Yoongi/Suga Reacciones ©®

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"El juego del calamar."

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Nunca pensé llegar tan lejos, cinco juegos ya habían pasado y solo quedábamos dos jugadores vivos.

Yoongi y yo hicimos equipo desde el tercer juego junto con otros concursantes como Jennie, Jin, Nayeon y algunos otros, confiabamos en los otros pero siempre hubo un tipo de complicidad entre ambos, ahora no sabia si podía seguir confiando o estaba por mi cuenta.

Era de noche y por la mañana comenzaría el último juego, estaba recostada en la cama metida en mis pensamientos cuando sentí algo a mi lado, el se recostó en la misma posición que yo sin decir ni una palabra.

— ¿Crees que si nos hubiéramos conocido antes de que todo esto sucediera, nos hubiéramos vuelto amigos? —pregunté, se quedo pensando algunos segundos antes de responder.

— No estoy seguro, antes de este juego veía la vida como un lugar en el que estaba solo por mi cuenta y no tenia necesidad de recibir ayuda de otras personas —suspiró y sentí que volteo su cabeza hacia mi—. ¿Y que hay de ti?

Sonreí, desprevenida por su pregunta.

— Seguramente hubiera tenido un amor-odio hacia ti —afirmé—. Más odio que amor, por supuesto.

Ambos reímos y volteé mi cabeza de lado para mirarle a los ojos.

Como desearía poder quedarme así sin tener que jugar el último juego. Se que necesito el dinero para sacar a mi familia de la pobreza y darles la vida que se merecen, además de pagarle al banco por mis deudas.

Además Yoongi me dijo que el lo necesita para comprarle las medicinas necesarias a su hermanito y curarlo de su enfermedad, si le pido que renunciemos a esto seria muy egoísta de mi parte.

Aun así, siento que debería de hacerlo, pero antes de que hable el lo hace primero.

— Hay que hacer una promesa —me dijo, su rostro luce nervioso—. Quien gane de los dos ayudará a la familia del otro.

Y justo ahí supe que el no aceptaría el trato de irnos del juego.

— Me parece bien —dije con un hilo de voz.

No supe a que hora nos quedamos dormidos y la típica música fue la que nos despertó. Amanecí oliendo su olor natural a jabón y el abrazándome. No podía ser un mejor día para morir.

— Es hora del sexto y último juego —nos dijeron los enmascarados e inesperadamente Min se puso de pie muy decidido.

— Quiero votar por abandonar este juego.

Me sorprendieron sus palabras y me puse de pie junto con el.

— ¡No hagas esto! —reclamé y ni siquiera me puso atención.

— ¿No van a traer los botones esos para votar?

Los de rojo se miraron entre ellos y eventualmente llevaron los dichosos botones.

— ¿De verdad vas a hacerlo? —lo fulmine con la mirada—. ¿Que pasa con tu hermano?

— No sé, pero si estamos juntos encontraremos la manera.

Negué con la cabeza y vi que por un momento uno de los cuadrados soltó su arma para ayudar a colocar los botones en su lugar, sin pensarlo corrí y la tome.

— Promete que cuidarás a mi familia —le dije y la apunta a mi cabeza.

— ¡Suelta eso! —me grito desesperado.

— No te acerques —advertí y di un paso más hacia atrás.

— Por favor, se que mientras vivamos podemos lograr lo que sea —insistió y sentí mis piernas flaqueando.

— ¿Cómo? Si no lo hicimos en todo este tiempo.

— Sé  que es difícil de creer, pero por favor hazme caso.

Me quedé pensando y supe la respuesta.

Elegí lo que era mejor para ambos.

. . .

Es final abierto, así que lo que resta lo dejo a tu imaginación uwu

— F.M.