Estaba tan enojado que era casi inconsciente de sus acciones, del sentir las manos del guerrero posándose en su cintura y luego el cómo fue sostenido firmemente contra ese cuerpo fornido. Desde que llegó a ese mundo, por primera vez no rechazó su tacto, pensando en que quería hacerle daño a Sang Kyung, aunque no era algo que lograría con sus acciones de ese momento, lo sabía bien, porque el hermano de Min Ho no correspondía a sus sentimientos.
Estaba enojado con Sang Kyung y su medio de desahogo fue Min Ho, porque sus manos apretaron la parte posterior del cuello del guerrero, clavando sus cortas uñas en la piel expuesta e importándole poco si le hacía daño, porque sentía como si con esa acción una pequeña parte de su enojo fuera drenada.
Había sido ingenuo al pensar que dejando su mundo sería todo mucho más fácil, al creer que podría tener el amor de Sang Kyung cuando este nunca miró en su dirección, ni en su mundo, ni en el actual, y como una confirmación a todo ello fue ver que tenía una familia a la que parecía amar, porque sus ojos no habían brillando emocionados desde que lo vio por primera vez ahí, siempre lucía serio, a excepción de momentos atrás que pudo reconocer lo feliz que estaba.
—Taemin... —susurró Min Ho cuando el beso terminó.
Taemin se apresuró a cubrir su boca con su mano izquierda, no quería escucharlo hablar, no cuando su voz era tan idéntica y molesta como la del Emperador, a pesar de que el tono usado era suave y cariñoso, en lo único que podía pensar era en ese monarca que había odiado con todo su ser con cada día que pasaba a su lado.
—Te odio —dijo con los dientes apretados.
Los brazos alrededor de Taemin vacilaron un poco, porque aquellas palabras fueron tan sentidas al ser dichas, y Min Ho pudo notarlo, ¿en verdad su esposo estaba odiándolo? ¿qué pasó en esos meses que estuvo ausente para que todo el amor que sentía por él se convirtiera en odio?, no pudo evitar que sus pensamientos fueran hacia Sang Kyung otra vez, ¿qué sucedió entre su hermano y su esposo?
A pesar de las palabras de Taemin tan sinceras, cuando el guerrero apartó su mano con la intención de preguntar la razón de ser odiado, no alcanzó más que hacer un sonido antes de ser interrumpido una vez más por los labios de su esposo, que lo tenía bastante sorprendido y confundido por su actitud hacia él desde que regresó.
Taemin siempre lo había estado rechazando, sin embargo, Min Ho fue bastante consciente de su mano buscando soltar su cinturón y sus dientes cerrándose fuertemente alrededor de su labio inferior, como si con esa acción pudiera deshacerse de todo lo que estaba sintiendo, provocando que el guerrero frunciera el ceño y un sonido bajito escapara de sus labios debido al dolor.
—Taemi...
Mientras hablaba la mano de Min Ho tomó a la de Taemin que había soltado su cinturón, pero no alcanzó a terminar sus palabras cuando fue interrumpido por Taemin una vez más, que después de separarse ladeó la cabeza al lado contrario, sintiendo como si su acción no hubiera sido suficiente, incluso si podía sentir todavía el sabor de la sangre en su boca por haber lastimado los labios del guerrero.
—¿Qué pa...?
—Estoy tan enojado —dijo con los dientes apretados.
Estaba acostumbrado a guardarse sus palabras para sí mismo, sus sentimientos, porque era el Rey, no se le permitía ser escandaloso, incluso en la privacidad de su alcoba, lo máximo que había llegado a hacer fue destrozar un almohadón del que la Dama Kim se deshizo tranquilamente, como si entendiera que era su única manera de desahogarse, pero ahora ni siquiera podía hacer eso, porque inmediatamente tendría la atención del Emperador, o el guerrero, porque cada vez debía de recordarse que aunque sus apariencias eran idénticas, no era el mismo hombre.
—¿Por qué? —la voz de Min Ho fue baja.
Taemin no respondió, no podía decirle que estaba enojado porque Sang Kyung tenía una esposa e hijos con ella, ni que por tenerlo a él cerca cuando lo que más lo deseaba era lejos, aunque no lo parecía si acababa de besarlo.
El ex rey quiso reírse de sí mismo cuando recordó que tiempo después, un medio más de canalizar su enojo habían sido aquellos encuentros en el templo con el tercer príncipe, porque casi podía ver al Emperador ardiendo en enojo, no porque él le importara, sino por el hecho de la traición, ese hombre era tan egoísta que a pesar de no sentir más que desagrado por él, todavía lo sentía como una pertenencia suya a quien nadie podía tocar. Nunca olvidaría la expresión en su rostro cuando descubrió que no llegó casto al matrimonio, pero él simplemente hizo su papel mientras lo veía hervir en enojo.
Quizás estaba tan acostumbrado a ver un rostro serio y casi lleno de odio hacia él, que verlo preocupado no hacía más que molestarle porque lo sentía falso, como esa imagen que daban en los banquetes, en donde a pesar de que todos en la corte sabían que su relación no era buena, todavía tenían que verlos juntos.
Los brazos del guerrero cerrándose a su alrededor parecieron cautelosos, y por un momento quiso luchar contra ellos, pero al mismo tiempo sabía que era lo único que tendría, el único que parecía dispuesto a consolarlo.
—Taemin, sé que hice mal por irme así, pero...
La mano de Taemin volvió a posarse en la boca del guerrero, dándole una dura mirada que podía ser intimidante y a la que Min Ho sentía que no podría acostumbrarse, porque ya no había un brillo coqueto cada vez que estaban cerca, sino una dureza que parecía expresar todo el odio que lo había poco antes escuchado expresar.
—¿Por qué simplemente no puede callarse?
Sus pensamientos y sus acciones nunca parecieron estar de acuerdo, porque cuando en el pasado quiso abofetear a la concubina Shi, sólo fingió no darse cuenta de sus insultos, sonriendo falsamente y pareciendo ser inofensivo; regocijándose en su interior que aquella altanera mujer nunca iba a llegar a tomar su lugar, al menos no hasta que le diera un heredero varón al Emperador y a él lo matara, lo cual, lo primero nunca iba a suceder, ya que su útero estaba dañado gracias a él y a unas cuantas monedas de oro a una de las sirvientas que asistió en el nacimiento de la princesa Soo In, lo cual la convertía en alguien reemplazable fácilmente.
Sin embargo ahora no estaban de acuerdo porque él quería alejar a Min Ho, sin embargo, sus labios una vez más estaban unidos y sus manos buscaban deshacerse de su ropa, incluso cuando vio la duda en el guerrero sobre si podían avanzar o no, él sólo fingió no notarlo, soltando su propio cinturón y permitiendo que sus labios bajaran por cuello hasta encontrarse con la ropa interior.
Si Sang Kyung tuviera sentimientos por él, esa sería una venganza perfecta y, aunque eso era lo que estaba en su mente cuando permitió que el guerrero lo besara y terminara de deshacerse de su ropa, cuando lo sintió entrar en él, fue como un golpe de realidad, el notar aquella mirada cariñosa, sus labios besando su piel de la misma manera que estaba seguro nunca sintió antes, ni siquiera en sus encuentros con el tercer príncipe, porque no era sólo lujuria, sino todo el amor que el guerrero le tenía a su esposo, el cual debería de estar en el palacio, soportando su vida.
Cerró sus ojos, sintiendo como las lágrimas picaban en sus ojos, lágrimas que no podía identificar si eran por enojo o por tristeza, ¿por qué el Taemin de ese mundo sí podía ser amado y él no?, ¿por qué su vida tenía que ser miserable en comparación a esa?, porque sí, por muchas riquezas que tenía, no era feliz, ser un príncipe y luego Rey fue un castigo a un pecado que no sabía cuál fue el que cometió.
Antes de siquiera darse cuenta, estaba sollozando mientras repetía un nombre que provocó que las acciones del guerrero se detuvieran, provocando que su rostro se llenara de enojo y el sentimiento de traición creció rápidamente dentro de él, ¿por qué el nombre de su hermano tenía que salir de los labios de su esposo mientras estaba entre sus brazos?
Min Ho por primera vez en su vida sintió que quería matar a Sang Kyung por traicionarlo.
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El esposo de un guerrero.
FanfictionLa primera vez que entró en el palacio y conoció al hombre que se convertiría en su esposo, quiso salir huyendo y, habían pasado años para que eso sucediera, para que pudiera huir con vida de ese lugar al que odiaba. Sin embargo, era como un pasado...