Capítulo 4.

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Su mirada estaba en el techo de la tienda mientras sentía un par de labios deslizarse por su cuello. Su cinturón fue soltado minutos antes, permitiendo que su ropa se abriera fácilmente, y aunque su primera intención fue resistirse, al sentir el grande cuerpo del soldado cubrir el suyo, había abandonado cualquier pensamiento de huir, se suponía que ese era su esposo, no podía negarse a su deseo.

El ex rey sentía que conocía tan bien ese techo, porque las noches parecían interminables cuando tenía al guerrero a su lado, abrazando su cuerpo de una manera que apenas y le permitía respirar, haciéndole difícil salir de la cama porque cuando se movía los brazos parecían sujetarlo con más fuerza, teniendo que mirar el techo hasta que el amanecer llegara y al fin era soltado.

Unos dedos un poco ásperos entraron por debajo de su túnica, acariciando una de sus piernas, pero él no respondió ante la caricia, sino esperando que el guerrero terminara todo pronto y al fin lo soltara, sin embargo, cuando éste no obtuvo la reacción esperada, levantó la cabeza del cuello del que se suponía era su esposo, encontrándose con esa mirada perdida en el techo y pareciendo tan ajeno a la situación.

Esa no era la primera vez que la veía, había sentido su rechazo varias veces desde que regresó, y no sabía qué estaba pasando, si se trataba de que todavía estaba enojado por abandonarlo cuando prometió llevarlo junto con él, o si en su ausencia sucedió algo de lo que su esposo no le había dicho nada.

—¿Qué pasa?

Su voz fue suave, sin embargo, no obtuvo una respuesta inmediata, sino que su esposo seguía con su mirada perdida en el techo hasta que Min Ho posó una de sus manos en su mejilla, provocando que pestañeara y lo mirara.

—Taemin, ¿qué está pasando?

—Yo... necesito aire.

Su mano apenas tocó el hombro de Min Ho para apartarlo, pero éste ya se había movido de su cuerpo, permitiéndole levantarse fácilmente y así mismo salir de la tienda mientras intentaba acomodar su ropa en su lugar. A esa hora la mayoría de las personas ya estaban durmiendo, y no se encontró con ninguna mirada extraña por su condición, aunque tampoco creía que lo verían extraño si ahí no era el palacio, ni en el que creció, ni en el que vivió los últimos años, había notado que sus exigencias eran menores a ese lugar.

Sus pasos lo llevaron hacia el lago, en donde se agachó y tomó un poco de agua en sus manos, comenzando a lavar los lugares en donde Min Ho había acariciado y besado, pero todavía podía sentir como su tacto quemaba en su piel, era como una huella que no podía borrar, volviéndose tan molesta y provocando que sintiera una creciente incomodidad en su estómago.

¿Por qué tenía que ser castigado de esa manera?, sí, sabía que en su mundo original no había sido una buena persona todo el tiempo, y estaba haciendo todo lo posible para liberarse de ese hombre que le causaba repulsión, pero, ¿el mundo lo odiaba para hacerlo vivir el mismo infierno del que había huido?

No lo pensó demasiado antes de soltar otra vez su cinturón para desvestirse y meterse al agua, quería borrar por completo el rastro de Min Ho en su piel, frotándola hasta que estuvo roja, pero no fue algo que le importara, no cuando en lo único que podía pensar era que necesitaba dejar de sentir el tacto del guerrero sobre su piel.

El ex rey no sabía exactamente cuanto tiempo había pasado desde que entró en el agua, pero se dio cuenta que no estaba solo en el momento que escuchó una voz grave hablar, una voz que la tenía guardada profundamente con amor en su memoria y corazón.

Se giró en el lago buscando de dónde provenía y lo vio parado en la orilla del lago, con su espalda recta, luciendo imponente y sus manos estaban escondidas detrás de su espalda, como si antes de llegar ahí, hubiera estado dando un paseo, dejándole claro a Taemin que debió de haber estado vigilando los alrededores, todos los hombres de la aldea debían de hacerlo cada ciertos días, y más con aquel ataque repentino que tuvieron días atrás.

El hombre no lo miraba directamente, sino que su cuerpo estaba girado lo suficiente para que él no quedara en su línea de visión, pero tampoco parecía tener intenciones de irse.

—Taemin, ¿qué haces aquí tan tarde? —repitió su pregunta.

—Yo...

—¿Estás con Min Ho?

La mirada del hombre se movió por el lago intentando encontrar a Min Ho, pero no pudo hacerlo, sino que vio el rostro serio de Taemin, incluso parecía un poco molesto.

—¿Por qué tendría que estar él aquí conmigo?

Las cejas del hombre fuera del agua se alzaron ligeramente, porque esa no era la respuesta que había esperado. De hecho, no le sorprendería nada que Taemin y Min Ho estuvieran en el lago tan tarde, pero sí lo hacía el no ver a su hermano alrededor, no cuando todavía se mantenían alerta con el temor de volver a ser emboscados.

—Si no estás con Min Ho, es mejor que regreses a tu tienda.

Lo vio con claras intenciones de irse, y no pudo detener a su cuerpo de apresurarse hacia la orilla, importándole poco su desnudez.

—¡Sang Kyung!

No pudo evitar llamarlo con desesperación, sintiendo en su corazón el temor de que desapareciera después de que se fuera, a pesar de que sabía que no lo haría, no sucedió en el primer día, ese no era otro de sus sueños en donde Sang Kyung seguía con vida, sino que era real.

—¿Qué sucede?

Sang Kyung se había girado hacia el lago, sin embargo, su mirada se apartó cuando vio al esposo de su hermano salir del agua, no fue algo que había esperado en absoluto, ni que pocos segundos después éste estuviera a su lado acariciando su mejilla en lugar de haberse vestido inmediatamente. A pesar de saber que no era el mismo hombre que él conoció en el pasado, su mente y corazón eran fáciles de engañar, porque no podía dejar de pensar que sí lo era,

Su mano no fue apartada con brusquedad, pero la mirada de Sang Kyung se había vuelto un poco más fría y su cuerpo tenso, como si estuviera dándole una advertencia a sus acciones.

—Deberías vestirte y regresar a tu tienda... —su mandíbula estaba tensa mientras hablaba —con Min Ho.

Las últimas palabras fueron remarcadas, como si le estuviera recordando que Min Ho era su esposo, y si bien, muchas de las normas del palacio o su mundo en sí, no eran necesarias seguir ahí, no era correcto que un hombre casado estuviera desnudo frente a quien no era su pareja.

Taemin sintió el calor aumentar en sus mejillas, en una clara señal de que se había sonrojado, pero sólo pudo hacer lo que Sang Kyung le dijo, comenzándose a vestir y viendo como el otro hombre una vez más había apartado su mirada de él, recordándole al pasado, cuando su guardia también lo había rechazado porque no era correcto que siquiera posara sus ojos en el príncipe bajo su cuidado.

A pesar de que la intención de Sang Kyung no era causar el interés en Taemin, no pudo evitar que algo cálido se instalara en el corazón del ex rey, porque una parte de él empezaba a creer que tal vez sí, había sido enviado a un nuevo infierno diferente del palacio, pero como una luz al final del camino estaba Sang Kyung, quizás era una oportunidad para su amor no posible en su mundo.

Ninguno de los dos fue capaz de notar que a cierta distancia Min Ho estaba parado, su rostro serio y sus labios tensos intentando no tener malos pensamientos ante la situación, pero ver a su esposo desnudo frente a su hermano tan sólo poco después de que lo hubiera rechazado, hacía que su mente fuera un caos, ¿qué había sucedido exactamente en los meses de su ausencia?

El esposo de un guerrero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora