Capítulo VIII

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«Respeta a tus mayores»

El hombre se levantó de su asiento y estrechó su mano con Hitoshi.

—Es un placer tenerlo como inquilino señor Shinsou. –Dijo de forma amable, el pelimorado sonrió de lado y le entregó los documentos correspondientes junto con el sobre que contenía el dinero. —Y no se preocupe, solemos trabajar con la residencia de famosos y demás, su ubicación está más que cuidada con nosotros, únicamente podrán acceder a su residencia aquellos a los que usted autorice, las cámaras están grabando las veinticuatro horas las distintas entradas de la casa y el único que puede ver las grabaciones será usted, pegado en el refrigerador están las contraseñas de las puertas y del programa de vigilancia.

—Muchas gracias señor Minami, traeré el resto de mis cosas en un par de días. –El Alfa se despidió de aquel Beta sonriente y se subió al auto, una vez dentro suspiró aliviado. Con ayuda de Bakugo el pelimorado había logrado encontrar un nuevo departamento al cual no podría acceder su madre, el de ojos rubí trabajaba con discreción y eficiencia, la transacción de dinero fue completamente encubierta mientras que a su vez el Alfa rubio ceniza comenzaba a tener acceso a toda la información de Aika Shinsou, cabeza de la corporación Eraser y madre de Hiroki, Hitoshi y Haruka.

Además de los recién nombrados el Alfa contaba con un tercer hermano, el menor de todos, Toshio —el hijo del padre de Hitoshi con aquel Omega por el cual abandonó el apellido Shinsou, el hombre había fallecido junto a su pareja en un accidente en auto siendo el único superviviente Toshio quien debió ser acogido por la que legalmente aún era la esposa del hombre—, desde el primer momento en que lo vió Aika sintió desprecio por el muchacho resultando así que sus hijos mayores se encargaran de la crianza de este.

Hitoshi no recordaba felizmente su infancia pero había unos pocos momentos en los que se sentía alegre rememorando los pocos momentos en que los cuatro hermanos tuvieron días tranquilos.

El Alfa condujo embriagado con aquellas memorias por lo que el camino a casa de Shota se le hizo corto, estacionó correctamente e ingresó a la casa de su tío mientras desanudaba su corbata.

—Entonces la maestra Yaomomo me dijo que ese era su color favorito y que le encantaba el vestido con el que la dibujé así que por eso me dieron esto. –Dijo una voz conocida. Shinsou caminó a la sala de su tío donde se encontró al pelinegro compartiendo de un té con la pequeña Kazumi que le mostraba orgullosa la estrella dorada prendida a su vestido.

Los ojos dorados de la pequeña se posaron en él y una enorme sonrisa iluminó su rostro, salió corriendo hacia él y lo abrazó con fuerza, el adulto rió por lo bajo y acarició sus cabellos.

—Hola de nuevo Zumi. –Saludó el Alfa, la niña se separó de él alegremente.

—Hola de nuevo Hitoshi ¡Sigues usando ese traje tan lindo! –Exclamó divertida, Shinsou miró su vestimenta y asintió. Kazumi lo entretuvo unos segundos más hasta que finalmente volvió a su asiento para enfrascarse completamente en la tarea de devorar todas las galletas que Aizawa había puesto en la mesa, el Alfa se sentó cerca de su tío y lo saludó.

—¿Cómo es eso de que ya se vieron en la mañana? –Preguntó de forma discreta el Omega mientras observaba de reojo a la niña que no parecía estar escuchandolos.

Hitoshi sonrió con nerviosismo y desabotonó un poco la camisa.

—Bueno, supongo que Zumi algo te habrá contado. –La sonrisa en la cara de su tío le confirmaba aquello. —En la mañana me los crucé yendo a la guardería y les ofrecí llevarlos en mi auto, como sobraba algo de tiempo también los llevé a desayunar. –Explicó con simpleza, aunque el ligero rubor en las mejillas del muchacho no pasaron por alto para Shota.

Infortunio [ShinKami] •|PAUSADO|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora