Capítulo 22.

978 61 8
                                    

Dos días después.

Dos días. Habían pasado dos días desde lo sucedido. Y la mayor parte del tiempo me lo había pasado llorando, mi aspecto era lamentable evidentemente. El telefono me había sonado alrededor de veinte veces por día. Gemma era la unica que había dado señales, pero yo me ceñía a lo que Harry me había obligado a hacer después de que me echase. No culpaba su decepción, pero no le perdonaba el echo de no haberme dejado hablar. No después de todo lo que habíamos pasado juntos.
El taxista me había llevado lo más lejos que pudo. Estaba metida en un motel de mala muerte donde apenas iba bien la electricidad, pero pasar desapercibida era mi unica prioridad y allí no se preocupaban por tus datos personales. Tras hablar con Maggie largo y tendido, me liberé. Lo necesitaba, necesitaba poder expresarme. Pero ahora algo corría más prisa. Tras hablar con Maggie y llorar alrededor de hora y media, llamé a Jimmy. Él había sido quién me había proporcionado los carnets, y ahora June no podía continuar. Ben jugaba con varias cartas y moverme con ese nombre solo le serviría para encontrarme, y ya debía de andar lo suficientemente cerca. Solo tendría que pasar un día más en aquel motel para que todos los papeles me llegasen y poder irme.
Esperé a que cayese la noche y decidí bajar a una de las tiendas más cutres que había encontrado. Entré mirando como una paranoia en todas las direcciones posibles. Una mujer que allí estaba comprando con su hija pequeña, me miró con una expresión de espanto. No supe a que se debía hasta que me miré en un espejo que allí tenían. La falta de sueño y el exceso de lagrimas me habían proporcionado un aspecto de lo más lamentable. Tenía unas marcadas ojeras, los labios resecos y la piel muy palida. Lo peor es que alrededor de los ojos, una franca rojiza los cubría de malas maneras.


Me paré delante de un estante y me descubrí a mi misma teniendo que recurrir a lo mismo que había tenido que hacer el primer día. Tenía que cambiar. Miré un largo estante de tintes para el cabello de distintos colores. Deslicé el dedo indice por varios botes y finalmente me paré delante de uno color rojizo, ya que a Jimmy le había dicho que ese sería el color. Agarré un pequeño mechón de mi pelo y decidí pillarlo rojizo intenso. Caminé por la tienda sin dejar de mirar a los lados, agarré una cesta y decidí comprar varias cosas. Compré dos sudaderas grises un par de tallas más grandes y con capucha. Unas gafas de vista con poca graduación. Si quería cambiar iba a ser a lo grande. Tenía una montura negra y fina. Sandalias y alguna que otra cosa para comer. Tras salir de la tienda y llegar al motel me encerré a cal y canto en la habitación.
Tiré las cosas encima de la cama. Me desnudé y me puse delante de un espejo. Tenía varias marcas rojas sobre ambos brazos. Al principio no asociaba a que podía deberse, pero entonces mi mente recordó la forma en la que Harry me había agarrado aquel último día y comprendí que aquello era producto suyo. Mis piernas temblaron y caí al suelo de rodillas. Nuevamente me puse a llorar. No podía dejar de pensar él. Por eso no quería encariñarme con ninguno de ellos, por que sabía que cuando me fuese no podría soportarlo. Les echaba tan en falta que dolía. Incluso a él, por muy dolida que estuviese. Le quería, y me había dado cuenta de ello en el peor de los momentos. Cabreada y con una gran frustración, me miré en el espejo y me sequé las lagrimas con violencia.
-Cabeza alta Anna.-Me dije a mi misma. Tras serenarme, me prometí a mi misma que lloraría lo minimo, ahora mi unico objetivo era irme lejos, muy lejos. Agarré el tinte y me puse delante del espejo. Tras mezclar aquello me lo puse por toda la cabeza, cejas incluidas. No me importaba el resultado, solo quería volverme invisible. Y a esas alturas Ben debía saber hasta que tenía mechas rosas. Mechas rosas. Aquello me hizo pensar de nuevo Gemma. La piel se me erizó de forma violenta. Sacudí la cabeza y tras pasar el tiempo preciso, me lavé el cabello en el baño. Aquello había quedado rojizo, pero un rojizo algo oscuro, lo cual no era necesariamente malo, parecía pelirroja natural. Hasta mis cejas habían quedado bien. Me puse las gafas y el cambio era hasta macabro. No me reconocía ni a mi misma. Mientras me observaba detenidamente, decidí que comprarme unas extensiones de aquel color sería lo mejor para hacer el cambio aún más real.

Be as a famous I || Haylor fanfic (harry styles and taylor swift) (1 parte Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora