Demasiadas Emociones

47 5 4
                                    


Estaban llegando al Puerto, la pequeña Haggar había escuchado rumores sobre que había llegado un barco pirata así que no tardo en decidir ir a la costa, pero no fue sola, estaba acompañada de Cali se habían vuelto más unidas en las últimas semanas, a veces ella decidía ir a visitarla a casa cuando su padre no estaba así que platicaban y tomaban el té por las tardes. Caminaba rápido mientras la guardia trataba de seguirle el paso estaba tan ansiosa, no tardo mucho y se detuvo en seco casi atónita cuando miro el barco. Tras ella se detuvieron los pasos.

-No deberíamos andar por aquí, te digo es algo peligroso Joyce -Su voz sonada bastante preocupada-

-Que no pasara nada -se giró sonriendo- ¿Estas para cuidarme cierto?

-Sí, te aprovechas de mi -Sonrío y asintió derrotada- Está bien, pero no podemos estar tanto recuerda tengo cosas que hacer luego.

-Lo sé...Lo sé -dijo y camino entre la gente para estar más cerca, miro a varios tripulantes en babor, sus ojos se desviaron unos segundos parecía una mujer, pero en segundos desapareció- bueno... ¿Me dirás que no es algo asombroso?

-Sí, lo es, pero es un Galeón, de otro continente, ¿Entiendes que los piratas roban verdad?... Sé que es algo increíble.

-Sí, pero ¿No crees eso lleva un gran mérito? -Se giro dándole la espalda al barco- Porque hacen lo que quieren y si... entiendo.

-Si el rey quisiera podría decretar que los arrestemos y demás pero el evita problema; pero no se es algo complicado me rijo por la ley Joyce y la justicia, para mí un pirata va contra todo lo que yo soy no podría ser amiga de alguna, por mi les encerraría.

-Te lo tomas muy enserio -Dijo acercándose levemente a la morena- Relájate -Tomo su mano- ¿Te parece si vamos a comer algo y luego vuelvo a casa?

-Está bien -Desvió la mirada a su mano, no pudo decir más-

Joyce llevaba de la mano a Cali, no hablaban solo disfrutaban de la compañía además aun pensaba en donde podrían ir a comer juntas. Miraba a la gente caminar por las calles, el clima estaba algo caluroso a pesar de andar con un vestido bastante ligero, sintió un jalón leve haciendo que se detuviera y miro a la morena sonriéndole, la atrajo a ella sin comentar nada sintió sus manos pasar por su nuca tomando su cabello con delicadeza aquel toque le hizo sentir escalofrió y no pudo evitar ruborizarse. En unos segundos después tenía atado su cabello, ahora la morena que andaba con el cabello suelto había atado el de ella.

-Así estarás mejor -Sonrió y su mano coloco un mechón de cabello de la rubia tras la oreja- te ves muy linda también con el cabello agarrado.

-Gracias -Titubeo poco para responder, se sentía apenada por alguna razón y su corazón estaba acelerado- podemos seguir, estamos cerca del restaurante.

Ambas continuaron caminando hasta un edificio que solo Joyce sabia, era bastante grande y un mozo les recibió pidieron una mesa para dos en la terraza. Subieron, tenían una hermosa vista de la ciudad y a lo lejos se veía el puerto. El menú no tardó en llegar a las manos de ambas.

-Pediré lo mismo que tú, no se mucho sobre comida refinada -Dijo sin más-

-Está bien, dos filetes mignon por favor y dos copas de vino tinto -El mesero se fue mientras ellas se quedaron viendo unos segundos-

-Quería preguntarte, ¿Por qué sigues comprometida si sabes que Marcus tiene gustos por los hombres? Aun no entiendo -Apoyo su codo en la mesa para terminar apoyando su rostro contra su mano-

-Porque sabiendo su secreto, puedo tener el control de la relación, poder hacer lo que quiera, aunque este con un hombre y creo debe ser difícil para ti entender eso, no tienes nadie que te diga que hacer. Pero en mi caso no puedo negarme a los deseos de mi padre -Las copas fueron puestas en la mesa y el vino fue servido el joven volvió a irse, ambas degustaron el vino en el primer sorbo- Así que es mi mejor opción Cali.

A la DerivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora