Capítulo III

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«Instinto»

—Disculpa pero... ¿Quién eres? –Ceja elevada, ojos dorados observandolo fijamente y...

Hitoshi abrió sus ojos sorprendido ante aquel aroma tan atractivo, miel y azúcar... El Alfa tragó saliva y sus pupilas se dilataron.

Denki se sonrojó completamente al percatarse de que estaba liberando feromonas de forma involuntaria.

¿En qué rayos estaba pensando?

—Uh... Lo siento es que... –El Omega intentó disculparse pero un aroma nuevo llegó a sus fosas nasales y lo calló.

Aquel Alfa que lo observaba boquiabierto también había liberado feromonas y olían a... Olían a bosque, un bosque repleto de hermosos árboles de todo tipo cuyo aroma brindaban paz y tranquilidad.

Kazumi observaba a los dos adultos sin comprender, mientras Aizawa intentaba ocultar su sonrisa un tanto maliciosa.

—Papi. –Llamó la pequeña y tomó el rostro del rubio entre sus manos, obligándolo a mirarla. —Hoy Hitoshi y yo jugamos mucho. –Le contó la niña con una sonrisa mientras jugaba con los cabellos de su padre. —Y Shouta me hizo una merienda deliciosa... Aunque ya debemos volver a casa porque tía Naomi no quiso hacer los deberes conmigo, dijo que no entendía por qué el patito necesitaba colorear números para pasar por la laguna.

Por supuesto que Naomi diría algo semejante.

Denki inspiró hondo y tuvo que esforzarse más de lo normal para evitar soltar palabrotas sobre su hermana.

—No te preocupes cariño, iremos a casa a hacerlas. –Le respondió con una sonrisa. —Gracias por jugar con mi hija señor...

—Hitoshi, Shinsou Hitoshi. –Completó mientras sonreía de forma inevitable. —Y no me llames señor, no soy tan viejo.

Denki bufó divertido.

—Perdón por eso entonces, yo soy Kaminari Denki. –Buscó algo en su bolsillo y finalmente sacó dinero. —Señor Aizawa, ésto es por cuidar a Zumi hoy. –Dijo mientras le extendía el dinero al pelinegro, que llevaba un buen rato al lado de su sobrino, sonriendo por sus acciones.

Shouta chasqueó la lengua y negó con su cabeza.

—Ya hemos hablado de ésto, no voy a aceptar su dinero, después de todo Kazumi ha estado cuidando de mis plantas, quizá yo debería pagarle a ella. –La niña abrió sus ojos con ilusión.

—Por favor aceptelo y ni piense en darle dinero a Zumi, al final resultó ser tan derrochadora como Naomi, no sabe cuanto sufro cuando salgo de compras con las dos. –Dijo con una sonrisa mientras se esforzaba en evitar mirar nuevamente al Alfa. —Tenga el dinero, hasta luego y gracias. –El rubio prácticamente obligó a Shouta a tomar el dinero y se alejó con algo de prisa.

Aizawa cerró la puerta y recién entonces Shinsou sintió que volvía en todos sus sentidos, su tío le sonrió y volvió a tomar asiento.

—¿Es que acaso eres un adolescente? –Le preguntó con sorna. —Teniendo esa tipo de reacción ante la mínima cantidad de feromonas, realmente te creí más controlado Hitoshi.

En ese instante Shinsou reparó en lo que había hecho y se sintió terriblemente avergonzado, tomó asiento junto a su tío y suspiró.

—¿Realmente me ví como un idiota no? –El pelinegro asintió sin dudarlo mucho. —Tal vez lo hice sentir incómodo, que tonto he sido, debería disculparme... No sé bien que me sucedió es sólo que...

Aizawa puso una mano sobre el hombro de su sobrino y lo palmeó levemente.

—Tranquilo Hitoshi, no te martirices, además no te recomiendo hacerlo, no puedes acercarte así como así a ese Omega, él le teme demasiado a los Alfa y no quiero que lo hagas sentir incómodo. –Dijo seriamente. —Si él en algún momento comenta sobre que algo de lo que pasó lo hizo sentir mal yo le daré las disculpas en tu nombre, no te preocupes.

Infortunio [ShinKami] •|PAUSADO|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora