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Narra Raymond

Llegué a la escuela en donde estudia la hermana de Natti pero no vengo por ella sino por alguien más que he querido ver desde hace ya varios días, además estuve casi toda la mañana en Cartel así que ya necesitaba un descanso.

Me quité mis lentes de sol y los dejé en mi auto, bajé de este y me dirigí a la entrada de la escuela, aún estaban saliendo algunos alumnos pero no me interesaba hablar con ninguno de ellos, sin decir nada entré y me puse a buscar a Wendy, adentro aún habían algunos alumnos más pero no estaba ella, de seguro ya se habrá ido a su casa.

Estuve buscándola por un rato pero nada que la encontraba, en eso pasé tranquilamente por un pasillo y bueno estaba sumido en mis pensamientos cuando de repente el sonido de una canción hizo que me detuviera. Miré a un lado y había una puerta que estaba un poco abierta, me acerqué un poco y de ahí pude escuchar esa linda canción, abrí con cuidado la puerta y ahí pude ver a la chica que tanto anhelaba volver a ver.

Ella estaba limpiando unas cosas arrodillada en el suelo mientras tarareaba una canción que no conocía pero era muy bonita, sonreí y luego decidí hablarle.

Raymond: esa es una hermosa melodía. Digo feliz.

Ella volteo a verme y enseguida se levantó, en eso pude notar un pequeño sonrojo en sus mejillas.

Wendy: se.., señor Ayala, que.., ¿qué hace usted aquí?. Dice nerviosa.
Raymond: te estaba buscando. Me acerco lentamente.- lamento si te asuste. Sonrío.
Wendy: ¿a mi?. Me mira.
Raymond: si, ¿recuerdas la primera vez que hablamos y fuimos interrumpidos?. La miro.
Wendy: si...
Raymond: bueno quería disculparme contigo por lo que te hizo Natti Natasha ese día, enserio no sabía que ella iba a hacerte eso pero realmente lo siento...
Wendy: oh entiendo, pero usted no tiene que disculparse porque realmente usted no hizo nada, ya no se preocupe por eso. Sonríe.
Raymond: pero...
Wendy: insisto señor, usted no debe que sentirse culpable por algo que nunca hizo, si recibí esa paliza de Natti Natasha y de la otra mujer que la acompañaba fue por algo. Enoje los hombros.
Raymond: tienes un corazón de oro ¿lo sabías?. Digo feliz.
Wendy: gracias por el cumplido, pero solamente digo lo que pienso y lo que creo que es correcto, en este caso un hombre como usted no debería que sentirse culpable por algo que hicieron otras personas que posiblemente sólo quieren que se sienta mal consigo mismo.
Raymond: comprendo. Me río bajo.- por cierto ¿tú que haces aquí?. Digo confundido.
Wendy: estoy castigada. Levanta una caja.- me inculparon de haber robado un expediente de la oficina del director. Dice triste.
Raymond: ¿qué?. Digo sorprendido.- ¿pero quién fue el hijo de puta que te hizo eso?.
Wendy: no lo sé, pero intenté hablarlo con el director y bueno. Suspira.- no quiso ayudarme y tampoco quiso creerme. Dice triste.
Raymond: ese director es un maldito, no puede hacer eso. Digo molesto.
Wendy: lo sé, y es algo que aún no comprendo pero ya que, tuve que cumplir con el castigo que era limpiar todas estas cosas. Baja la mirada.

La miré confundido mientras ella acomodaba algunas cosas y pude notar que estaba algo triste, ¿y cómo no? si ese estúpido del director la obligó a limpiar todo esto, es un hijo de puta.

Raymond: oye, ¿te gustaría ir a almorzar?. Me acerco.- como has estado aquí casi todo el día me imagino que debes tener hambre, anda yo invito. Sonrío.
Wendy: ¿enserio?. Me mira sorprendida.
Raymond: claro, será algo así como para compensar lo que pasó aquel día, además podemos seguir hablando y así conocernos. Digo feliz.
Wendy: está bien, acepto su invitación. Se ríe bajo.
Raymond: también te ayudaré a terminar de limpiar, así será más rápido.
Wendy: claro. Asiente.

Los dos sonreímos y luego de eso empecé a ayudarla a limpiar el resto de cosas que le hacían falta, aún así no puedo creer lo que ese estúpido la obligó a hacer, si de tan sólo verla me doy cuenta que sería incapaz de cometer algo tan indebido como robar, si para mi es una chica muy dulce y tierna además de ser hermosa.






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