❁; quizás él miente.

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Akane duerme en su hombro, él mira sus manos entrelazadas.

Debería despertarlo antes de que sea más tarde, los padres de Akane no deben de tardar en llegar, antes de hacerlo siente que ya está despertando, ve las largas pestañas revoletear y como el cuerpo ajeno se aleja de él.

Y lo mira, Teru cae entonces una vez, atraído una vez por esa mirada chocolate, igual que todos los días no puede evitarlo, le gusta Akane, está enamorado de Akane, ama las cosas que sabe de él, sentir la calidez de su cuerpo, perderse en sus ojos y poder sentirlo cerca.

Esto es tan amarillo.

Amarillo que se tuerce y oscurece ante tu tacto.

Porque huye de sus miedos, del futuro, de una parte de si mismo y la verdad que fue bordada en antaño.

Aun cuando él quiso acabar con el problema, no pudo.

¿Por qué querría escapar de este sentimiento tan dulce? Era inevitable.

Así debían ser las cosas, no había otro camino, no podía dejar a Akane solo.

Le gusta complicarse la vida.

No es difícil, solo debe ser claro.

Quizás así las flores que siguen viviendo dentro de él tomen finalmente un rumbo.

Raíces arrancadas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora