CAP 15: Día de Tormenta

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"Muchas veces ya sabemos las respuestas de nuestras propias preguntas, pero preferimos ignorarlas"

El cielo se mostraba tempestuoso, danzando de un lado al otro con sus olas grises y espesas. Rara vez llovía sobre la Hoja y esta tormenta los había tomado por sorpresa. El agua golpeaba con furia los techos de cada casa. Si te gustaba la lluvia, esta era la noche perfecta para dormir mientras el sonido de las gotas caía en un compás arrullador. Estiro su brazo buscándolo y ahí estaba a unos centímetros de distancia, de espalda a él y se sintió tranquilo, sentimiento que todavía no lograba asimilar pero que de alguna forma lo hacía sentir bien. No recordaba como era antes de tenerlo en su vida. Su risa, sus tonterías y su terquedad se habían impregnado en su rutina, en su vida y ahora no podía recordar lo que era no tenerlos a su alrededor –Nunca dejaste de buscarme- susurro. Mechones de cabello rubio caían sobre la almohada. Subió la mano para tomar uno y en ese justo momento desapareció. Su mano toco la nada e inmediatamente todo se torno frio y sombrío. Ya no estaba en su cuarto, ahora estaba en el bosque de Konoha.

Comenzó a caminar, frente a él comenzaba a ver como personas de la aldea pasaban a su lado limpiando sus lágrimas. Algunos los conocía de algún lado, otros jamás los había visto y luego comenzaron a pasar sus ex compañeros ninja. Lee, Hinata, Shikamaru, todos llorando. Siguió caminando en sentido contrario, de donde provenían las personas la luz era más clara. Al final habían unos árboles y entonces vio como se acercaban Sakura y Sai. La pelirosa lo vio a los ojos mientras sus lágrimas rodaban por sus mejillas, siguió caminando. Sai por su parte lo vio con un rostro lleno de rabia, muy diferente a su típica sonrisa –Todo esto es tu culpa- le dijo para seguir con su camino.

No comprendió nada hasta que dio unos pasos más y llego al final del camino. Sintió como sus ojos ardían mientras se empapaban de lágrimas. Sus piernas perdieron fuerza, jamás pensó que cuando realmente viera esa escena le fuera a afectar tanto, siempre se había cerrado ante cualquier sentimiento que lo hiciera sentir débil. Frente a él una tumba de piedra que decía –Uzumaki Naruto.

Abrió los ojos sintiéndose todavía afectado. Aquello había sido un sueño pero se había sentido tan real que su cuerpo todavía lo resentía. Muchas veces había dicho que lo mataría, incluso cuando peleaban había estado dispuesto a llegar hasta el final -¿No?- se quedo unos minutos tirado con la vista perdida en el techo. Giro su rostro y vio por la ventana, el sol apenas iba saliendo y no reconocía lo que había fuera. Había perdido la cuenta de los días en que había salido de Konoha y ni siquiera se había tomado la molestia de preguntar cómo se llamaba la aldea donde ahora estaba. Una tormenta lo había tomado por sorpresa y solo quería un lugar donde dormir.

Siempre había sido impulsivo en sus actos y ese día que se marcho de Konoha no fue la excepción. Naruto lo había estado cuidando por más de 3 días y parecía no querer irse. Sus actividades diarias habían sido suspendidas a excepción de una que no podía dejar y quizá por eso su pie todavía dolía un poco pero no le importaba. Como todas las mañanas Naruto había llegado a preparar el desayuno, últimamente incluso había mejorado un poco. Su compañía había comenzado a ser un poco más aceptable y menos irritante, ese era el poder del dobe desde que lo había conocido.

Pero esa mañana, esa justa mañana tenía que llevarlo a él...

Al principio no le había parecido raro que el dobe hablara solo, tendía a hacerlo mientras cocinaba, pero cuando escucho que le respondían algo dentro de él se salió de control. Sabía muy bien a quien pertenecía esa voz. La sangre comenzó a hervirle en las venas, ese idiota estaba en su casa, en su cocina, hablando con Naruto de lo más feliz. Se puso rápidamente su camisa blanca y bajo por las gradas. Sus risas llenaban los rincones de su casa haciendo que su enojo incrementara. Ni el comprendía que era lo que le molestaba mas, Sai en su cocina o el hecho de que Naruto estaba de lo más feliz con él, con esa copia barata.

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