Malas Noticias

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Llevaba más de dos semanas sin poder ver a Joyce, estaba demasiado ocupada con papeleo, pues tenía que sellar permisos, compras del Rey, tratos del Rey... Etc.; Era demasiado, pero ella era una de las personas a quien el Rey permitía usar su sello real para ayudarle, además Cali había sido casi su mejor amiga toda la infancia y adolescencia de él. Ya siendo adultos es que su relación fue algo distante y ella prefirió mantenerse alejada luego de la muerte de su padre, estaba en su escritorio casi de manera mecánica sellaba sin detenerse a leer todo eran papeles que sí o sí debían ser aceptados por el Rey así que no había necesidad de leerlos ese día pasó así de lento y cuando menos se lo espero había anochecido así que decidió dejar todo arreglado antes de salir de su oficina.

Su espalda dolía levemente mientras caminaba por la oscura calle, por suerte el clima era fresco y la brisa leve era refrescante mientras suspiraba extrañando a la rubia de ojos miel.

-Espero por verte pronto... -Sonrió para sí misma-

Estaba por detenerse en el bar de siempre, cuando noto que estaba cerrado y había demasiadas cajas fuera, lo estaban remodelando eso le tomó por sorpresa pues pocas veces eso ocurría y se sintió algo decepcionada, tenía ganas de unos tragos en la barra para despejar su mente. Metió sus manos en los bolsillos caminando en dirección a su casa era lo único que realmente quedaba por hacer. El camino era silencioso a esa hora, pero llego y procedió a abrir el pequeño portón y caminó los pocos metros que faltaban a la puerta. Miro tras de sí y todo era muy normal , era feo volver a una casa vacía, abrió la puerta y miró detenidamente la sala mientras la puerta se cerraba a su espalda y no tardó mucho en quitar sus botas para que sus pies tocaran el suelo frio, poco a poco mientras caminaba a la cocina desabotonaba su uniforme para quedar con una camisa sin mangas de tela blanca, tomó el primer vaso de cristal y luego la botella de ron y se sirvió la mitad del vaso mientras se dirigió a su habitación, las escaleras de madera rechinaban un poco con cada paso en los escalones mientras tomaba unos sorbos del vaso con su mirada fría fija en una sola dirección.

Miro una pequeña mesa en una esquina, había un pequeño retrato de sus padres y los miro un momento mientras se sentía bastante sola ... quería tener a alguien a su lado. Llegó a la habitación y terminó sentada a la orilla de la cama, miró el vaso y se terminó todo el trago de una vez y se recostó así sin más mientras miraba el techo, cerro los ojos levemente recordaba a Joyce , su sonrisa y cercanía; quería poder estar con ella pero no estaba segura de que sí podría llegar a sentir lo mismo que ella sentía ahora. Otro suspiro se escuchó y sin darse cuenta termino dormida con la idea de poder estar más tiempo con la pequeña Joyce.

Paso otra semana más y estaba por irse temprano a casa para poder luego ir a visitar a Joyce, estaba demasiado feliz, pero algo paso.

-Chadburn...toma -su superior le dio un papel, ella comenzó a leer entre líneas- -Mañana estaremos alistando todo con los demás pelotones.

Era un resumen de que había una disputa fuera, cerca de la frontera por unas tierras con un reino vecino, todos los soldados a disposición del Rey estaban obligados a enlistarse. Arrugo el papel en sus manos pues tenía que partir en dos días y algo en su pecho se rompió por sentir miedo e impotencia. Había jurado lealtad al Rey no podía negarse a una orden de su mejor amigo.

- Vendré temprano -No dijo más y salió casi de perdida por la calle, sus pensamientos no estaban nada claros. Siguió caminando mientras chocaba levemente con la gente y termino frente al bar que hoy si estaba abierto. Entró y las puertas se cerraron rápidamente, el sonido del piano era bastante vivido y sus ojos se sorprendieron un poco pues el lugar había sido remodelado, no parecía un bar de mala muerte como antes...Miro la barra y había candelabros con muchas velas lo cual era casi hipnotizante, tomo asiento en la barra de madera la cual era negra con demasiado los banquillos los cual tenía cerca botellas y habían más velas y era una vista bastante bonita ver el licor a través de los cristales, estaba ida hasta que la voz de una chica le hizo volver en sí.

A la DerivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora