Infortunio [ShinKami] •|PAUSADO|•

Capítulo VII

«Beso con aroma a café»

Denki apagó la alarma y una sonrisa se posó en sus labios cuando sintió una suave respiración en su pecho, levantó las sabanas con cuidado y allí debajo encontró a Kazumi durmiendo plácidamente encima de él, con su mano aferrada a su remera de pijama.

—Buenos días cariño, es hora de levantarse. –Le dijo con ternura. —Tenemos que ir a la guardería.

La pequeña se removió un poco.

—No quiero ir hoy... –Susurró adormilada, Denki rió por lo bajo.

—No puedes faltar hoy, la maestra tuya me ha contado que hoy pintaran con las nuevas pinturas que ha comprado. –Respondió mientras la apartaba suavemente para levantarse de la cama. —Espero que cuando vuelva de cepillarme los dientes ya estés levantada. –Ordenó antes de dirigirse al baño.

Por supuesto que cuando volvió Kazumi aún estaba dormida, le llevó unos buenos minutos lograr levantarla y aún un poco más lograr vestirla mientras ella aún seguía intentando echarse en la cama, como ese día hacía algo de frío además del vestido anaranjado colocó sobre ella un abrigo negro.

—Papi este me aprieta. –Se quejó la niña cuando Denki le subió el cierre de su chaqueta.

El rubio comenzó a cepillar el pelo de la niña.

—Lo siento cariño pero no quiero que te resfríes, podrás quitartela cuando lleguemos a la guardería. –El Omega terminó de atar el pelo de la pequeña con dos coletas y fue hacia su armario para cambiarse, optó por unos jeans azules, una camiseta de mangas largas a rayas y su calzado negro. —Vamos rápido a desayunar o llegaremos tarde. –Cuando llegaron a la cocina se encontraron con la sorpresa de que Naomi ya les había dejado el desayuno preparado por lo que no tardaron en devorarlo, Denki lavó con rapidez los platos sucios y tomó su bolso y la pequeña mochila de Kazumi.

—Vámonos Zumi. –La llamó mientras apagaba la televisión que la pequeña estaba viendo, la niña se levantó entre quejas y bostezos y finalmente salieron de su hogar. —Dejame cerrar la puerta con llave y...

—¡Hola Hitoshi! –Los dedos del Omega apretaron con fuerza la llave al oír aquel nombre de los labios de su hija, se tomó su tiempo para cerrar la puerta y cuando se giró se encontró a una corta distancia del Alfa que se encontraba acuclillado mientras oía lo que Kazumi le contaba, aunque no tardó en centrar su atención en él una vez que notó la mirada del Omega posada en su persona.

—Buenos días Denki. –Dijo con una sonrisa, el rubio sintió como su corazón se aceleraba cuando pudo apreciar el traje que el Alfa lucía espectacularmente. —Iba de camino a una reunión, ¿A dónde se dirigían ustedes?

Al Omega le costó un par de segundos percatarse de que debía responder y una sonrisa se plasmó en su rostro, dedicada especialmente al Alfa.

—Buenos días Hitoshi, con Zumi íbamos camino a la guardería, de hecho, creo que se nos está haciendo tarde, disculpa que no podamos charlar más... –Murmuró apenado.

El Alfa no deseaba terminar la conversación allí por lo que no tuvo que pensarlo mucho para decir: —Si quieres yo puedo llevarlos, de todas formas estoy saliendo temprano para desayunar por ahí.

Denki quedó estático ante el ofrecimiento por lo que su hija respondió por él.

—¿Hitoshi nos llevará?¡Eso es genial, gracias Hitoshi!  –Agradeció la niña con una sonrisa, el Omega rió por lo bajo.

—Sí, muchas gracias Hitoshi. —Agregó el rubio.

El Alfa abrió caballerosamente la puerta trasera a Kazumi y le abrochó correctamente el cinturón antes de ir a abrirle la puerta a Denki quien se sonrojó ligeramente.