Al igual que en el palacio nunca fue escuchado, ahí parecía que tampoco lo sería, o quizás estuvo tan acostumbrado a ello, a guardarse sus sentimientos y deseos, que no pudo manifestarlos cuando quiso hacerlo, porque a pesar de que quiso apartar otra vez aquella mano que acariciaba su rostro, no lo hizo, no cuando no sabía cómo reaccionaría sin un público presente, aunque en su mundo siempre parecía contenerse cuando su sola presencia le era una molestia, y ahora sus ojos lo veían llenos de un sentimiento que no estaba seguro de qué era.
—¿Estás bien?
La pregunta le fue dicha una vez más y él sabía que tenía que responder, sin embargo, le era tan difícil, porque ni él mismo sabía cómo estaba, porque tan sólo un momento atrás estuvo feliz de saber que lo había logrado, que huyó del palacio como tanto quería, pero también por sus acciones parecía haber sido castigado con el hombre frente a él.
Al no tener una respuesta, vio como los ojos del hombre idéntico al Emperador pasaron sobre su cuerpo, como si buscara alguna herida en él, e incluso su voz empezó a tener rastros de desesperación.
—Taemin, ¿estás...?
—Estoy bien... —su voz fue apenas audible.
Él sabía que eso podría pasar, que tal vez no pudiera dejar el palacio por completo, que una parte de él lo haría pero su cuerpo no podría hacerlo, y a pesar de eso quiso arriesgarse y en ese momento entendía que era lo que había pasado, porque si no fuera de esa manera, no estaría siendo llamado por su nombre a pesar de haber llegado a ese mundo, y dudaba que de un momento a otro el Emperador hubiera empezado a preocuparse por él, o tan siquiera le hubiera permitido dejar el palacio.
Ahora que lo veía mejor, tampoco llevaba sus elegantes túnicas, sino que en su lugar había una armadura, y su ropa tampoco lucía muy limpio como sería común en el Emperador, además de que su cabello estaba recogido con trenzas en su lado izquierdo, mientras que el resto fue peinado en una coleta alta y algo desordenada, como si nunca hubiera pasado un peine en él antes de atarlo, tan diferente a como el Emperador lo llevaba tan pulcramente recogido.
Antes de que pudiera reaccionar lo vio inclinarse más cerca de él, y su mejilla izquierda fue acunada por su amplia mano mientras sus labios fueron besados lentamente, siendo sorprendido e inconscientemente intentó apartarlo desde su pecho.
—No... —murmuró cuando sus labios fueron liberados.
Hubo un suspiro por parte de Min Ho y luego apoyó su frente en la de él, respirando profundo antes de hablar.
—Tienes razón, no es momento de esto, tenemos que ir afuera.
No esperó una respuesta antes de volver a besar sus labios castamente para luego apartarse, levantándose y extendió una mano hacia el Rey, quien debería de olvidarse de ese título y acostumbrarse de que ahora era sólo Taemin, porque si bien, las cosas no salieron en su totalidad como él quería, tampoco significaba que regresaría al palacio, ya que sentía que era más fácil huir de este Min Ho que del Emperador y sus miles de guardias que seguro lo perseguirían.
Si bien sabía que el Emperador no tenía sentimientos por él, también era consciente de que lo único que lo mantuvo con vida en el palacio era el reino del que provenía, y que éste con el pasar de los años pareció volverse más fuerte, lo que hacía que nadie lo quisiera como su enemigo sino como su aliado, y si él moría, sería como declarar la guerra, y eso no era nada conveniente para nadie, así que si huía sería buscado por cielo, mar y tierra hasta encontrarlo y llevarlo de regreso, porque las consecuencias serían las mismas.
Ya que fueron sus acciones las que lo llevaron ahí, se dijo que debía de comportarse como se esperaba, por lo que extendió su mano hacia Min Ho, quien lo haló ligeramente para ayudarlo a levantarse, y cuando lo hizo no lo soltó, sino que comenzó a caminar hacia la salida de la tienda, haciendo que se enfrentara a un día bastante soleado como para que sus ojos dolieran en cuánto entraron en contacto con la luz.
Elevó su mano cubriendo un poco sus ojos, y miró a su alrededor tanto como pudo, viendo como había más tiendas del mismo color que la que acababa de salir, y recordando las palabras del primer hombre que vio antes, se preguntó si tal vez estaba en algún campamento militar, y ante ese pensamiento quiso reír, porque si era así, muy probablemente encontraría su muerte pronto si continuaba en ese lugar.
Su mano fue sujetada con firmeza pero gentilmente también, todo el camino hasta que llegaron a otra tienda mucho más grande que las otras, y para el momento que se detuvieron ahí, Min Ho pareció haber crecido un par de centímetros, levantó su barbilla y de repente ya no parecía el hombre que minutos atrás estaba preocupado, sino un guerrero al que sería incapaz de intimidarlo así tuviera una espada en su cuello, sin embargo su agarre no cambió incluso cuando dieron un primer paso al interior del lugar.
El ex Rey no estaba seguro con qué se iban a encontrar, porque lo poco que había visto no le dijo mucho de en dónde estaba y cuál era su situación, a parte de estar en un lugar diferente del conocido, y en un cuerpo que no era suyo, sin embargo, estaba vistiendo una tranquilidad que había aprendido a dominar con los años, así como podía hacerlo con cualquier emoción necesaria.
En el lugar había varias personas que volvieron su mirada a ellos, y Taemin no pudo evitar detenerse mientras su cuerpo se tensaba y temblaba ligeramente al verlos, porque al parecer no sólo el Emperador lo había seguido hasta ese lugar como un castigo, sino que ahí, entre los presentes también podía ver al tercer príncipe y junto a éste al mismo hombre que lo había estado abrazando cuando llegó a ese mundo, y hacia quién quiso correr y refugiarse entre sus brazos, sentirse seguro a su lado como fue en el pasado, pero una vez más tenía al Emperador ahí para impedírselo.
ESTÁS LEYENDO
El esposo de un guerrero.
FanfictionLa primera vez que entró en el palacio y conoció al hombre que se convertiría en su esposo, quiso salir huyendo y, habían pasado años para que eso sucediera, para que pudiera huir con vida de ese lugar al que odiaba. Sin embargo, era como un pasado...