Narra Raymond
Luego de que Wendy y yo hiciéramos el amor en la ducha fuimos hacia la habitación en donde ella hizo que me recostara en la cama, me pareció algo extraño pero más lo fue cuando se puso al lado mío de rodillas. No pude evitar morder mi labio al verla en una posición, además de que estaba desnuda y con su cabello mojado la hacia aún más hermosa y sexy de lo que es. Tal imagen hizo que me pusiera aún más duro, necesitaba hacer algo al respecto pero no lo quiero hacer en frente de ella.
Raymond: mi amor ¿qué pasa?. Digo curioso.
Wendy: no nada.., es sólo que estoy algo nerviosa. Sonríe.
Raymond: ¿y eso porqué?. La miro confundido.
Wendy: por lo que voy a hacer. Dice tímidamente.
Me pareció extraño que dijera eso último pero luego me sorprendí cuando ella se acercó lentamente a mi torso y entonces bajó su cabeza mientras sus manos bajaban lentamente por mi abdomen hasta llegar a mi miembro.
Wendy: nunca he hecho esto pero por lo menos espero hacerlo bien en mi primera vez. Dice bajo.
Tomó mi miembro con sus pequeñas manos y de manera lenta empezó a masturbarme, suspire ya que lo hacía de una manera en que me torturaba literalmente, en eso combinó sus besos con los masajes que hacía en mi.
Raymond: ¡joder!. Muerdo mi labio.
Siguió con ese ritmo por algunos segundos hasta que empezó a subir por el tronco de mi miembro con la lengua, y así repitió varias veces lo cual me producía mucho placer, aparte un poco cabello y en su carita noté un leve sonrojo que cubría sus mejillas, además de que su mirada mostraba miedo ya que esto obviamente es algo nuevo para ella, piensa que no podrá complacerme pero es totalmente lo contrario, lo está haciendo mejor de lo que esperaba y a comparación de otras mujeres con las que estuve antes.
Raymond: mmm no te detengas ¿si?. Digo entre suspiros.
Finalmente metió sólo la punta a su boca y luego empezó a bajar lentamente metiéndolo y sacándolo de esta, cerré los ojos y entonces me dispuse a disfrutar el placer que sentía en ese momento.
Raymond: mi amor ¡por favor!. Le suplico.
Siguió así por unos cuantos segundos más pero luego volvió a masturbarme y entonces ya no pude aguantar más así que me corrí en su boca, ella se tragó mi corrida y luego me miró tímidamente.
Wendy: ¿lo hice bien? ¿te gustó?. Dice curiosa.
Raymond: ¿qué si me gustó? ¡me encantó!. La abrazo.- te amo. La beso.
Wendy: y yo a ti. Sonríe.
Ella se recostó sobre mi pecho entonces cubrí su cuerpo con las sabanas y besé su cabeza, los dos nos quedamos en silencio por unos cuantos minutos pero luego sentí que ella acarició mi cara.
Wendy: Ray ¿tú no te arrepientes de haberme conocido?. Dice bajo.
Raymond: ¿porqué dices eso amor?. Digo confundido.
Wendy: porque ya han pasado varios meses desde que consolidamos nuestra relación, y no lo sé.., tú tal vez ya no sientes lo mismo como al principio. Me mira triste.
Cuando dijo eso sin dudarlo me monté sobre ella quedando entre sus piernas, la miré serio pero luego suspire y sonreí.
Raymond: no entiendo la lógica de tu pregunta ¿eh?, y tampoco entiendo porque dudas del amor que te tengo.
Wendy: no es que dude de tu amor Ray, es sólo que a veces pienso que mereces algo mejor. Baja la mirada.
Raymond: pero tú has sido lo mejor que me a pasado en la vida y siempre lo serás, de eso no lo dudes. Digo feliz.- desde que te conocí provocaste algo en mi que no puedo explicar con palabras pero si con amor, has sido la única chica que he amado de verdad, a ti no te interesa que yo sea famoso y eso es difícil de encontrar en una persona que no se interese por el dinero y tampoco por la fama...
Wendy: la fama y el dinero nunca serán una opción para mostrar afecto, seas quien seas yo siempre te amaré, seas Daddy Yankee o seas Raymond Ayala nunca podría dejar de amarte, además de tú me ayudaste a cumplir uno de mis mayores sueños, y es algo con lo que estaré en deuda contigo por toda la vida. Sonríe.
Raymond: ¿sabes cómo puedes saldar esa deuda conmigo?. Me rió bajo.
Wendy: ¿cómo?. Dice curiosa.
Raymond: bueno. Tomo su mano.- tú sabes, que nuestra relación de el siguiente paso.
Wendy: hablas de...
Raymond: Wendy ¿quieres casarte conmigo?. Digo con una sonrisa.
Ella me miró sorprendida por algunos segundos pero luego observé que sus ojos se llenaron de lágrimas, besé su cabeza y luego le di un pequeño beso en los labios.
Raymond: ¿y qué dices? ¿quieres empezar una nueva vida como esposos?. Digo bajo.
Wendy: Ray.., yo. Su voz se entrecorta.- yo.., ¡si! ¡si quiero casarme contigo!. Dice llorando de felicidad.
Ella me abrazó y luego me llenó de besos toda la cara, me reí bajo entonces de mi mesita de noche saqué el anillo (imagen en galería) y se lo puse.
Raymond: te amo mi princesa. La beso.
Wendy: y yo a ti mi rey. Sonríe.
Limpié sus lágrimas y luego la besé tiernamente, estuvimos entre besos y caricias por un rato hasta que terminamos haciendo el amor toda la noche.
