H.
No supe exactamente en el momento en el que se quedó dormida alrededor de mis brazos, pero cuando fui consciente, busqué la postura más comoda para que no le doliese el cuerpo al despertar. La tumbé con sumo cuidado al otro lado de la cama y ésta se giró, colocandose en posición fetal. Al hacerlo su ceño se frunció y sus labios se quedaron ligeramente abiertos. Tembló ligeramente y su mano izquierda quedó extendida hacia arriba muy cerca de su cara. Al hacer aquel gesto sonreí, pero entonces fue cuando lo vi. Vislumbré un surco blanquecino justo a la altura de su muñeca. Me acerqué a ella despacio para no desperta y mis más crecientes temores se confirmaron al ver que se trataba de una cicatriz. Mis ojos se abrieron de forma muy brusca. La observé durante un buen rato a los pies de la cama y contra más lo hacía menos entendía las razones que le habían llevado a hacerse eso. Nuevamente me acerqué a ella y esta vez se colocó boca abajo, mi camiseta que le quedaba grande se le vino hacia abajo y su omaplato derecho quedó al descubierto. Su tersa piel revelaba pequeñas manchas blacas. Las toqué con cuidado, el relieve que éstas tenían, me hizo tragar saliva.
-¿Pero que demonios te a pasado?.-Apreté los dientes con fuerza tras susurrar aquello. Varias emociones me arrasaron de tal forma, que necesitaba salir a tomar aire. Dejé la luz encendida, agarré las llaves de la puerta y salí al pasillo. Cerré la puerta y me quedé pegado a ella a unos instantes. Finalmente salí escopetado a una pequeña terraza que todos los del grupo compartiamos. Al salir Lou estaba allí, fumando. Tipico en él.
-¿Que pasa Styles? ¿No puedes dormir?.-Dijo ofreciendome un cigarrilo. Estiré la mano y lo agarré.
-Demasiado café.
-Demasiado vicio a la rubia.-Sonreí, no se le escapaba nada. Con él era el unico que hablaba o a veces ni eso necesitaba.
-¿Tanto se nota?.-Encendí el cigarrillo y le di una larga calada. No me gustaba fumar, pero a veces lo necesitaba.
-Rachel hace que se distorsione la cosa.-Puse los ojos en blanco.-Deberías decirle de una vez por todas que esto ya a terminado, al menos si tienes alguna intención con June.
-Me gusta de verdad. Creo que es la primera vez que me siento así en tan poco tiempo, me crispa hasta lo indecible, pero me encanta. Toda ella.-Sentencié.
-Pues a por ella tio. Pero debes de saber que tienes un competidor nato.-Nos miramos.
-Liam.-Dijimos al unisono.
-Joder.-Carraspeé mientras me apoyaba en la barandilla donde estaba apoyado él.
-Está buena Harry, no puedes controlar las emociones ajenas.
-Muy agudo Lou.-Me puso una mano en la espalda y enarqué una ceja.-¿Quieres hacer correr el rumor de que nos lo montamos en la terraza? por que esa terraza de en frente está llena de fotografos.-Empezó a reirse y retiró la mano para colocarse la camiseta que llevaba.
-Larry Stylinson.-Murmuró lentamente.-No me jodas, si es que hasta el nombre tiene gancho.-Empecé a reirme y cuando quise darme cuenta había conseguido que se me olvidase un poco lo de June. Me terminé el cigarrillo y entonces le sonó el telefono.
-Responde a tu amada, no vaya a ser que se piense que te he raptado amor mío.-Intentó darme mientras se reía pero salí por patas. Encaminé mi marcha por el pasillo hasta llegar al dormitorio, abrí la puerta con cuidado, entré y al mirar a la cama June no estaba allí. Me puse nervioso.-¿June?.-Murmuré mientras me movía por el dormitorio.
-¿Harry? estoy aquí, he ido al baño.-Fue escucharla y entonces sin pensarmelo dos veces salí corriendo hasta ella, no me importaba como estuviese, no iba a espantarme a estas alturas, ella quizás, pero no me importaba.J.
Eran las cuatro menos cuarto de la mañana. Me había despertado sola en la cama, la luz estaba encendida pero allí no había rastro alguno de Harry, se había llevado las llaves y aunque podía salir para ir a ver donde estaba, decidí que eso sería lo más estupido que podría hacer. Me quedé quieta en la cama pero entonces un golpe de calor me invadió de pies a cabeza. El aire volvía a ser seco y pegajoso. Me levanté frustrada de la cama y dando grandes zancadas me dirigí al baño. Al entrar, una parte de mi se esperó ver un caos. Pero si ya el dormitorio era el orden extremo, el cuarto de baño era la leche. Tenía todo colocado como un maniatico del orden. Y encima el baño era individual. No había más puertas, ni nada. Caminé descalza hasta el lavabo y la frialdad del suelo provocaba que me estremeciese de alivio. Abrí el grifo mientras me miraba en el espejo, extendí las manos bajo el agua y sin dejar de mirarme me empapé ligeramente el pelo echandomelo hacia atrás. Me empapé la frente y me quité la camiseta de Harry quedandome en la mía de tirantes y los pantalones cortos. Me importaba una mierda ir sin sujetador, aunque bueno, quizás no tanto, pero sabía que si seguía llevando otra capa más moriría asada. Cerré el grifo y dejé que el agua me cayese por la frente lentamente, entonces escuché un ruido pero no me moví.
-¿June?.-¿Era Harry?. Sus pisadas me revelaron que sí y sonreí.
-¿Harry?.-Pregunté por cerciorarme.-....estoy aquí, he ido al baño. -Grité para que me escuchase, apoyé mis manos en el marmol de aquel tocador y suspiré. De buenas a primeras sin esperarlo la puerta se abrió, y ahí estaba. Me giré alarmada.-¿Ocurre algo?.-Sus ojos se clavaron en mi de forma tranquilizadora pero sus labios estaban resecos. Al verme se los humedeció y tragó saliva. Sí que ocurría algo, sí. Me tenía las mismas ganas que le tenía yo a él. Quiso acercarse a mi pero algo cruzó su mente y le dejó clavado en el sitio. Le miré y mi cuerpo empezó a quemar más de lo que ya lo hacía. Anna, no puedes vivir siempre con miedo. Me repetí mentalmente aquello dos o tres veces mientras nos mirabamos y el baño iba cargandose de electricidad.-¡A la mierda!.-Dije finalmente, caminé hacia él con paso decidido, apoyé mis manos en sus hombros y de un salto me subí encima de él colocando mis piernas alrededor de su cintura. Le besé y gimió ante la sorpresa. Enterré mis manos en su pelo. Me encantaba su pelo. Tiré de él y noté como se tensaba mientras nos besabamos.
-June... no hace falta que...-Le besé para que no siguiera y empecé a tirar de su camiseta hacia arriba mientras él se pegaba a la pared conmigo encima.
-Calla...-Murmuré contra sus labios mientras tiraba de la tela hacia arriba.-...no digas nada.-Me separé y se la quité del todo. Giramos por el cuarto y Harry cayó de espaldas en la cama conmigo a horcajadas. Se desplazó conmigo encima por la cama para apoyar su cabeza en la almohada. Puse ambas manos a los lados y le miré detenidamente.
-Me gustan tus pecas.-Arrugué la nariz y me besó. Me separé y elevé mi cuerpo hasta quedarme con la espalda recta y él tumbado. Miré su cuerpo. Si Willy Wonka le hubiese visto, habría echo figuritas de chocolate con un molde de su cuerpo. Apoyó sus manos en mis caderas y empecé a notar como la tensión crecía por momentos.
-Yo no tengo pecas.-Sonreí. Y así sin más, en un acto demasiado valiente incluso para mi misma, me quité la camiseta dejando mi pecho al aire. Siempre había tenido complejo por el tamaño, y las marcas que me hicieron después empeoró la cosa. Temía que mirase con reparo, pero me miraba como si fuese lo más especial del mundo. Cerré los ojos por un momento y cuando iba a abrirlos, sentí como rozaba con las yemas aquellas marcas. Aquellas horribles marcas. Abrí los ojos por completo y ejerciendo más presión en mi cintura, de un giro me dio la vuelta poniendose él encima. Grité ante la sorpresa, pero cuando caí en el colchón empecé a reirme.
-Oh sí, claro que sí. Podría contarlas todas.-Me besó una y otra vez mientras nos reíamos. Sus manos alcanzaron mis pechos y gemí contra su boca.
-June no tienes por que demostrarme nada.-Ronroneó contra mi boca.
-No intento hacerlo, quiero que pase, quiero que...-Puse mi dedo indice sobre sus labios, acariciandolos.-Harry, solo besame.-Y eso hizo. Empezó a besarme despacio, con cierta delicadeza pero mis manos insistentes se colcaban por su pelo, tirando de el, descendieron por su espalda una y otra vez clavando las uñas en la fineza de su piel. Cuando atrapó uno de mis pechos con su boca un gemido se escapó de mi boca. Se hizo paso entre mis piernas y yo me abrí con cuidado para que se acomodase entre ellas.
Su erección era notable. Mis piernas temblaban alrededor de su cintura, apretandolo. Poco a poco deslizó una de sus manos, la izquierda, desde mi mandibula hasta la cinturilla de mis bragas. Justo ahí se detuvo. Supe por como cambió la intensidad del beso que se lo estaba pensando, pero ni corta, ni perezosa, mientras seguiamos besandonos, posicioné mi mano encima de la suya apremiandolo a hundirse en el interior de la tela. Cuando la intensidad del beso subió mi mano viajó hasta su costado, clavé las uñas y entonces su mano se hundió dentro.
Su tacto provocaba que mi cuerpo activase todas las malditas terminaciones nerviosas. Se apartó un poco sin dejar de besarme y comenzó a acariciar la parte más sensible. Gemí contra sus labios y entonces hundió un dedo en mi interior, al hacerlo mi espalda se arqueó. Comenzó a manipularme de malas maneras para que disfrutase, de forma lenta, suave, sin prisas y sobre todo placenteramente.H.
Era la primera vez que al hacerlo con una chica estaba nervioso, me sentía como si fuera mi primera vez. Iba con pies de plomo, dejaba que ella fuese quien ejerciese el poder entre los dos, por que lo último que me apetecía era verla asustada. Cuando mi mano viajó al interior de sus bragas, estaba realmente acojonado. Pero ver como se retorcía de placer bajo mi cuerpo me infundía el valor necesario para saber que aquello iba bien.
Hundí un dedo en su interior mientras nos besabamos. Comencé a moverlo de forma lenta, tocando estrategicamente todos los puntos que parecían ser sensibles a mi tacto, y poco a poco me atreví a hundir otro dedo, mientras que con mi pulgar presionaba su clitoris. Gimió contra mi boca y un escalofrío recorrió mi espalda. Tras un largo proceso donde mis manos le proporcionaban el placer más extremo, decidí que era hora de pasar a mayores. Por que entre otras cosas, la presión de una de sus piernas en mi espalda, me apremiaba a ello. Pegué mi frente a la suya, mientras mis manos se deslizaban ambas por su cuello. La besé y poco a poco fui descendiendo con mis labios por su cuerpo hasta llegar a la parte derecha de su cadera, me elevé en la cama quedando de rodillas. La miré y agarrando la cinturilla de sus bragas tiré de ellas hasta quitarselas y dejarlas caer en el suelo. Abrí el cajón de mi mesilla y tras un rodeillo toqueteando todo el puñetero cajón di con el producto estrella. Saqué el condón y rasgué el envoltorio con los dientes. La miré antes de hacer nada y el azul intenso de sus ojos estaba fundiendose y pasando de un color azul cielo al acero más ardiente. Ella misma fue quien elevandose ligeramente me bajó un poco la tela de los calzoncillos. Aquello me puso a cien y decidí que era hora de dejarlos volar. Me coloqué delante de ella y me puse el preservativo. Le separé las piernas y me tumbé encima de ella.
-Dime cuando quieras que pare.-Susurré contra sus labios.
-Nunca.-Gimió contra ellos, y entonces poco a poco empecé a hundirme en su interior. Al hacerlo puso los ojos en blanco mientras su espalda se arqueaba, comencé a besarle el cuello intentando no detenerme más de la cuenta, si volvía a hacerle un chupetón me mataría. Me moví contra su cuerpo con suavidad y ella movía las caderas de la misma forma. Empezamos a besarnos con ansia, como si quisieramos comernos el uno al otro. Era tan alucinante que el solo beso conseguía que nuestro ritmo subiese de categoria. De suave a una violencia exquisita. Apreté sus pechos con mis manos mientras mordisqueaba sus labios y me meneaba con más rápidez. June gritó de placer al ejercer más velocidad. Agarré su pierna derecha y dejando la otra estirada, la obligué a ponerla en la parte alta de mi cadera. Al hacerlo me hundí más en ella y eso le hizo enloquecer.
-June.... por dios....-Grité cuando ésta clavó sus diez uñas en mi zona lumbar. Se empezó a reir contra mi boca mientras nos besabamos, mientras se reía, yo me apretaba más consiguiendo que la risa se fundiese en gemidos. Sin salirme de ella, volví a girarla. Me apoyé en el cabecero de la cama con ella encima y la agarré de la cintura mientras ella colocaba sus manos sobre mis hombros.
-Los amigos... los amigos... no hacen esto.-Farfulló mordiendose el labio inferior mientras echaba su cabeza hacia atrás con los ojos cerrados. Empezamos a movernos de forma circular y aquello nos hizo temblar.
-June...-Gemí.-...tú y yo no podemos ser amigos...-La alcé de la cintura con mis manos moviendola más deprisa mientras ella se sujetaba en mis hombros y poco a poco empezamos a temblar. Nos besamos de forma brusca mientras apretaba con mis manos su trasero contra mi cuerpo. Cuando ya quedaba poco para alcanzar el orgasmo, deslicé mi mano izquierda a la parte donde nuestros cuerpos se fundían y comencé a acariciarla ejerciendo cierta presión. Al cabo de un segundos, ambos empezamos a corrernos mientras nos besabamos de forma salvaje. La mordí el labio inferior y ella hundió su cabeza en mi hombro. Rodeé su espalda mientras aún nos moviamos de forma lenta. Nos quedamos así un buen rato. Anclados el uno al otro, respirando de forma alterada y temblando. Sus hombros temblaban con el papel, recorrí su espalda con mis uñas y quise preguntarle si todo iba bien, pero entonces noté como fue besandome desde mi cuello hasta los labios. Presionó suavemente contra ellos y me miró fijamente. Acunó mi rostro entre sus manos y empezó a apartarme el pelo de la cara colocandomelo detrás de las orejas.
-Quería que fueses tú.-Murmuró simplemente como si con eso contestase a las alarmas que me había creado.-... a sido perfecto. Es la primera vez que...-Ni si quiera terminó la frase, ella seguía concentrada en mi pelo mientras bordeaba mi rostro con sus ojos. Mis manos hicieron lo mismo con su espalda. Estabamos regalandonos caricias una y otra vez.
-¿Quieres que comamos galletas?.-Murmuré y entonces al mirarnos, ambos empezamos a reir a carcajada limpia para después besarnos una y otra vez.
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Be as a famous I || Haylor fanfic (harry styles and taylor swift) (1 parte Completa)
Fanfiction-No me beses.-Aquello salió en forma de murmullo. Entonces justo lo que le pedí que no hiciese, fue lo que hizo. Traté de quitármelo de encima, pero contra más luchaba más caía. Me besó la frente, la mejilla, el cuello hasta que finalmente atrapó su...