No puedo creer que sea una persona tan... exasperante- una y otra y otra vez, siempre regresaba. Pero... porque le tenía que afectar tanto cada vez que lo veía... seria porque solo con él sus emociones “humanas” salían a flote o porque había sido el único al que alguna vez había considerado su “amigo” no lo sabía y la verdad que no le importaba y además porque tenía que estarse acordando de él en estos momento -Ni que fuera el único oxigenado por estos lados- reflexionaba con el ceño un poco fruncido.
Una amable señorita se acercaba nerviosa a la mesa del pelinegro. Desde que había entrado a aquel lugar había sido lo mismo, el cuchicheo del personal femenino era más que evidente. Claro que el arrogante azabache ya estaba más que acostumbrado a aquello y ya no le tomaba importancia. Comenzaba a degustar su comida, que para mal de las suertes era ramen, si, a veces el destino podía ser muy juguetón -Porque de entre todas las comidas tenían que tener solo de esta porquería- refunfuñaba mientras miraba fijamente aquel humeante plato, pero no tenía otra opción, desde hace tres días que no probaba alimento decente y el hambre lo estaba debilitando.
Había dado el primer sorbo de muy mala gana, su pesar fue interrumpido por el susurro de un nombre... Danzo... Eso sí que despertó sus sentidos. Agudizo y busco la fuente de aquel susurro. Provenía de aquellos dos que habían entrado de último al comedor. Se habían ido al fondo del salón y parecía que a nadie le importara lo que hablaban, Sasuke seguía degustando de su sopa disimuladamente. Había mandado una de sus serpientes sigilosamente junto a aquellos hombres y ahora podía escuchar atentamente aquella conversación.
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Kaleidoskopio
Fanfiction"Un silencio invadió el cuarto. Todos tenían miradas incrédulas. Se podía sentir la tensión. Todos tenían miles de preguntas. ¿Acaso Naruto bromearía con algo así? Pensó Sakura. ¿Como podría olvidarse de su lazo con Uchiha Sasuke? Meditaba Sai. ¿Nar...