Una Mano Lava La Otra - Cap 9

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Era una tarde lluviosa, venía bajo mi paraguas negro y caminaba rumbo a la casa después del trabajo. Ya faltaba poco para llegar cuando la veo caminando bajo la lluvia. De estatura pequeña, su cabello corto que no le llegaba a los hombros por el cual el agua corría al igual que por su rostro. Sus cejas tupidas llamaban mucho la atención, pero no tanto como sus labios que probocavan besarlos y sus ojos oscuros como la noche que te impedían mirar a otro lado. Llevaba un tshirt gris y unos vaqueros rasgados junto a unos zapatos negros. Como su ropa se había mojado por completo le quedaba señida al cuerpo, sierto es que no tenía un gran cuerpo pero se veía muy bien, delgada, pequeña y con unas lindas curvas. Seguí caminando recto hacia ella. Una vez estube lo suficientemente cerca la tomé por la mano y la coloque bajo mi paraguas.

Claudio - Buenas tardes, perdón por el atrevimiento, pero no me gustaba la idea de verte caminar bajo el agua.
Ella - Gracias, pero no te conozco.
Claudio - Bueno yo vivo aquí en la ezquina, de donde tu eres.
Ella - yo vivo en San Miguel.
Claudio - Mira ahora mismo no puedes seguir bajo la lluvia, si quieres puedes esperar en mi casa te secas un poco y cuando deje de llover puedes seguir.
Ella - Realmente te lo agradecería, hace bastante frio.
Claudio - No se diga más ven Sigueme. Por cierto cual es tu nombre.
Ella - A, me llamó Celin
Claudio - Mucho gusto en conocerte.

Seguimos caminando hasta mi casa, nos quitamos los zapatos afuera para no mojar el suelo, y ella se detuvo en el portal a esperar. Yo entre hasta el cuarto y le traje una toalla para que se secara un poco y el pelo también. Le dige que pasara hasta la sala para que no le diera tanto el aire. Yo comencé a hacer las cosas de la casa y preparar la comida mientras ella esperaba a que dejara de llover, pero no había mucha mejoría. Me le acerque :

Claudio - Al parecer el tiempo no va a mejorar mucho. Si quieres te puedo prestar algo de ropa mía, te das un baño caliente y usas mis ropas. Me preocupa que sigas con esa ropa te puede dar un resfriado.
Celin - Gracias pero no quiero molestar.
Claudio - No hay más que hablar, me molestaría si bajo mi techo permitiera que te pasara algo.

Fuy y le puse agua a calentar. Mientras le busque una toalla y se la lleve para el cuarto, fui la busque y le dige que escojiera lo que le sirviera, la deje en el cuarto y yo seguí cocinando. Al rato voy al cuarto a habisarle que el agua estaba caliente, cuando abro la puerta, menuda sorpresa me llevé. Al entrar ella estaba en ropa interior, se había quitado lo que llevaba encima para ponerlo a secar. Me fue imposible no fijarme en su lencería de encaje negro, su sostén no tenia ningún tipo de relleno por el cual se veían sus senos y su tanga negra era igual de transparente. Rápido disímule di media vuelta y cerré la puerta tras de mi, solo le habise que el agua estaba lista.
Ella tomó La ropa de mi closet, se envolvió en la toalla y fue hasta el baño.
Mientras se bañaba yo no podía pensar en otra cosa que en esa imagen en mi cuarto. Moría de ganas por tirar abajo esa puerta y meterme al baño con ella. Mientras terminaba de bañarse, yo termine la comida, le serví en un plato y me serví luego yo. Cuando salió ya estaba vestida, solo tenía un tshirt negro mio, le quedaba bastante grande por lo cual parecía que llevaba un vestido. Le llevé la comida y le dige que se acomodara en mi cuarto.
Tomé su ropa, la puse en el tendedero y luego tomé mi comida y fuy hasta el cuarto.
Me senté a su lado en la cama y nos pusimos a comer mientras veíamos Aida. Cuando terminamos de comer, tomé los platos y los llevé al fregadero, ella se recostó sobre la cama. Para cuando regrese ella se había quedado dormida. Me acerque a la cama para acomodarla, la tomé por las piernas que aún las tenia en el suelo y se las puse sobre la cama, no era mi intención pero no pude evitar ver bajo su ropa cuando acomode sus piernas. Ella no llevaba nada puesto más que mi tshirt. La deje acostada y salí del cuarto para dejarla descansar. Me senté en la sala a leer. Estaba tan inmerso en mi lectura y pensando en lo que había visto hace un rato que no percate cuando ella se levantó. Se acerco hasta donde yo estaba :

Celin - Hay cuanto e dormido, que hora es.
Claudio - Unas 4 horas, ya son las 10 de la noche, espero que no te moleste pasar la noche aquí. Tranquila yo duermo en el sofá.
Celin - Muchas gracias, no sabría como agradecertelo .

Ella se acostó en el cuarto, yo tome una almohada y una sabana y fuy al sofá.
Sobre la 1:15 de la madrugada siento que me están llamando. Cuando doy en si ella estaba a mi lado llamándome.

Claudio - Que pasa, necesitas algo
Celin - Disculpa que te despierte, pero no puedo dormir bien... Te interesaría venir también para el cuarto, es que me ciento incomoda allá sola.
Claudio - Bueno si no te es molestia. Esta bien vamos.

Fuimos para el cuarto ella se acostó del lado de la pared y yo me acoste de lado con la espalda hacia ella. Al cabo de un rato ella me pide que la abrace que sentía un poco de frío. Pase una mano bajo su cuello y la otra sobre su cintura. No pasó mucho hasta que tomó mi mano y la puso sobre su pierna.

Celin - Puedes acariciar mi pierna.
Claudio - Esta bien. Si así lo quieres.

Comencé a deslizar la punta de mis dedos sobre su suabe piel, mientras que ella acercaba más su cuerpo al mío. Poco a poco con cada caricia intente ir subiendo su ropa. Hasta que sus nalgas estaban completamente expuestas, aunque no las veía por las sábanas que nos tapaban, era imposible no tocarlas en casa caricia que le hacía. Me mantube un tiempo acariciando sus piernas, hasta que ella se viró y se acostó de frente a mi y sin darme tiempo a nada me beso, por dos o tres segundos me quede en blanco. Cuando reaccione puse mi mano sobre su pierna y la fui deslizando por su cuerpo dentro del pulover hasta llegar a sus senos, después de verlos tras su lencería moría de ganas por tocarlos. Me tomo por las manos y las preciono sobre la cama, se subió sobre mi, me beso y susurro a mi oido:

Celin - Es hora de devolverte todo lo que has echo por mi

Me quito el pulover y el short y ella terminó de desnudarse, volvió a sostener mis manos sobre la cama y comenzó a besarme por el cuello, bajando por mi pecho hasta llegar a mi abdomen. De solo rozar sus labios con mi abdomen mi cuerpo completo se erizo, siendo esa la parte más sencible de mi cuerpo. Mientras más su boca bajaba por mi cuerpo más se estremecía mi cuerpo. Soltó mis manos y puso las suyas sobre mi pecho, precionando con sus uñas sobre el mismo las fue deslizando por mi pecho hasta mis caderas, probocando una sensación de dolor a la misma vez de placer. Se corrió un poco más abajo, sobre mis piernas, y termino de desvestirme. Para cuando volví a reaccionar estaba acostada entre mis piernas y sostenía mi pene con su mano, mientras la mobia rítmicamente.
Comencé a sentir su respiración sobre mi escroto, hasta q sentí su lengua pasar sobre mi escroto, subía sobre el cuerpo de mi miembro hasta llegar a la punta del glande. Termino separando su lengua de mi pene quedando así un pequeño hilo de saliva desde su lengua hasta mi glande y sin mucha demora lo introdujo en su boca. Sus labios estaban tan suabe y el interior de su boca tan caliente y mojada que se sentía muy bien. Mientras chupaba mi pene con su mano me masturbaba. Como siguiera así unos minutos más terminaría por correrme en su boca. Con una última lamida separo su boca de mi miembro, volvió a subir hasta mis caderas y volvió a besarme mientras tomaba mi pene y lo guiaba hasta la entrada de su intimidad, y con una mordida en el labio se fue sentando sobre mi pene quedando dentro de ella poco a poco. Se sentía tan apretado que era mucho mejor que cuando estaba en su boca. Puse mis manos sobre sus nalgas con una pequeña cachetada y poco a poco comenzó a mover sus caderas sobre mi. De su intimidad emanban tantos fluidos que le era muy fácil deslizarce sobre mi.
Al cabo de unos minutos los mobimientos de sus caderas cambiaron el ritmo y el sentido subiendo y bajando sus caderas mi pene salía  y entraba de ella tan profundo como a ella le gustace.
No aguante más las ganas baje mis piernas de la cama, quedando ella sobre mis piernas, la tomé por los muslos y aún con mi pene dentro de ella la cargue y la arrecoste a la pared.
Ya era mi turno de hacer mi trabajo, comencé a follarla recostada a la pared mientras aún la tenía cargada. Su cara estaba tan cerca de la mía que sentía sus gemidos hasta en mis poros.
La volví a arrecostar sobre la cama la puse boca abajo en la cama y antes de volver a follarla acerque mi cara hasta su sexo y lentamente probe sus fluidos con mi lengua. Le di unas cachetadas las suficientes para dejar mi mano marcada en ellas y nuevamente introduje mi pene en su vagina. Ya me faltaba poco para correrme. La tomé por la cintura y comencé a embestirla fuertemente hasta correrme dentro de ella. Una vez termine me quite el condon, deslice mi mano sobre su cuello hasta su cabello y la bese por unos minutos, fuimos al baño por turnos y después de asearnos volvimos a la cama la abrace y nos acostamos a dormir.

Mi sumisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora