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El camino a la agencia fue en completo silencio, nadie decía nada, Wasabi iba aterrado mientras se aferraba al brazo de Baymax, Fred disfrutaba la sensación de volar miemtras que Baymax lo sujetaba, Gogo era ayudada por Hiro para quitarse la armadura amarilla de su pierna lastimada para revisarla, Honey era abrazada protectoramente por Tadashi, quien también acariciaba su cabello y Jak estaba un tanto alejado de los agentes, sólo miraba la cuidad debajo de él.

En cuanto llegaron todos se bajaron de Baymax y se dispusieron a ir a su laboratorio, todos los demás agentes los mirabas asombrados, algunos de ellos observaban más a la motociclitsa que trataba de cojear lo menos posible y era ayudada por Hiro, aunque esta no quisiera.

-Llevaré a Gogo a la enfermería, ¿está bien?- les dijo el menor ante la atónita mirada de la chica mencionada.

-No, claro que no, Hiro.- refutó ella con un semblante serio- Lo menos importante ahora soy yo, además, estoy bien, ya se me pasará el dolor. En lo que debemos concentrarnos es en hablar con la directora Granville y tiene que ser ahora.- le dijo ella a todos y para ser honestos, tenía un buen punto.

-Sí, chicos, Obake nos confesó lo que pasó en la exploción de hace 18 años.- mencionó Fred rascándose la parte de atrás de su cuello.

-¿Y qué fue lo que les dijo?- preguntó un interesado Tadashi.

😮😮😮

Después de que sus amigos le contaran lo que Bob les contó a ellos, los 6 agentes más Jak, a quien le pidieron que no se separara, ya que aún tienen cuentas que arreglar con él, fueron hacia la habitación de enfermería que le dieron a Granville.

Para su sorpresa, a su directora ya se le veía bastente bien, la pálidez en ella se había ido y se le notaba con más energía y fuerza.

-¿Directora Granville?- dijieron todos al uniso, menos el que no era agente. Jak sólo tenía los puños apretados mirando asesinamente a la azabache, pues gracias a ella, él se vió obligado a trabajar para Obake.

-¡Usted!- alzó su voz sorprendiendo a todos- ¡Usted es la causante de todo!- acusó con furia irradeando en él.

-Wow, Jak, debes calmarte.- le pidió Honey Lemon al ver en esa forma.

Pero el Menendez no la escuchó y con pasos firmes, empezó a dirigirse hacia la directora de la agencia, peronpara su mala suerte los hermanos Hamada le impidieron el paso.

-Por favor, no hagas una locura si sabes lo que te conviene.- le sugirió Hiro con calma para no alterarlo más.

-¡Apártense, idiotas!- les gritó él de vuelta- ¡Si ella no hubiese sido tan cruel en el pasado, Bob Aken no se hubiera vuelto malo!- siguió gritando y acusando a Granville, quien sintió el corazón acongojado tras ese recuerdo en el pasado.

-Yo... Yo no sé de qué está hablando.- dijo la directora en un murmuro tratando de negarlo que decía Jak.

-Oh, claro que sí sabe.- pero la voz de Gogo la impacto- Ahora necesitamos escuchar la versión que usted nos tiene que decir, así que, díganos, directora Granville... ¿Qué fue lo que pasó en la explosión de hace 18 años?-  preguntó completamente seria y cruzada de brazos.

Granville suspiró.

-Ok, está bien, les diré la verdad... Ya no tiene caso ocultársela.- le respondió, ahí fue donde empezó a relatar los hechos.

Pasaron los minutos y Granville terminó de contar y todo era exactamente como Bob Aken les había contado, los agentes estaban sorprendidos, pero más que eso... Estaban decepcionados. Decepdionados de la mujer que siempre se esmeraba en convertirlos en su mejor personas y ella había herido tan profundamente a alguien sin ningún motivo.

AGENTS OF SAN FRANSOKYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora