Yoongi/Suga Reacciones ©®

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“Como si fuera la ultima vez.”

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Era un día tan hermoso a pesar de que ya eran las cinco de la tarde. El sol aun seguía en el cielo, pero no podía verse debido a las nubes que se encontraban cubriéndolo. La arena sobre mi cuerpo era como un relajante natural junto al suave sonido de las olas que estaban calmadas.

Claro que lo que hacia mejor ese día, era que alrededor de mi cuerpo se encontraban los pálidos brazos de Yoongi.

Se quedó en una siesta de cinco minutos mientras su cabeza estaba escuchando los latidos de mi corazón, realmente era como ver a un lindo e indefenso gatito acurrucandose conmigo.

Así pasaron los minutos hasta que despertó y se fijo en donde estábamos para luego mirarme a los ojos y sonreír.

— ¿Cuánto tiempo? —Preguntó refiriéndose a cuanto se durmió.

— Media hora bebé —Le conteste pasando mi mano derecha por su suave cabello.

— ¿Quieres regresar al hotel? En poco tiempo hará mucho frío y probablemente llueva.

Asentí con mi cabeza y se puso de pie para luego extenderme su mano y ayudarme a hacer lo mismo.

Volvimos a nuestra habitación que rentamos para estas vacaciones que solo quedaba a un par de cuadras alejada.

Sabía lo desgastante que puede llegar a ser su trabajo, así que yo misma planee todo este viaje y lo sorprendí en su cumpleaños. Por suerte la agencia le dio un descanso y no solo a el, sino a los demás también, así que todos salimos beneficiados de ello.

Al cerrar la puerta iba a quitarme la bata de tela transparente que cubría mi traje de baño de dos piezas hasta que sentí que Yoongi me abrazaba por la espalda y depositaba suaves besos que pusieron a mi piel en un estado de sensibilidad.

— ¿Qué haces amor? —Entre risillas dije.

— Lo que debimos haber hecho desde que comenzó el día.

Sin dejarme escapatoria, me volteo hacia el y sus labios contra mis labios hicieron magia entre ellos. Se movían como si fuéramos profesionales, poco después su lengua pidió permiso casi como si fuera una orden para entrar a mi boca. ¿Quién era yo para negarle el acceso?

Sus manos se posaron en mi cintura y cuello profundizando el beso y sin darme cuenta caminamos hasta la cama tendida con una colcha blanca de tela fresca. Me dejo caer y se saco la playera que traía puesta casi a la velocidad de la luz para luego caer encima mio con cuidado.

Su mano y la mía se entrelazaron mientras dejaba más besos en mi cuello y clavículas, me sentía en las nubes y el sonido de lluvia intensificaba las sensaciones que tenia ahora mismo.

Nunca hay que subestimar las manos de un pianista, saben exactamente que tecla tocar para hacerte sentir en el paraíso.

Iba bajando más y más y mordí mi labio con fuerza para no dejar salir sonido alguno.

— Cariño, no tienes porque estar tan callada —Comentó al observar el acto.

— P-Pero ¿Y si los demás escuchan? Estas paredes no tapan el ruido —Dije un poco incomoda de pensar en que al día siguiente les vería las caras a esas personas y me sonrojaría.

— Amor, solo disfrutarlo como si fuera la ultima vez.

Me quito la parte de abajo del traje de baño y no lo pensé dos veces antes de dejar de morder mi labio inferior.

No cualquier día podía tener a un hombre como el enamorado de mi y complaciéndome en todo lo que quisiera.

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— F. M.