- Despierta dormilón Ji Ji Ji Ji Ji- Decía al mismo tiempo que golpeaba su rostro suavemente.- Tienes que ayudarme ¿Lo recuerdas?- Preguntó ahora enojada.
Bruce Wayne abría los ojos lentamente. Sabía que Harley no era amenaza para él, y por ello optó por guardar las apariencias, sin embargo se mostraba algo preocupado por la otra muchacha. Donna Nance, quien seguramente no se llamaba así. Sea quien sea, no podía divisarla y menos aun escucharla después de tal explosión a pocos metros suyos.
-Seeñoooor Waaayynnne- Canturreó Harley chasqueando sus dedos frente a sus ojos.- Vamos no sea egoísta. ¿No dice usted que el dinero de esta fiesta es para quienes más lo necesitan? Bueno- Se explicó, arrojándose al piso, sentándose en su falda - Yo lo necesito- Le susurró en el oído.
- Estoy seguro de lo que necesitas... pero no es dinero.- Respondió el Señor Wayne.
-Si, si lo es- Le contestó sacándole la lengua y parándose bruscamente.- Bueno, en realidad...- Empezó dulcemente y con mirada perdida- Es para mi pudincito, para que pueda salir y tengamos la vida que siempre quisimos. Una vida tranquila, en una casa a orillas de un lago y un cachorrito llamado Bernie.- Su sonrisa se hacía más y más amplia.- Solo eso y claro, una que otra vez una pequeña riña con vagos, un simple asalto a la licorería, un vulgar incendio con unos pocos heridos.... nada fuera de lo común ¿No crees?- Harley se volteó.- ¿ No creé...¿Dónde estás?
- Aquí- Dijo Bruce Wayne al mismo tiempo que tomaba sus brazos para ponerlos detrás de su espalda e impedir que se mueva.
-Nooooooo - Soltó Harley como si fuese una niña pequeña- Solo quería jugar un rato.- Decía al voltear la cabeza hacia él, frunciendo los labios y el ceño como un infante al que le negaron un dulce.-¿Por favor?- Preguntó con voz tímida.
Bruce aflojó su amarre, pero no porque Harley se lo haya pedido, alguien más estaba ahí.
-Gracias- Dijo Harley riendo y haciendo una pirueta al soltarse por completo.
Sara había saltado sobre Bruce y lo sujetaba fuertemente por el cuello, colgando de su espalda. Con su mano libre hizo el intento de clavar aquella envenenada aguja en su cuello, pero Bruce fue más rápido y tomó su mano que oprimía aquel bolígrafo. Flexionó su espalda llevando la cabeza hacia abajo, e hizo que Sara lo soltara, cayendo de espaldas entre un par de escombros.
Un fuerte grito salió de la boca de Sara, e intentaba soltarse de Bruce quien todavía sujetaba su mano en una posición tan incómoda que se tornaba dolorosa. Sara instintivamente se levantó, asestando un cabezazo a Bruce Wayne, quien se apartó, pero no sin antes haberle quitado el mortal bolígrafo.
Sara se incorporó fuera del alcance de Bruce y ahora no podía pensar en nada más que en su familia.-¿Si yo moría.... mi familia, ellos también morirían? Pero no puedo permitir eso. No puedo.- Y Sara se convenció de que lucharía hasta su muerte.
Ninguno de los dos se movía, siquiera se escuchaba el leve respiro que cada uno de ellos soltaba. Pero un sonido extraño los hizo apartar la mirada el uno del otro. Una motocicleta roja se abría paso entre ellos estrellándose contra la pared más cercana. Ni rastros del conductor.
En ese momento en el que Sara y Bruce volvieron la vista hacia ellos siguiendo al tanto de cualquier movimiento, en un etéreo y habilidoso salto, un hombre de buena estatura y contextura física se posaba delante de ellos. Una máscara roja cubría su rostro, aun así Sara sabía que estaba sonriendo. Desenfundó un arma y apuntó al Señor Wayne.
- Ríndase Wayne - La voz de Jason sonaba diferente, como distorsionada.- Si sabe lo que le conviene ríndase.- Y Jason, al notar que Bruce Wayne lo miraba desafiante y sin decir una palabra, recordó que era lo que él hacia, lo que mejor hacía. Casi le daba lastima que esto terminara así. - Suelte el bolígrafo ahora.-Y al ver que éste no hacia caso, terminó- Como quieras Bruce, de una forma u otra esto terminaría igual.- Y jaló del gatillo.
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The Canary
FanfictionMi nombre es Sara Lance. Hace seis años, cuando Oliver Queen me invitó a pasar un noche romántica en su yate, desde ese momento en el que decidí lastimar a mi hermana Laurel, en ese instante en el que me alejé de casa, supe que mi vida iba a cambiar...