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"¿La gran boda?"

Me miré por última vez en el espejo y pensé en lo que hice, este vestido es hermoso, brilloso y me hace ver como una novia de Junio, sin embargo, mi corazón no late de emoción como debería de hacerlo.

No, apreté mi puño con coraje, si esta es la decisión que he tomado debo de afrontarla.

— ¿Estás lista hermanita?

Mi hermana mayor me miro con una sonrisa pintada en su rostro y corrió a abrazarme.

— ¡Te ves mejor que nunca!

— ¡Oye! —la regañé por acercarse demasiado—. Vas a arruinar el peinado.

Fingí una cara seria, pero no pude más y ambas nos echamos a reír al mismo tiempo.

— Es hora de que salgas.

Asentí e incluso si no quería saberlo, debía de preguntarlo.

— ¿Ha venido el?

La más alta se mordió el labio sin saber que responder.

— Lo ha hecho.

Repentinamente los nervios llegaron en forma de un apretujon en mi estómago y sudoración en las manos.

— No tienes que hacerlo si no quieres, todos lo entenderemos e incluso si no lo hacemos, es tu boda no la nuestra.

Por más que quería hacerle caso sabia que era lo correcto.

— Voy a salir.

La música en vivo sonó a todo volumen y vi al castaño parado en el altar, su linda sonrisa se hizo presente y pensé en que a pesar de que este es el día más feliz para el, no lo es para mi.

Fui caminando intentando no caerme a pesar de traer tenis debajo de la larga falda (no se notan así que no matan el estilo) y justo a centímetros de llegar al lado de Jin lo note.

Creo que es un día especial ya que esta vistiendo un traje todo de negro y se ha peinado, aunque igual se ve bien sin tener que arreglarse.

Intente ignorar su sonrisa y el brillo en su mirar ya que si no, podría lanzarme a sus brazos en cualquier momento.

La ceremonia pasó como debía de hacerlo y cuando llegó el momento de decir que si, acepte sin dudar.

Luego nos besamos, un beso que se sintió como una infidelidad frente al que alguna vez fue el amor de mi vida.

La fiesta llegó y junto con eso el baile de toda la noche, no puedo negarlo, en cuanto paso el vals con el novio el animo se me bajo por los suelos, decidí tomarme una botella entera de vino y aún me sentía sobria.

— ¡Ánimo! —es lo que todos me decían y fingir sonrisas se volvería un arte que dominaría luego de este día.

Cuando mi botella se terminó, fui por otra al bar, pero extrañamente no hay nadie atendiendo.

— ¿Para esto les pagamos tanto? —me quejé e inconscientemente hice un puchero con mi boca.

— ¿Acaso esta fiesta no esta a la altura de la novia?

Yoongi/Suga Reacciones ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora