Desde pequeño Min Ho había admirado a su hermano mayor, porque ante sus ojos siempre fue invencible cuando los niños los molestaban cuando eran pequeños, y lo primero que aprendió de él, fue a defenderse con los puños, convirtiéndose en un dúo demasiado difícil de lastimar.
Sus padres solían mantenerse ocupados con su pequeño puesto de frutas en el mercado del pueblo en el que vivía, y tanto Sang Kyung como él solían aburrirse a su lado, distrayéndose con juegos que inventaban y sus peleas con los otros niños, que muy generalmente los tenía corriendo por diversas calles, creando estrategias para siempre salir ganadores. En ese momento Jung Oh, su tercer hermano, era demasiado joven como para que correr con ellos y a menudo se quedaba con sus padres.
Sin embargo, la paz de los reinos no siempre fue fácil de mantener, y en una guerra con otro reino que quería adueñarse de sus territorios, su pueblo se vio invadido por soldados que no le importó dañar a los civiles, sino que arrasó con todo a su paso, y en un intento de protegerlos sus padres lucharon con soldados, dándole la responsabilidad de protegerlos a Sang Kyung de proteger a sus dos hermanos menores.
Sang Kyung en aquel tiempo solo tenía doce años, y con un pequeño bolso improvisado por su madre, y sosteniendo la mano de Jung Oh mientras sus ojos estaban vigilantes de que Min Ho no se quedara atrás, corrió lejos del pueblo. En realidad, no pudieron llegar muy lejos antes de que tuviera que tomar en brazos a su tercer hermano pero no detuvo su camino, y las veces que tuvieron que hacerlo, se encargó de siempre protegerlos.
Min Ho a diferencia de Jung Oh, medio entendía lo que estaba sucediendo, por lo que siguió diligentemente cada una de las órdenes de su hermano, sabiendo que estaría bien a su lado; de la misma manera que cuando en el pueblo lo defendía de otros niños y le enseñó a pelear contra ellos. Min Ho confiaba con su vida en su hermano mayor, por lo que siempre consideró que era la única persona que podría cuidar de su esposo, sin embargo, ahora sentía que lo había traicionado.
Cuando se detuvo y quiso apartarse, Taemin no pareció notarlo de inmediato, porque ojos estaban cerrados con fuerza y sus manos se aferraban a sus hombros con algo de fuerza, manteniendo el cuerpo de Min Ho sobre el suyo, pero seguía perdido en sus propios pensamientos, y el guerrero fue capaz de notarlo, teniendo que contener cada una de sus emociones si no quería explotar en ese momento y luego arrepentirse.
Colocó una mano en la mejilla de su esposo, viendo como sus ojos llenos de lágrimas se abrían; una imagen tan difícil de ver y más si podía contar con sus dedos de la mano las veces que vio llorar a Taemin, porque siempre fue fuerte, por lo que toda aquella situación era tan desconcertante para él, y sus palabras se deslizaron por sus labios mucho antes de poder evitarlo.
—¿Qué hiciste, Taemin?
El ex Rey colocó su mano izquierda en el pecho de Min Ho, apartándolo mientras ladeó su cabeza para evitar su mirada. Se había sentido tan expuesto con sólo esa pregunta, como si el guerrero pudiera ver a través de él. Taemin ni siquiera era consciente de cuál nombre había estado diciendo repetidas veces momentos atrás, sino que en todo lo que pensaba era que el hombre que estaba arrodillado entre sus piernas, podía darse cuenta que no era su verdadero esposo.
Desde que llegó a ese mundo, Min Ho nunca le había importado y lo que más quería era huir lejos de él, pero en ese que parecía ser el momento perfecto para hacerlo, simplemente se sintió tan vulnerable y las palabras se quedaron atascadas en su garganta.
—Nada —respondió apenas audible.
Taemin no comprendía la pregunta de Min Ho, ni la razón de intentar justificarse a sí mismo, a sus acciones, o el sentirse tan pequeño cuando la mirada del guerrero parecía tan dolida, ni siquiera lo miraba con desprecio como el Emperador lo hacía, tan agraviado en ese momento.
—¿Qué pasó entre tú y Sang Kyung?
Min Ho en el fondo de su corazón sentía que ese nada no era real, pero todavía no quería creer, no deseaba dejar crecer ese deseo de matar a su hermano por haber tocado a su esposo, sin embargo, todo en su mente estaba volviéndose un caos, la manera en como Taemin evitaba su mirada y se sentó en la cama retrocediéndose como si tuviera que mantenerse alejado de él por su propia seguridad, o el verlo cubrir su cuerpo con una manta como si repentinamente hubiera sentido vergüenza de estar desnudo frente a él.
—Tú no estabas y yo... uhm, te necesitaba, Sang Kyung estaba ahí... y yo...
No pudo terminar de decir aquel, yo me entregué a Sang Kyung que había tenido en su mente, que por un par de segundos estuvo aturdida y lo hizo sentir culpable, pero casi fue inmediato el pensar que tal vez de esa manera podría deshacerse de Min Ho, que si sabía que fue tocado por otro hombre, quizás lo que menos querría sería tenerlo cerca.
Había encontrado una manera de alejarse del guerrero como deseó desde que llegó a ese mundo.
Las acciones del guerrero fueron rápidas que apenas fue consciente de que este se había colocado su ropa y salió de la tienda luciendo furioso, y Taemin sentía que quedarse a esperar a que regrese no era la mejor decisión que podía tomar, no cuando en su pasado si el Emperador hubiera descubierto su infidelidad le hubiera cortado la cabeza, y suponía que el guerrero haría lo mismo.
Se levantó y se vistió rápido, huyendo lo más lejos que pudo, no sólo de la tienda, sino de aquel pueblo del que desde que llegó nunca había salido.
Al principio sus pasos fueron firmes mientras corría, pero conforme más se alejaba, su cuerpo se sentía débil como no había sido desde su llegada. En lugar de un cansancio por el esfuerzo físico, la sensación fue muy parecido a los días que estaba enfermo en el palacio, volviendo sus pasos cada vez más lentos, su respiración inestable y su alrededor borroso. Antes de que pudiera reaccionar perdió el conocimiento.
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El esposo de un guerrero.
FanficLa primera vez que entró en el palacio y conoció al hombre que se convertiría en su esposo, quiso salir huyendo y, habían pasado años para que eso sucediera, para que pudiera huir con vida de ese lugar al que odiaba. Sin embargo, era como un pasado...